Más de la mitad de los jóvenes mayores de 16 años sufre estrés nomofóbico durante el verano, es decir, ‘miedo’ irracional a salir de casa sin el smartphone u otros dispositivos tecnológicos, según un estudio realizado por Nascia.
Este miedo deriva en episodios de ansiedad o estrés que se agrava más, en este caso, cuando los jóvenes pierden el contacto diario con sus amistades y sólo disponen del teléfono o la tablet como única vía para mantenerlo, según ha explicado la entidad.
Los datos indican que esta fobia es «ligeramente mayor» en los chicos que en las chicas, un 55 por ciento de ellos, frente a un 45 por ciento de ellas, aunque se van acercando estos porcentajes. En cualquiera de los sexos, «el apagón de la batería o los problemas por averías incrementan un 20 por ciento el nivel de estrés», según el estudio.
Otro de los componentes negativos del estrés tecnológico entre los jóvenes es la ausencia de descanso y las alteraciones del sueño que provoca. El 55 por ciento de los jóvenes entre 16 y 25 años reconoce utilizar a altas horas de la madrugada el teléfono móvil retrasando la hora del sueño de forma notoria.
Asimismo, advierten de que dormir a deshoras como consecuencia de esta adicción provoca cambios en el carácter relacionados con la irritabilidad y también físicos asociados al cansancio por un descanso irregular.
Según indican, este ‘miedo’ tiene más fuerza en verano, ya que es una época en la que muchos jóvenes generan la necesidad de compartir las vacaciones y sus ratos de ocio en las redes sociales. Esta dependencia convierte al teléfono móvil en una herramienta indispensable sin la que muchos de ellos muestran síntomas de angustia y ansiedad.
¿CÓMO EVITARLO?
Nascia aclara que con una serie de pautas puede corregirse esta dependencia en los meses de verano, que son los de mayor tiempo libre, como establecer un período concreto diario para la utilización del teléfono móvil y otros dispositivos tecnológicos.
Así, aconseja mantener unos horarios para el sueño que permitan un correcto descanso y no utilizar el smartphone en la cama antes de dormir, al igual que promover actividades físicas o mentales para el desarrollo de otras capacidades y que permitan mantener la mente ocupada en cosas que no estén relacionadas con las nuevas tecnologías.
Por último, resalta la limitación del uso o la capacidad de los datos durante los meses de verano. Es una medida que ayuda a dosificar los tiempos de acceso a internet.