España registró 4.191 casos de tuberculosis en 2015, con una tasa de incidencia de 9 casos por 100.000 habitantes, por encima de Castilla-La Mancha, que registra 5 casos por cada 100.000 habitantes. Unas cifras que, según el neumólogo y coordinador del Área de Tuberculosis y Enfermedades Infecciosas de Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ), el doctor Francisco Javier García Pérez, «son demostrativas de que esta enfermedad respiratoria sigue siendo un problema de salud pública importante».
Así, España figura entre los países europeos que más casos notifican de esta Enfermedad de Declaración Obligatoria (EDO), según los últimos actualizados por la Organización Mundial de la Salud, y que corresponden a 2005.
Mientras, los últimos datos del registro de Enfermedades de Declaración Obligatoria publicados por el Centro Nacional de Epidemiología del Instituto de Salud Carlos III, en España se notificaron un total de 4.604 casos de tuberculosis, lo que supuso un descenso de 4,27% respecto a 2014, año en el que los casos notificados fueron 4.809 casos.
Del total de casos diagnosticados en 2015, la mayoría –3.510– correspondieron a tuberculosis respiratorias, 52 a meningitis tuberculosa y 1.042 a otros tipos de tuberculosis. «El descenso anual de casos declarados de tuberculosis respiratorias se ha producido en todas las regiones del país, pero aún así, la incidencia se mantiene alta en algunas áreas geográficas», insiste el García Pérez.
Las ciudades autónomas y autonomía que registraron las tasas más altas de tuberculosis fueron Ceuta (20,12 casos de TB por 100.000 habitantes), Melilla (18,86) y Galicia (16,03), una tasa muy superior a la media española, de 7,56. En cambio, Extremadura repite con la tasa de tuberculosis más baja (1,19), seguida de Castilla-La Mancha (5,01) y Canarias (5.46). En cifras absolutas, las comunidades que más casos notificaron fueron Cataluña (612), Andalucía (529) y Madrid (471).
Por países, en cifras absolutas se sitúa por detrás de Rumanía, (15.195 casos); Polonia (6.430); Reino Unido (6.240 casos), Alemania (5.885) y Francia (4.788), según los últimos datos disponibles del European Centre for Disease Prevention and Control (ECDC) correspondientes a 2015.
Mientras, la tasa de incidencia española, de 9 casos por 100.000 habitantes, se sitúa también entre las más altas, por detrás de países como Rumanía (76.5), Lituania (51.6), Letonia (36.6), Bulgaria (23.0), Portugal (20.5), Polonia (16.9), Estonia (16.5), Croacia (11.5) y Reino Unido (9,6).
Por el contrario, los países con la tasa de incidencia más baja son Grecia (con una tasa de 4.4 y 482 nuevos casos en cifras absolutas), República Checa (con una tasa de 4,9 y 518 casos) y Finlandia (con una tasa de 5 y 271 casos).
Según el informe del ECDC, las tasas de notificación están decreciendo en la mayoría de los países, pero el declive de estas tasas de incidencia es demasiado discreto para asegurar la eliminación de la tuberculosis para el año 2050 en los países europeos.
«Estos datos demuestran que la tuberculosis continúa siendo una patología relevante en los países europeos. España sigue teniendo una tasa de incidencia sensiblemente superior a las de los países de nuestro entorno. No obstante, también hay que tener en cuenta que es posible que algunos países no estén notificando todos los casos», comenta el experto.
«El diagnóstico precoz de esta enfermedad, identificando a los pacientes con más capacidad de contagio (bacilíferos) y a sus contactos, es fundamental para cortar su transmisión. Una vez se detecta a los enfermos, disponemos de un tratamiento eficaz para curarla», añade.
En cualquier caso, el diagnóstico precoz es clave, porque, sin éste y sin el tratamiento correcto, «la tuberculosis puede generar complicaciones importantes y una mortalidad significativa», destaca García Pérez.