El presidente de la Diputación De Ciudad Real, José Manuel Caballero, ha hecho este jueves un llamamiento a los escolares para que no se conviertan en cómplices de ningún tipo de desigualdad en las aulas sino que denuncien «cualquier caso que consideréis injusto o intolerable». «No necesitamos cómplices sino valientes».
Caballero ha hecho estas declaraciones durante el acto de reconocimiento institucional a todos los colegios participantes en la campaña sobre erradicación de la violencia de género, interculturalidad y contra el ‘bullying’ y el ‘ciberbullying’ que ha desarrollado durante este curso la institución provincial y que han solicitado 65 ayuntamientos, lo que ha permitido que 258 talleres llegaran a más de 6.400 alumnos de Primaria y Secundaria, en concreto 100 talleres de interculturalidad, 84 de igualdad y 74 contra el ‘bullying’ y ‘ciberbullying’.
Tampoco se ha olvidado de agradecer el trabajo que los profesores hacen en esa lucha contra la desigualdad, y que sin duda complementa y amplifica esta campaña de la Diputación provincial, ya que «estas actividades son posibles gracias a la implicación de nuestros maestros y profesores, a quienes los padres encomiendan lo que tenemos de más valor, nuestros hijos, no sólo para que les enseñen conocimientos sino también para que les enseñen a convivir y nos ayuden a educarlos como ciudadanos».
NUNCA CALLAR O MIRAR HACIA OTRO LADO
El máximo responsable de la institución provincial, acompañado de la diputada responsable de Igualdad, Manuela González, ha instado a los alumnos a que denuncien las injusticias y no se callen o miren para otro lado porque, en ese caso, pasarían a ser cómplices de unas situaciones que «algún día puede ser que os violenten a vosotros, que vosotros paséis a ser la víctima en lugar del testigo».
Y es que ha insistido en que cualquier tipo de acoso o violencia en las aulas, sea por el motivo que sea, «es absurdo» mientras que, por el contrario, la diversidad es un calor añadido que lo que permite es disfrutar y aprender de la diferencia «haciéndonos mejores personas».
Además, ha recordado que la ciencia ha determinado que la raza es el 0,01% del ADN de las personas, lo que implica «que todos somos iguales al 99,99% y que la raza es algo residual biológicamente, por lo que no tiene sentido considerar a alguien mejor o peor por el color de su piel. Sólo hay una raza, la raza humana».
La misma reflexión ha hecho en cuanto a la necesidad de considerar intolerable cualquier actitud violenta por cuestión de género, «y no sólo considerar como tal la que un chico puede ejercer físicamente contra una chica sino también la verbal».
IDENTIFICAR EL ACOSO Y LA VIOLENCIA
La importancia de estos talleres radica no sólo en la importancia que tienen para prevenir conductas xenófobas, racistas, de acoso o violentas sino también porque sirven al alumnado de Primaria y Secundaria a identificar algo que en muchos casos están sufriendo a diario y por eso ya lo asumen como lo «normal», cuando lo normal es el respecto y la igualdad entre todos.
Una de las integrantes del Grupo narea, Leticia Hipólito, ha agradecido a la institución provincial este «importante paso» en la labor educativa ya que la educación en valores, ha subrayado, es una herramienta fundamental para combatir la desigualdad que se produce entre los niños y niñas por diferentes motivos.
En su caso, que se han centrado en la lucha contra el acoso escolar y el ciber acoso, han trabajado tanto en despertar la empatía hacia la víctima como en que se entienda el rechazo a la agresión, así como que los alumnos y alumnas de 2º de ESO que lo han sufrido o lo sufren sepan que no están solos ni que es un pozo sino que pueden contar con sus profesores, familia, amigos y compañeros.
«Nuestro trabajo parte de una lectura dramatizada de un caso real y cuando vez cómo se agachan cabeza, se oyen respiraciones agitadas o, incluso, algunas lágrimas, te das cuenta de que existe un acoso latente que precisa de que se dote al alumnado de herramientas para combatirlo», ha indicado Hipólito.
Para ello, la representante de Narea ha concluido su intervención, tras entregar su galardón a los alumnos del IES Fernando de Mena de Socuéllamos como ganadores del concurso que se organizó al finalizar los talleres. leyendo el poema «No te rindas» de Mario Benedetti al igual que hacían en sus talleres.
EL PELIGRO DE LOS NEOFASCISMOS
Por su parte, Antonio Laguna de La Cantera que es responsable de los talleres de interculturalidad, ha puesto el acento en la importancia de esta iniciativa en un momento en el que en EEUU y Europa, incluyendo España, se están levantando «muros mentales» aún más peligrosos que los físicos y más difíciles de derribar y que se aproximan a los neofascismos que no dejan de crecer.
«Eso demuestra que hacen falta más que nunca estos talleres que derriben el muro de la intolerancia, el odio y el rechazo al diferente usando el teatro social para que los propios alumnos y alumnas sientan en sus carnes lo que es el dolor por el rechazo y la paz por el acogimiento» ha señalado Laguna, quien ha agregado que el objetivo que han perseguido con los más de 2.500 niños que han trabajado es que «sean pequeños mosquitos de la paz que incordien al rinoceronte de la intolerancia».
LO COTIDIANO HA DE SER LA IGUALDAD
Finalmente, la representante de La Bola de Cristal –que imparte los talleres contra la violencia de género–, Rosa María Moreno, ha señalado que ellos han trabajado con la dramatización y el teatro de sombras para que el alumnado comprendieran la oscuridad en la que «viven muchas mujeres como consecuencia de las relaciones desiguales y, sobre todo, para que entiendan que eso no es lo normal».
El acto, al que han asistido alumnos del IES Bullaque de Porzuna, del Maestro Juan de Ávila de Almodóvar, del Fernando de Mena de Socuéllamos y del Clara Campoamor de La Solana, ha concluido con todos los presentes, desde el presidente de la Diputación a diputados provinciales del equipo de Gobierno como Dionisio Vicente, Luis Alberto Lara o Pedro Antonio Palomo y del PP como Ana María López, los niños y los responsables de los talleres bailando al ritmo de la canción de Aretha Franklin, ‘Respect’.