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viernes, 20 diciembre
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El Gobierno de Sánchez innova con la fórmula de promesa: Guardará el secreto “del Consejo de Ministras y Ministros”

Los ministros de Pedro Sánchez han prometido hoy sus cargos ante el Rey Felipe VI, ante una Constitución, sin crucifijo ni Biblia, y con una novedad en la fórmula escogida por parte de 13 de los 17 miembros del nuevo Gobierno, quienes han prometido «mantener el secreto de las deliberaciones del Consejo de Ministras y Ministros».

La primera en estrenar la fórmula ha sido la vicepresidenta, Carmen Calvo, que también es ministra de Igualdad, y después lo han hecho todos los demás, con las excepciones del titular de Exteriores, Josep Borrell, que ha sido el siguiente en posar su mano en la Constitución; el de Fomento, José Luis Ábalos y la de Economía, Nadia Calviño, tal vez porque los nervios la han hecho trabarse en la parte final de la promesa.

Tampoco ha hablado de «ministras y ministros» la titular de Justicia, Dolores Delgado, que ha prometido su cargo la primera para acto seguido ejercer de notaria mayor del Reino y se ha atenido a la fórmula tradicional. Margarita Robles (Defensa) y Carmen Montón (Sanidad) han colocado el masculino primero y, en sus palabras, el Consejo ha sido «de Ministros y Ministras».

Fernando Grande-Marlaska (Interior) ha sido el primer varón en adoptar la fórmula y luego se han sumado Màxim Huerta y Pedro Duque. Tras la sucesión de promesas, el responsable de Protocolo de la Casa del Rey ha informado de que a continuación «la vicepresidenta y las ministras y ministros» iban a saludar al jefe de Estado.

Los miembros del nuevo Gobierno han llegado al Palacio de la Zarzuela a tiempo para ensayar una ceremonia que, después, ha estado jalonada de gestos de cordialidad pese a la solemnidad del momento. Delgado ha sonreído al Rey mientras se acercaba a la mesa y Calvo se ha girado para dirigirse directamente a él mientras le prometía «lealtad».

SÁNCHEZ: «AHORA NO SOY YO, SON OTROS»

Sánchez ha admitido a los periodistas que no estaba tan nervioso como el día de su propia promesa: «Ahora no soy yo, son otros». En los protagonistas sí había más nervios, y se han arropado unos a otros con sonrisas cuando ha hecho falta: a Calviño, cuando se ha trabado al final de su promesa o a Borrell, cuando el Rey le ha indicado por donde tenía que volver a su lugar. Después, en el momento de los saludos, a Borrell le ha dicho el Rey que se alegraba de volver a verle.

El último hito del acto ha sido la foto de familia, con bromas incluidas sobre lo altos que son tanto el Rey como el presidente del Gobierno, lo que podía hacer que no se viese a los ministros situados en la fila de detrás, pese a estar en un nivel más alto. «Hay que elevar la tarima», ha bromeado el jefe de Estado.

Después, el momento de los abrazos: de Marlaska con Lesmes, de Carmen Calvo con Ana Pastor, de Ana Pastor con Marlaska y de Lesmes con Delgado, mientras el Rey departía con Huerta, Ábalos y Planas.

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