Darío suele pecar de ser sincero. Muy sincero. El pasado domingo, tras la conclusión del partido ante el Madridejos, el técnico del Atlético Tomelloso estalló y habló con el corazón. Cansado de las críticas de un pequeño sector de la grada, el míster habló claro en rueda de prensa para indicar en primer lugar que “como la gente dice que siempre digo lo mismo, pues voy a cambiar el guión y voy a decir que hemos merecido perder, ¿no? Pues si pienso que mi equipo ha merecido ganar, lo digo y punto”.
Y es que tras ser criticado por defender tanto a sus pupilos, el entrenador auriverde volvió a hacer hincapié en lo mismo. “Estoy muy orgulloso de mis jugadores porque se dejan el alma, pero está visto que aquí lo que valen son los goles, por lo que acepto las críticas y punto”.
Echaba la vista atrás y recordaba que “estamos de acuerdo en que el objetivo era intentar estar más arriba, pero ojo, intentarlo. Luego, otra cosa, es la realidad”. En este sentido, aceptaba las críticas, pero abogaba por que “nos lo digan cuando lo hacemos mal, pero también cuando lo hacemos bien”. Y es que el míster se lamentaba porque, “una vez más me ha pasado la misma historia y me cabrea”.
Eso sí, “que a nadie se le olvide que nosotros somos los primeros que queremos ganar. Que a nadie se le olvide”, enfatizaba Darío mientras aseguraba que “nos hemos dejado todo por este escudo”. Además, sobre el partido, destacó que “nos quedamos con diez, empezamos perdiendo, empatamos y pudimos ganar”.
Una de las claves estuvo en esa doble parada de Miguel Ángel para evitar el primer tanto del Atlético Tomelloso, parada que obligó a Darío a echarse las manos a la cabeza. “La parada que vi en el minuto 21 es muy difícil de ver. Es un paradón”, aseguraba el preparador auriverde.
De cara al futuro más próximo, el míster apostaba por cambiar el rumbo y el pensamiento. “Quizá ahora deberíamos de tomarnos como que empezamos una liga nueva para intentar remediar lo psicológico y tratar de terminar lo más arriba posible” comentaba el de Calzada mientras insistía una vez más en que “no me quejo de mala suerte; me quejo que con poco nos hacen daño, que tenemos la pólvora mojada…”
Para ir finalizando su comparecencia, el míster aseguraba que “doy la cara cuando pierdo y cuando gano. Por eso, culpadme a mí, pero no culpéis a los jugadores que se están dejando el alma”. Además, celebraba que “estamos trabajando muy bien sin un conflicto en el vestuario y creo que hacemos muchas más cosas de lo que merecemos, así es que no queda otra que pasar página y empezar a generar positividad”.