La Consejería de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural y la Fundación Artemisan han presentado este viernes un estudio sobre el impacto económico y social de la caza en Castilla-La Mancha, del que se desprende que en el año 2016 la actividad cinegética generó 634 millones de euros, el 51 por ciento del total de riqueza que este sector creó a nivel nacional durante ese año. Estos 634 millones supusieron el 1,7 del PIB de la región.
Además, el estudio, que ha sido realizado por Deloitte, indica que la caza genera 23.550 puestos de trabajo –equivalentes a jornadas completas–, y que supusieron el 3 por ciento de las personas ocupadas en Castilla-La Mancha.
El trabajo ha determinado también que el sector privado gasta en la caza en la región un total de 52 euros por cada euro de inversión pública. Además, se especifica que cada uno de esos euros invertidos por la administración pública sirven para generar 3,5 euros en conceptos como el IRPF y el IVA, hasta alcanzar los 57 millones de euros en retornos fiscales.
El estudio ha sido presentado por el consejero de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural, Francisco Martínez Arroyo; el presidente de la Fundación Artemisan, José Luis López Shümmer; el presidente de la Federación de Caza de Castilla-La Mancha, Agustín Rabadán; el presidente de Aproca, Luis Fernando Villanueva; y la representante de Deloitte, María Arambarri.
El consejero ha resaltado la importancia que tiene el sector para la economía y para el medio ambiente, recalcando que el sector es también un importante generador de empleo.
Asimismo y en cuando al medio ambiente, el titular de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural ha expresado que «uno de cada tres cotos en la región participa en proyectos de recuperación o en la conservación o desarrollo de la biodiversidad», lo que pone de manifiesto que «es compatible la actividad económica de la caza con la mejora del medio ambiente».
De su lado, José Luis López Shümmer ha incidido también en «aspectos intangibles que no son tan fáciles de cuestionar», entre los que ha destacado la «conservación silenciosa» del medio ambiente, a la que contribuye la caza u otras como el control de los montes y de la población de animales.
Mientras, Agustín Rabadán ha agradecido a la Consejería y a la Fundación Artemisan la realización del estudio que, según él, sirve para «plasmar sobre el papel lo que se entendían como presunciones y ahora son datos contrastados». «Ya podemos decir sin género de dudas la importancia de la actividad cinegética para Castilla-La Mancha», ha añadido.
Finalmente, Luis Fernando Villanueva ha destacado la «rentabilidad pública» de cada euro invertido en la actividad cinegética y ha considerado que este hecho «debería incentivar a las entidades publicas a pensar que la actividad cinegética tiene un peso especifico muy importante y que es necesario invertir mas de lo que se esta haciendo hasta ahora».
LEY DE CAZA
Martínez Arroyo ha apostado por el modelo de la caza social, opinando que «no se puede entender que en Castilla-La Mancha no haya cotos sociales», criticando que en la Ley de Caza puesta en marcha en la legislatura pasada se obviaran, por lo que ha subrayado que «sólo eso merece la pena desde el punto de vista de la modificación de la ley» que se ha iniciado.
Además, ha resaltado que esta la nueva ley, actualmente en trámite, es «mejor que la que tenemos vigente en muchos sentidos», incidiendo en que ahora se primarán los cotos federados y a los mayores de 65 años y jubilados, que podrán disfrutar de exenciones de las tasas de licencia de caza y de pesca.
«El modelo de caza social es que el que nos va a hacer ganar la batalla de la comunicación», ha subrayado Martínez Arroyo, quien ha apuntado que desde el Gobierno de Castilla-La Mancha también se hará «compatible el disfrute del campo de quienes quieran hacerlo aun no cazando».