Cada 25 de abril, la ciudad de Tomelloso revive una de las celebraciones más antiguas de su calendario festivo: San Marcos. Se trata de una primitiva fiesta, que se pierde en la noche de los tiempos, en la que se celebraba del paso del invierno a la primavera y que en nuestra localidad (y en muchas de La Mancha y la provincia de Jaén) se festeja comiendo el hornazo.
El hornazo es un bollo con masa de brioche, una torta dulce, con un huevo, que no falta en ninguna casa tomellosera. Este dulce ya aparece en la Segunda Parte del Quijote:
«El bachiller se ofreció a escribir las cartas a Teresa de la respuesta, pero ella no quiso que el bachiller se metiese en sus cosas, que le tenía por algo burlón, y, así, dio un bollo con dos huevos a un monacillo que sabía escribir, el cual escribió dos cartas, una para su marido y otra para la duquesa, notadas de su mismo caletre, que no son las peores que en esta grande historia se ponen, como se verá adelante. (II-50)».
Antiguamente el hornazo se comía en el campo, cuando se salía a los sembrados a “atarle los pelos al diablo” que era el ancestral responsable de la meteorología y las plagas que arruinan las cosechas. Las cuadrillas de mozos y mozas salían a pasar la tarde al “salto”, en la carretera de La Alavesa. Por cierto, que había que estrellar el huevo en la frente de la persona más cercana. Cuando la Virgen de las Viñas llegó a Tomelloso y se fue consolidando el recinto de Pinilla, la fiesta se trasladó a aquel paraje, transformándose con el paso del tiempo en una celebración más infantil.
Panaderos Artesanos J. Sánchez, que lleva desde 1752 elaborando pan en Tomelloso, es uno de los hornos con más solera en la elaboración de la merienda típica de San Marcos. Desde los días previos a la celebración, los escaparates de las tiendas de J. Sánchez están decorados con hornazos gigantes que equivalen a 50 de los corrientes. Para llamar aún más la atención, nos contaba Jesús Sánchez, el responsable de la empresa, le ponen huevos de oca que son un calibre mayor que los de gallina.
El J. Sánchez Panaderos Artesanos ofrecen desde el hornazo tradicional, con un huevo de gallina; también con huevos de codorniz, mucho más pequeños, incluso tienen la capacidad de hacer hornazos de encargo, para grupos, con la cantidad de huevos que elija el cliente. Los hornazos dobles salen decorados con una cara sonriente, nos explicaba. Por producción, señalaba Jesús, este año no han podido acometer las novedades que tenían previstas, como los hornazos con huevo de chocolate.
Sánchez estima que van a vender 6.000 hornazos entre el lunes, el martes, día de San Marcos y el fin de semana de la Romería de la Virgen de las Viñas. En ese sentido, el panadero destacó el esfuerzo que supone combinar con la producción diaria de panadería y bollería con los extras que suponen campañas como la de San Marcos. Pero, subrayaba, gracias al esfuerzo de todo el equipo, un año más saldrá adelante.