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sábado, 16 noviembre
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Luis Ballesteros: en el voluntariado de AFAS, «la palabra clave es apoyo»

Cualquiera puede ayudar como voluntariado en AFAS. No es necesario que inviertan su tiempo, solo compartir sus propios momentos de ocio con personas con discapacidad

Continuamos con nuestras entrevistas con motivo del 40 aniversario de AFAS, en esta ocasión con el responsable de voluntariado, Luis Ballesteros.

EnTomelloso: ¿Cómo nació el voluntariado en AFAS?

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Luis Ballesteros: Surgió desde que se inició la Asociación hace 40 años, en aquel entonces ya había voluntarios aunque es verdad que no tenían formación ninguna ni ningún tipo de seguro. Siempre ha habido voluntarios, o bien las familias o bien los amigos de alguna familia. Muchos voluntarios pasaron a ser luego trabajadores por su dedicación y vocación.

Poco a poco se fue fraguando el tema del voluntariado y el número fue creciendo: empezamos con 5 en los primeros años, luego pasamos a 10, en los años 90 había 11 voluntarios y a partir del 2000 llegó el “boom“ y empezamos a tener contratos de voluntariado y a darles una formación especifica. Así, en el año que hicimos el 30 aniversario conseguimos tener 100 voluntarios solo en Tomelloso. Actualmente, si sumamos lugares como Alcázar de San Juan, Bolaños y La Solana tenemos entre 110-120 voluntarios.

 

ET: ¿Cuál es la labor del voluntario?

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LB: El voluntario lo que hace es apoyar en las actividades a las personas con discapacidad. Le asesora, le informa, pero lo que no queremos es que le haga las cosas que de hacer la persona con discapacidad, sino que la ayude a tener una actividad. La palabra clave es apoyo.

ET: ¿Qué actividades se están haciendo ahora mismo a través del voluntariado?

LB: Cada persona con discapacidad es la que demanda sus actividades, desde acompañarle para ir a la piscina, apoyar en las clases de golf, en deporte o pintura. En estas actividades el voluntario solo interviene si la persona demanda esa ayuda. Él o ella solo apoya y asesora, tiene que fomentar que tenga habilidades sociales, que es muy importante.

Por ejemplo, si van a un bar, que sea la persona con discapacidad la que pida la coca-cola. El voluntario se convierte en un amigo, porque el ocio que tiene el voluntario es el mismo que tiene la persona con discapacidad, así es fácil unir los perfiles. Tenemos una gama de actividades muy grande porque tenemos muchos voluntarios y a cada uno le gusta una cosa.

 

ET: ¿Cualquier persona puede ser voluntaria?

LB: Puede serlo cualquier persona independientemente de su creencia, credo, religión o cualquier cosa. Lo único que pedimos es el límite de edad y es que tenga mínimo 18 años. Hay personas con discapacidad que son menores de edad y si ocurre cualquier cosa lo ideal es que esa persona mayor acompañe a esa persona que está legalmente incapacitada.

 

ET: ¿Hay algún tipo de contrato para ese voluntario?

LB: Hay un contrato que se establece entre AFAS y el voluntario, en el que tenemos unos derechos y unos deberes. Nuestros derechos hacia el voluntario son darle un contrato, tener un seguro de accidentes y de responsabilidad civil, ademas de darle toda la información posible. A parte, las obligaciones que tiene la persona son guardar confidencialidad de la información sobre la persona con discapacidad y cumplir con los fines de la Asociación. Desde que se firma, el contrato tiene un año de duración. Luego hay gente que se ha ido y luego ha vuelto, pero la duración media del voluntariado está en torno a los 6 o 7 años, aunque algunos ya llevan hasta 27 años.

 

ET: ¿Cuáles son las actividades más llamativas que se han hecho dentro del voluntariado?

LB: Una de las acciones mas destacadas en las que hemos participado fue el año pasado cuando fuimos a un Congreso Nacional de Voluntariado y presentamos una buena práctica en la que los voluntarios servían de apoyo a las personas de discapacidad en cuestiones de empleo. Es decir, en una tienda estuvo contratada una persona con discapacidad, donde iban a empaquetar y embolsar regalos. Mientras, los voluntarios estaban allí de apoyo, y muchos decían que no hacían nada, solo estaban acompañando.

En ningún momento la persona con discapacidad pidió apoyo a esos voluntarios, pero se sentía mucho más a gusto así. Fuimos a Valencia, lo expusimos como buena práctica y tuvo buena acogida. Otro caso es el del Camino de Santiago, que también lo hemos expuesto en Toledo como buena práctica y está muy bien porque hemos conseguido normalizar una actividad que en principio parecía difícil.

 

ET: Ahora mismo, ¿necesitáis más voluntarios?

LB: Siempre es bueno tener más voluntarios. Ahora necesitamos buscar otros perfiles, como personas mayores o amas de casa, gente que tenga tiempo disponible. E incluso gente que no tenga tiempo para nada, pero que comparta su tiempo de ocio con una persona con discapacidad.

Siempre decimos que no tenemos tiempo para nada, pero cualquiera tiene tiempo para tomarse una caña e invitar a alguien. Así tú puedes seguir teniendo tu tiempo de ocio y esa persona con discapacidad comparte contigo el momento. Por eso creemos que el tiempo es fundamental, pero no pedimos el tiempo de la gente, sino al contrario, que compartan sus momentos de ocio con otra persona que a la que también le gustan esos momentos.

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