La Estrategia de Cambio Climático del Gobierno de Castilla-La Mancha ya ha quedado plasmada en un documento definitivo elaborado por el Ejecutivo autonómico, por lo que está lista para recibir el visto bueno del Consejo de Gobierno, que con toda probabilidad la abordará en el mes de diciembre.
Está articulada en cuatro programas –mitigación, adaptación, sumideros de carbono e información y capacitación para la sostenibilidad– que abarcan siete sectores –transporte; residuos; industria; residencial; servicio de infraestructuras; agricultura y ganadería; bosques y diversidad biológica y salud publica– hasta completar un total de 80 medidas.
El Consejo Asesor de Medio Ambiente (CAMA), formado por organizaciones ecologistas, agrarias y diferentes administraciones, dio el visto bueno a este documento hace un par de semanas y la previsión es que esté aprobada, antes que finalice el año, tal y como anunció el presidente regional, Emiliano García-Page.
Ha recibido aportaciones de organizaciones profesionales agrarias, organizaciones ecologistas, diferentes administraciones, administración local, consejerías implicadas como la Fomento y Economía, la Confederación Regional de Empresarios (Cecam) o particulares.
Las aportaciones de estos colectivos se reducen a «matices», porque la mayoría de las alegaciones presentadas ya estaban subsumidas dentro de la estrategia, según ha indicado Portillo. Prácticamente el 50 por ciento de las medidas que se incluyen en esta estrategia ya están en marcha, y el resto se irán implantando progresivamente desde 2020 con horizonte 2030.
DESGLOSE DE MEDIDAS
Dicha estrategia recoge medidas como que el parque móvil de la Junta tenga vehículos eléctricos o híbridos; el fomento de la bicicleta; apostar por la reutilización, el reciclaje, el compostaje o ecodiseño; impulsar nuevas fuentes energéticas o mejorar el aislamiento en las viviendas.
En el terreno agrario y ganadero, la Junta aboga por la renovación de maquinaria de equipos, el impulso de la biomasa forestal en bosquesla modernizaron de regadíos o la promoción de la ganadería extensiva; así como fomentar un turismo sostenible en parques naturales.
De igual modo, el viceconsejero de Medio Ambiente ha hablado del impulso de la masa forestal como sumidero de CO2 como otro de los puntos importantes de esta estrategia, además de promover ayudas para que los ayuntamientos «puedan calcular su huella de carbono» con el objetivo de que puedan plantear un programa de reducción de esta huella y la reducción de las emisiones.
Esta estrategia también hace especial hincapié en desarrollar la energía eléctrica de los edificios públicos a partir de energía la fotovoltaica, lo que redundaría en un «ahorro de consumo energético» en estas infraestructuras.