El Anteproyecto de Ley de Participación Ciudadana que impulsa Podemos desde el Gobierno de Castilla-La Mancha contempla reservar una cuantía mínima de los presupuestos generales de la Comunidad Autónoma para que sea la iniciativa ciudadana quien pueda decidir sobre su gestión, en un porcentaje que sería del 1% en los primeros años a partir de su aprobación pero con el horizonte de llegar al 10% en el medio plazo.
De las cantidades destinadas a presupuestos participativos, al menos la mitad serán destinadas a propuestas de ámbito provincial o inferior, distribuidas entre todas las comarcas de forma directamente proporcional a la población, la dispersión de población, el número de municipios y el menor nivel de renta.
En todo caso, se regulan unas fases mínimas de este proceso que pasan por una negociación previa con la ciudadanía, estudios técnicos de cuantificación o priorización de proyectos, siempre sin afectar al cumplimiento de los principios de estabilidad presupuestaria.
OBSERVATORIO CIUDADANO DE LA DEMOCRACIA PARTICIPATIVA
Otra de las principales novedades que incorpora la propuesta del texto legislativo es la creación del llamado Observatorio Ciudadano de la Democracia participativa, que «recogerá funciones del extinto Defensor del Pueblo», extremo que nace de la reivindicación ciudadana.
Será un órgano de consulta y asesoramiento para el seguimiento y fiscalización de las políticas públicas de la Administración regional y las entidades locales, que deberá constituirse en el plazo de tres meses desde la entrada en vigor del texto. Entre sus funciones, hacer seguimiento y evaluación del cumplimento de la ley, fomentar la participación, realizar un informe anual dentro de sus competencias o analizar las peticiones ciudadanas.
En este sentido, García Gascón ha recordado que recuperar el Defensor del Pueblo era una de las cuestiones que Podemos incluyó en el acuerdo de investidura con el PSOE, y con esta nueva figura vería satisfechas sus reivindicaciones.
Ha aclarado además que este Observatorio contará con representación de la sociedad civil y no de representantes políticos, así como con el apoyo de un cuerpo funcionarial de nueva creación formado por cuatro trabajadores adscritos a las Cortes regionales.
EL 97% DE LAS PROPUESTAS, INCLUIDAS
El director general de Participación Ciudadana ha puesto en valor que de las 215 propuestas enunciadas por la ciudadanía en el proceso de elaboración del anteproyecto de ley, sólo seis han quedado desestimadas, por lo que más del 97% han sido incorporadas.
«Consideramos que, con todo lo que nos ha llegado, la ley se ha enriquecido mucho, está más avanzada y satisface más», ha celebrado, tras lo que ha añadido que esta norma se ha fijado en otras similares como la andaluza, dando por hecho que una vez que tenga luz verde, será «copiada» por otras administraciones.
TRES PRINCIPIOS FUNDAMENTALES
García Gascón ha enfatizado que son tres los principios fundamentales de esta medida, como son articular «un pacto entre ciudadanía y Administración» para que los gestores «no puedan decir ‘no’ a la sociedad»; poner «un tapón al derroche de dinero público y evitar la corrupción»; y fomentar una Administración «más eficiente y más eficaz».
Para conseguirlo, se regulan principios y obligaciones de las instituciones y se favorecen los procesos de «fiscalización de políticas públicas» por parte de la ciudadanía.
De esta manera, la iniciativa popular puede activar procesos para que «los cargos públicos tengan que dar cuenta de su actividad y de su gestión», fiscalizando además los resultados de sus planes.
PROCESOS DE CONSULTA
La ley regulará cómo poner en marcha procesos y consultas desde la iniciativa popular, ya que la sociedad «venía pidiendo más garantías y facilidades».
Así, en pueblos de menos de 500 habitantes bastaría con un 4% de la población firmando una iniciativa; porcentaje que se reduce al 3% en pueblos de entre 500 y 2.000 habitantes; el 2% en municipios de entre 2.000 y 10.000; y el 1% para las ciudades de más de 10.000 empadronados.
También se abre la posibilidad de que cualquier ciudadano pueda pedir cuentas a un gestor público por su labor, «siempre y cuando no sea un recurso mal utilizado».
En la búsqueda de una administración «más eficiente», abre la puerta a que colectivos y movimiento asociativo puedan impulsar procesos participativos para asuntos de su competencia. En cualquier caso, todas estas iniciativas deberán cumplir la premisa de no atentar contra los Derechos Humanos.
García Gascón ha añadido que la norma modificará la Ley sobre Iniciativa Legislativa Popular (ILP), cambiando varios artículos para conseguir que esta figura pueda ponerse en marcha en el Parlamento regional con sólo 3.000 firmas.
Además, habilitará la opción de que los impulsores de una ILP puedan defender en sede parlamentaria y sin límite de tiempo la propuesta vecinal ante los grupos en las Cortes. Este extremo, ha reconocido, es una forma de dar salida a su propuesta de ‘Escaño Ciudadano’ que habría de regularse en el Reglamento de las Cortes, si bien este extremo no se ha abordado en toda la legislatura.
UNA VEINTENA DE CONTRATACIONES Y CERCA DE 3 MILLONES ANUALES
La puesta en marcha de esta ley supondría un desembolso de entre dos y tres millones de euros anuales, de los cuales cerca de 800.000 irían a parar a las diputaciones provinciales para repartirlos entre los ayuntamientos que requieran poner en marcha procesos de participación.
Además, contempla la contratación de 22 funcionarios. Así, la aprobación de esta ley supondría la modificación de la Ley de Empleo Público de Castilla-La Mancha para satisfacer la contratación de 11 nuevos profesionales en la Dirección General, a los que hay que sumar siete funcionarios más en las denominadas ‘Unidades de Participación’ -habrá una en cada Consejería- y otros cuatro trabajadores más para el Observatorio de la Participación.
De hecho, ha argumentado, ya se está trabajando con la Dirección General de Función pública para modificar la Relación de Puestos de Trabajo de su Dirección General para sostener la ampliación de plantilla.
«HAY QUE ACELERAR LOS PLAZOS»
A seis meses de que se disuelvan las Cortes para convocar la próxima cita electoral, la estrechez del calendario obliga a «acelerar todos los plazos» para que esta ley pueda ver la luz.
Según ha detallado, el anteproyecto, que ya va por su cuarta versión, se someterá próximamente al Consejo de Gobierno para su conversión en Proyecto de Ley, de manera que podrá arrancar el trámite parlamentario para que los grupos políticos con representación en las Cortes puedan enriquecerlo vía enmiendas parciales.
Este jueves está previsto que el propio García Gascón y el vicepresidente segundo del Gobierno, José García Molina, ofrezcan más detalles sobre el proyecto en una rueda de prensa desde el Palacio de Fuensalida.