El otoño que comenzará el próximo domingo, día 23, será «un poco más cálido y húmedo» de lo normal, con temperaturas que en algunos lugares de la región como Toledo podrían ser «muy altas» y alcanzar hasta 38 grados, y con la posibilidad de tormentas «activas» y «cierta peligrosidad», a imagen y semejanza de como ha acabado el verano.
Así lo ha destacado este jueves en rueda de prensa la delegada territorial de Agencia Estatal de Metereología (AEMET), Paloma Castro, quien ha ofrecido un resumen climático del verano 2018 y ha adelantado la predicción para los próximos días y para el otoño 2018 en la Comunidad Autónoma.
«El verano ha acabado de una manera un poco original y así mismo va a seguir el otoño», ha indicado, comentando que en los primeros días se mantendrá una «anomalía cálida» con entradas de vapor del este mientras que a principios de octubre persistirán las entradas de humedad. La predicción estacional para los próximos tres meses indica una «mayor probabilidad» de temperaturas más cálidas pero también una «precipitación más significativa».
Así, las temperaturas medias del otoño se situarán por encima de los 10-11 grados llegando incluso en algunas zonas de la región hasta los 15 o 16, mientras que las precipitaciones no tendrán tanta continuidad en la provincia de Toledo pero sí en las de Ciudad Real, Albacete y Cuenca.
En concreto, a partir de este viernes se notará un ascenso de las temperaturas por el este, el sábado el ascenso se notará tanto en máximas como en mínimas y el domingo el anticiclón se reforzará «mucho más».
En lo que respecta al verano, los meses de junio, julio y agosto han sido «extremadamente cálidos» en cuanto a las temperaturas registradas, especialmente en Toledo, que ha tenido el verano más cálido de toda la serie de la que dispone el observatorio, siendo la temperatura más elevadas la registradas el 3 de agosto en Oropesa, con 43,4 grados. La provincia de Cuenca ha tenido un verano «muy cálido», en Molina de Aragón ha sido cálido y en Ciudad Real y Albacete ha sido normal, según Castro.
Las temperaturas medias del verano han sido de 27,6 grados en Toledo (el valor normal era de 25,4), de 25,7 en Ciudad Real (frente a los 25,3), de 23,2 grados en Cuenca (el valor normal estaba en 23), de 24 en Albacete (el normal era de 23,7) y de 19,6 en Molina de Aragón (frente al 19,1 de media). El mayor valor mínimo de todo el verano se registró en Salvacañete (Cuenca) el 7 de julio, con 4 grados centígrados.
Mientras en el mes de julio la temperatura más alta se registró en Tomelloso, con 36 grados, la primera quincena de septiembre ha sido «extremadamente cálida», registrándose una «diferencia con 2017 muy notable», ya que el año pasado la primera ola de calor llegó el 15 de junio y en 2018 hasta principios de agosto no llegó la única que se ha registrado este año, que se dejó sentir tanto en las máximas como en las mínimas, llegando estas últimas a ser «tropicales», en muchas zonas de la provincia de Toledo.
PRECIPITACIONES
La delegada territorial de Agencia Estatal de Metereología se ha referido, por otro lado, a las precipitaciones acumulada este verano, para indicar que en ese aspecto los meses de junio, julio y agosto han sido «diferentes» en cada una de las provincias, ya que las tormentas han dejado «cantidades diferentes» según las zonas.
En concreto, el mes de junio ha sido «muy húmedo» en Molina de Aragón y Albacete, «muy seco» en Ciudad Real, «seco» en Cuenca y «húmedo» en Toledo, concentrándose la mayoría de las precipitaciones en la primera quincena, destacando las del 2 de junio, cuando cayeron 12,2 litros por metro cuadrado en Molina de Aragón, los 10,2 litros por metro cuadrado de Cañizares (Cuenca) y los 7,7 registrados en Albacete, en todos los casos caídos en 10 minutos.
Julio por el contrario fue «seco» especialmente en Cuenca, donde alcanzó valores de «muy seco», mientras que el mes de agosto ha sido húmedo en líneas generales, destacando los valores registrados en la Base Aérea de Los Llanos, donde las precipitaciones del día 28 dejaron 7 litros por metro cuadrado en diez minutos.
En total, en todo el verano las precipitaciones han sido de 35 milímetros en la provincia de Toledo (frente a un valor normal de 38,8), de 13,4 en la de Ciudad Real (36,8 milímetros es el valor normal), de 38,4 en Cuenca (frente a 71,4), de 93,8 en Albacete (frente a los 54,2 milímetros normales) y de 154,6 milímetros en Molina de Aragón (frene a los 94,1 normales).
Paloma Castro también se ha referido a las precipitaciones «intensas» registradas durante la primera quincena de septiembre en la región, que han llegado «a provocar inundaciones y riadas», resaltando las registradas el día 3 en Motilla del Palancar, de 8,6 litros por metro cuadrado en diez minutos; el día 9 en Salvañete (Cuenca), de 8 litros por metro cuadrado también en diez minutos, el día 12 en Brihuega (Guadalajara), de 11,4 litros por metro cuadrado en ese mismo espacio de tiempo o los 9,9 litros por metro cuadrado que registró Hellín (Albacete) el día 10 de septiembre.
CEBOLLA
En este apartado ha hecho especial mención a la fuerte riada que sufrió la localidad de Cebolla (Toledo) el día 8 de septiembre durante la celebración de sus fiestas patronales, tras el desbordamiento del cauce del arroyo Sangüesa a su paso por el municipio, a semejanza de lo que ocurrió durante la Semana Santa de 2011.
Castro ha explicado que las autoridades civiles se han encargado de la inspección y la Aemet ha realizado su propio informe sobre lo los hechos, donde coincidieron unos niveles de precipitación altos y un cauce desbordado, lo que acabó ocasionando incluso el corte de varias carreteras.