La Unidad de Hospitalización de Salud Mental Infanto-Juvenil del Hospital General Universitario de Ciudad Real acaba de celebrar su noveno aniversario, años durante los que se han registrado 1.445 ingresos de niños y adolescentes derivados de los servicios psiquiátricos ambulatorios de Alcázar de San Juan y Talavera de la Reina.
La unidad dispone de quince camas y atiende todo tipo de patologías como trastornos de la conducta, cuadros psicóticos, trastornos de la conducta alimentaria, trastornos afectivos e intentos autolíticos, entre otros, según ha informado el Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (Sescam) en nota de prensa.
En este sentido, una de las psiquiatras responsables de este servicio hospitalario, Pilar Baos, ha apuntado que «cada vez ven más trastornos de conducta por consumo de tóxicos y nuevas adicciones a videojuegos, páginas web o redes sociales a edades más tempranas».
De esta manera, Baos ha señalado que los chicos ingresan porque el tratamiento ambulatorio no está funcionando o hay muchas alteraciones de conducta en el ámbito familiar, social o académico y el paciente necesita una separación de su entorno.
En relación, ha indicado que «es a lo que llaman una contención, frenar esa escalada conductual para observarlos fuera de su entorno y ver si hay alguna patología psiquiátrica de base que justifique su conducta».
Además, el ingreso tiene una segunda ventaja, facilita el control del tratamiento farmacológico, «bien para cambiar la medicación, proceso que es más sencillo y rápido con el paciente ingresado, o para comprobar que se toma en las dosis prescritas».
MAYORES DE DOCE AÑOS
Por otro lado, ha explicado que la gran mayoría de chicos en estas situaciones están por encima de los doce años de edad. Las estancias de niños más pequeños en la unidad se producen por la necesidad de estudiar su comportamiento a lo largo de un tiempo prolongado.
Baos ha señalado que «son niños que ya llevan un seguimiento desde las unidades ambulatorias y que plantean dudas diagnósticas o no mejoran con los tratamientos prescritos».
De otro lado, la psiquiatra del Hospital General Universitario de Ciudad Real ha aclarado que normalmente, los menores ingresan solos, aunque cuando son muy pequeños suelen hacerlo acompañados por algún progenitor o tutor legal porque «así ven la dinámica familiar y si existe alguna disfunción que influye en lo que le pasa al niño».
DÍA A DÍA DE LA UNIDAD
Una vez se produce el ingreso, lo primero que se realiza es una evaluación por parte del personal de Enfermería e introducir al menor en la dinámica de la unidad. El día comienza con la toma de constantes y peso, aseo supervisado y arreglo de la habitación.
Tras desayunar, los menores van a consulta con los facultativos y participan en diferentes actividades. Los que están escolarizados asisten a clase con el Equipo de Atención Educativa Hospitalaria y Domiciliaria o a terapia con la terapeuta ocupacional, grupos de terapia psicológica, talleres con auxiliares de la unidad, grupos con enfermería o con voluntarios que colaboran con el hospital, entre otros.
Después de la comida y la hora de la siesta los ingresados realizan de las tareas escolares, salida a un patio interior, la merienda y la hora de las visitas, bien dentro de la unidad o fuera pero siempre acompañados de sus padres y/o tutores legales.
El día finaliza con la cena y un rato de televisión antes de acostarse. Las horas de descanso son las únicas en las que los menores pueden permanecer en su habitación.
PLANTILLA QUE FORMA LA UNIDAD
La Unidad de Hospitalización de Salud Mental Infanto-Juvenil del Hospital General Universitario de Ciudad Real cuenta con una plantilla formada por tres psiquiatras, una psicóloga y una terapeuta ocupacional y una trabajadora social compartidas con la Unidad de Trastornos de la Conducta Alimentaria, además de los profesionales de Enfermería, auxiliares y celadores.
A este personal, hay que sumar los profesores del Equipo de Atención Educativa Hospitalaria y Domiciliaria que dan clase a los pacientes cuatro días a la semana para que no pierdan el ritmo escolar y puedan mantener actividades lo más normalizadas posibles durante su ingreso en la unidad.
