El Consejo Asesor de Arte Rupestre del Mediterráneo de la Península Ibérica (Carampi) ha acordado este martes en València impulsar acciones conjuntas entre Andalucía, Aragón, Castilla-La Mancha, Cataluña, Murcia y la Comunitat Valenciana para proteger los abrigos y yacimientos en estos territorios.
El orden del día ha incluido temas como la actualización de los inventarios, la modernización de los sistemas de cerramiento, las técnicas de documentación y la conservación y limpieza de los conjuntos, detalla la Generalitat Valenciana en un comunicado.
Las seis regiones han establecido como objetivos generar protocolos conjuntos y uniformes y plantear sistemas de cerramiento que respondan a los mismos criterios. Para ello, apuestan por priorizar unos sistemas de análisis por encima de otros; por ejemplo, en función de la menor agresión sobre las pinturas, detallan desde Cultura.
La responsable autonómica de Patrimonio, Carmen Amoraga, ha dado la bienvenida a los representantes de las comunidades autónomas que forman el Carampi: Andalucía, Aragón, Castilla-La Mancha, Comunitat Valenciana, Cataluña y Murcia.
«Estamos gestionando un patrimonio mundial de la Unesco, el arte rupestre de nuestros respectivos territorios, y es algo por lo que podemos y debemos luchar para que su investigación, su conservación, su protección, su difusión, su puesta en valor y, por supuesto, su gestión nos conviertan en un referente a nivel mundial», ha defendido.
MARCA PROPIA Y TURISMO RUPESTRE
Bajo este prisma, la directora general ha propuesto algunos retos para el futuro, como concretar el procedimiento para actualizar la lista con nuevos hallazgos, crear un itinerario cultural o una marca propia y plantear la gestión turística del arte rupestre.
El encuentro del Consejo de Arte Rupestre tenía como objetivo relanzar y dotar de un nuevo impulso a este organismo, encargado de la conservación, protección y difusión del arte rupestre tras su reconocimiento como patrimonio mundial por la Unesco.
El Carampi se ha reunido este año en coincidencia con el 20 aniversario de la inclusión del arte rupestre en la Lista de Patrimonio Mundial, con la intención de que marque un punto de inflexión en la gestión de estos Bienes de Interés Cultural (BIC).