El grupo municipal de Izquierda Unida en el Ayuntamiento de Tomelloso (Ciudad Real) ha registrado una moción para su debate y aprobación en el pleno.
En ella se propone que se tomen tres medidas en relación a tres tomelloseros que fueron deportados a los campos de exterminio nazis.
Una es la condena por la deportación de estas tres personas a los campos de concentración nazis; la otra es para recordar y honrar a las víctimas, para lo cual se proyectará un homenaje, ya sea en forma de placa, monumento, etc., para que, a su vez, aquellos hechos que por desgracia eran casi desconocidos para la mayoría de la población, sirvan de referencia educativa; y la tercera y con el objeto de restituir el honor de aquellos deportados a campos de concentración alemanes, pide al Ayuntamiento que inste al resto de instituciones democráticas la anulación de la condena impuesta a Fernando Ugena López, uno de los deportados al campo de concentración de Mauthausen, por la que fue “depurado” de su puesto de trabajo aquí en España (Resolución de 19 de enero de 1942; Expediente de Depuración Político Social número: 5-96-U), así como la declaración de ilegal e ilegítimo de aquel tribunal sancionador.
Los tres deportados se llamaban, FERNANDO UGENA LOPEZ, VALENTIN ESPINOSA GIMENEZ y ABDON ALONSO CASAS. Sus datos referidos al paso por estos campos del horror son:
Fernando Ugena López, nació en esta localidad el 7 de enero de 1902. El primer stalag o prisión fue el VII-A MOOSBURG donde se le dio el número de prisionero 40626. Fue trasladado a MAUTHAUSEN el 6 de agosto de 1940 y en este campo tuvo la primera matrícula con el nº 3256, desde este lugar se le envió a GUSEN el 24 de enero de 1941 y la nueva matrícula fue 9751. Falleció en este lugar, GUSEN, el 21 de marzo de 1941.
Valentín Espinosa Giménez, había nacido en Tomelloso el 23 de abril de 1916. Su primer stalag o campo de prisioneros fue el V.D.ESTRASBURG donde se le asignó el nº 2855. Desde este lugar fue trasladado a MAUTHAUSEN el 13 de diciembre de 1940 donde se le adjudicó el nº de matrícula 4765. El 29 de marzo de 1941 se le trasladó a GUSEN en donde se la dio el nº 11251. Falleció en GUSEN el 18 de julio de 1941.
Abdón Alonso Casas, había nacido en este mismo lugar el 30 de julio de 1902. Su primer paso por el stalag o prisión fue en BURDEOS el 9 de agosto de 1944 y no conocemos el nº de prisionero que le asignaron. Desde esta localidad fue trasladado a DACHAU el 28 de agosto de ese mismo año, allí se le asignó el nº de matrícula 94123. El 16 de septiembre de 1944 se le envía a MAUTHAUSEN donde se le da el nº de matrícula 97518. Es liberado el 5 de mayo de 1945 en el KLM (KOMANDO LIBERACION MAUTHAUSEN).
El KLM era un movimiento clandestino que operaba desde 1943. Seguramente participó de la bienvenida que saludó a los tanques de los aliados cuando el primer vehículo es recibido con una bandera republicana. Esta bandera fue tejida por los españoles del campo que formaban ese KOMANDO, en ella hay varias inscripciones, algunas veladas por el tiempo transcurrido y el sufrimiento de aquellos que la defendieron. En letras grandes, REPUBLICA ESPAÑOLA, debajo, por dos veces, KLM y en letras más pequeñas, los nombres de los españoles que pertenecieron al Komando y el número asignado en el campo de exterminio: Ortiz (4245), F. García (3544), F. Herrero (3301), I. Bonilla (3852), Ramón Bargueño (3183), F. Biarnés (3208) y Francisco Playa (5145). Los dos sastres encargados de tejerla fueron Faló y Bonaque. Da la casualidad de que de estos patriotas, dos de ellos, Ramón Bargueño Gómez (natural de Recas, Toledo) y Santiago Bonaque Martínez (Yeste, Albacete) eran originarios de nuestra Región.
La iniciativa de los y las Compañeras de la localidad manchega nos lleva a una serie de reflexiones acerca de la recuperación de la memoria de los luchadores antifranquistas, sobre todo de aquellos que lucharon contra el fascismo en la guerra civil, tuvieron que abandonar España, un exilio doloroso, y tras luchar contra el nazismo, acabaron deportados en campos de concentración y exterminio nazis, sobre todo por la “ayuda” que les prestó el cuñadísimo del caudillo, el despreciable Serrano Suñer.
9328 españoles engrosan la horrible lista de compatriotas que fueron enviados a estos lugares de aniquilación de seres humanos, muchos de ellos nacidos en alguna de las cinco provincias que en la actualidad conforman la Región de Castilla-La Mancha.
Si para los responsables políticos que han gobernado este país, los represaliados por el franquismo han sido ninguneados, ha habido colectivos como los guerrilleros, los exiliados o los deportados parecen no haber existido. En alguna ocasión hasta nuestros “grandes timoneles de la democracia” hasta han eludido asistir a homenajes en los lugares del horror.
Baste un detalle revelador. El gobierno de la derecha francesa, encabezado por Jacques Chirac, promulgó un decreto (el nº 2004-751, del 27 de julio de 2004) instituyendo una ayuda financiera en reconocimiento de los sufrimientos padecidos por los huérfanos cuyos padres han sido víctimas de actos de barbarie durante la Segunda Guerra Mundial. Los huérfanos deberían tener menos de veintiún años en el momento del fallecimiento de sus ascendientes. La medida de reparación toma la forma, a elección del beneficiario, de una indemnización en capital de 27.440,82 euros o de una renta vitalicia de 457,35 euros mensuales.
Que el estado francés tuviera esa iniciativa después de tanto tiempo quizá por alguna “mala conciencia” del papel jugado en la contienda hacia los españoles, puede ser, les costó reconocer que los primeros que entraron en la capital liberándola del nazismo fueron los héroes de la 9.
Pero ni esa mala conciencia la ha tenido el Estado Español, parece que la consigna dada por el caudillo a través de Serrano Suñer a los nazis diciéndoles que los deportados no eran españoles, que eran apátridas, todavía ha seguido calando en las mentes de nuestros dirigentes.
Es seguro que muchos españoles nada saben de qué en su pueblo hubo personas, vecinos, que un día acabaron su vida o que pasaron largo tiempo en esos campos de exterminio creados para asesinar a todo el que no era afín a aquellos criminales.
Estamos a tiempo de poder dar a conocer quiénes fueron, hay datos suficientes como para que en cada lugar se pueda homenajear a estas personas. Como han hecho en Tomelloso o como se está haciendo en Toledo. En la capital regional desde hace tiempo se efectúa un homenaje a los deportados y se ha alzado un monolito en la Plaza de Sofer, en plena judería. Solo falta voluntad política y anhelos de recuperar nuestra dignidad como sociedad.