El Gobierno de Castilla-La Mancha ha acordado la creación de una comisión regional contra la sequía para fijar «una posición unitaria» de la región en torno al agua, que se enmarcará en una estrategia de lucha contra el cambio climático que el Ejecutivo autonómico presentará «próximamente».
El portavoz del Gobierno regional, Nacho Hernando, ha explicado, que esta estrategia, además del agua, abordará otros temas como la reducción del efecto invernadero, el reciclaje y la reutilización de residuos, la eficiencia energética o la producción de energías renovables.
En lo referente a la comisión, Hernando ha citado que su creación está motivada en un informe de la Oficina de Cambio Climático de Castilla-La Mancha que, según ha explicado, «certifica la escasez de agua que ha llevado a una terrible sequía que el Gobierno de España no reconoce».
Entre los datos que forman parte de este informe, el portavoz ha destacado que el año 2017 tuvo «casi un 39 por ciento menos de precipitaciones» que la media de los años entre 2001 y 2010, y que ese porcentaje aumentó hasta el 65 por ciento en algunas zonas como Toledo o Guadalajara.
El año pasado registró una media de 248 milímetros de lluvia de media, lo que le convirtió en «el segundo año más seco desde 1981» y que se une a «varios años de sequía» como 2015, que tuvo 282 milímetros.
El portavoz ha acusado al Gobierno central de mantener una postura de «inacción» con respecto al agua y ha asegurado que el Gobierno regional «no puede contar» con él en su «empeño de lucha contra el cambio climático», por lo que la idea del Ejecutivo autonómico es que esta comisión tenga «un papel de reivindicación» y sirva para «reunir todo tipo de preocupaciones y ponerlas en común».
Nacho Hernando ha comentado que la comisión invitará a «cuanta más gente posible», entre las que ha citado a organizaciones agrarias, agentes sociales, las Cortes regionales, ecologistas y «otros grupos que quieran defender los intereses de Castilla-La Mancha».
En cuanto a su funcionamiento, ha manifestado que no quieren fijar «unos corsés rígidos», abriendo la posibilidad de que, además de las convocatorias ordinarias, haya otras extraordinarias que ayuden a «elaborar un frente de presión para que la voz de Castilla-La Mancha se escuche de manera unificada frente a las medidas que plantee el Gobierno de España».
«No es un grupo contra otra comunidad autónoma ni contra ninguna institución, pero sí para reivindicar que Castilla-La Mancha está harta de que otros nos consideren menos», ha apostillado.
