El equipo auriverde golpeó primero para golpear hasta tres veces a un Manchego que no tuvo su día. Gran trabajo defensivo y buena pegada de un equipo que se mantuvo serio y sobrio los noventa minutos. Victoria justa y merecida.
Decía Darío Martín en la previa del encuentro ante el Manchego de Ciudad Real que “a veces hay que jugar como un equipo pequeño para ganar como un equipo grande” y la jugada, simplemente, le salió redonda al entrenador auriverde. Y es que unas veces ganan los partidos los jugadores, y otras, los entrenadores. Pero el derbi de este domingo lo ganó todo un equipo; el Atlético Tomelloso, ese equipo que se mantuvo unido, atento y concentrado durante los noventa minutos y que apeló a la unidad al mirar con pánico el parte de bajas. La otra parte la ganó el mister durante la semana al preparar el partido en función del rival. Porque esa es, sin duda, la clave del fútbol; renunciar muchas veces a tu filosofía para adaptarte a tu rival. Y ahí, acertó de lleno Darío.
Como también acertó al vaticinar “un partido feo de cara al espectador pero lleno de intensidad que se definirá por pequeños como la pegada y el acierto”. Otro minipunto para Darío, que tampoco tiene nada de extraño cuando ser entrenador no consiste solo en entrenar o alinear, sino en ver al rival, analizarlo y prepararlo.
Sea como fuere, los goles de Gascón, a los cinco minutos de la primera mitad, y el de Del Barco, a los dos minutos de la reanudación, fueron un mazazo para el Manchego que no estuvo a la altura como otros días, sino que se vio superado en todo momento por su rival que hizo un partido muy completo.
Arrancó el partido y en apenas dos minutos ya disfrutó el Atlético Tomelloso de las mejores ocasiones. En la primera, a los cuatro minutos, Javi Heranz lanzó un semi córner que se estampó en el palo de derecho de Sergio, pero la siguiente, un balón que quedó franco en el balcón del área lo empalmó Gascón como él solo sabe para ajustar una bonita volea al palo y subir el 0-1 al marcador.
Pudo haber hecho daño el Manchego en una aislada jugada de estrategia, pero el partido ya estaba donde el Atlético Tomelloso quería. Tuvo más ocasiones sin demasiado peligro el equipo auriverde, pero el marcador ya no se movió al descanso pese a que Javi Heranz o Santi Cabeza disfrutaron de buenos disparos pero sin ver puerta. Como también lo intentó Loren Molinero tras robar un balón en su cueva e intentar sorprender a Sergio desde su casa, pero el balón lo detuvo el cancerbero. Entonces fue turno para el colegiado de la contienda que permitió demasiado a unos y a otros. Sobre todo a Ibou, que se empleó a fondo con Manu Monteagudo y le dejó todo el rostro como un ecce homo, pero la sangre se quedó en una sola amarilla. Eso sí, no dudó en expulsar a Darío en tiempo de descanso cuando el técnico fue a preguntarle por qué añadió cinco minutos en lugar de cuatro como había dicho.
Otro mazazo
En la segunda parte, el gol de Del Barco hizo aún más daño que el primero. Corrían apenas dos minutos cuando Gallego, incansable durante todo el partido, robó un balón en el centro del campo para montar una contra perfecta y servir un balón a Del Barco que definió perfectamente por bajo. Era el 0-2.
Salió a relucir la pizarra como viene siendo habitual y Barea pudo hacer el tercer tanto, pero su cabezazo, tímido, se marchó por línea de fondo. Mientras tanto, el Atlético Tomelloso estaba muy serio en defensa, muy bien posicionado y sabiendo leer perfectamente el partido. A la hora de encuentro, Barea era objeto de un penalti tonto y absurdo y Gallego, que quería mojar, se encargó de tirarlo con la mala suerte de que Sergio le paró con los pies la pena máxima. Sin embargo, seis minutos más tarde, Gallego dio un recital de los suyos. Y es que todo el mundo sabe que el delantero es puro pundonor, todo lucha y que hace un trabajo incansable. Pero también es cierto que, muchas veces, falla las más fáciles y sorprende con lo más difícil. Pues bien. Eso hizo; sacarse un zurdazo que se coló por toda la escuadra derecha de Sergio. Gran gol y premio a su gran trabajo.
Pasaron los minutos y el partido fue muriendo pese a algunos acercamientos en ambas áreas, pero el tercer tanto de Gallego terminó por sentenciar un encuentro muy completo del Atlético Tomelloso y gris y desdibujado de un Manchego que se vio siempre superado por su rival.