La alcaldesa de Tomelloso, Inmaculada Jiménez, y el concejal de Cultura, Raúl Zatón, han acompañado este miércoles a alumnos, profesores, ponentes y cuerpo directivo del curso de verano de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM), que durante dos días se ha celebrado en la localidad, en la visita que han realizado al Museo del Carro-El Bombo, donde se ha preparado un almuerzo a base de migas manchegas y otros productos tradicionales de la gastronomía local.
El curso, “Rehabilitar el paisaje III: La Mancha. Arquitectura de excepción” tiene como objetivo profundizar en la percepción del paisaje en contacto directo con la realidad y siguiendo una estrategia proyectual común. Es la tercera edición y la alcaldesa ha agradecido a sus directores Francisco Javier Bernalte y Francisco Javier Castilla, su implicación “con Tomelloso, con nuestro paisaje y nuestro patrimonio” y su interés por “querer cultivar ese paisaje y nuestra seña de identidad, que son los bombos, como pieza indispensable de la ciudad”. Un agradecimiento que ha hecho extensivo a profesores y ponentes que trabajan de la mano con ellos para que el desarrollo del curso sea posible.
Jiménez ha incidido en la riqueza de contar con jóvenes estudiantes universitarios, con muchas inquietudes, “que durante dos días han estado ampliando sus conocimientos sobre nuestro paisaje y nuestro patrimonio, formándose en el pensamiento lógico e intelectual”. Es, ha dicho, “un orgullo” porque “la Universidad es pieza fundamental para que los estudiantes puedan tomar después su propio rumbo y su propio pensamiento con la formación que adquieren para enfrentarse a la búsqueda de empleo”
Para Jiménez, la colaboración con la Universidad es indispensable y ha de ser “cercana para permitir a los jóvenes que están en periodo de formación que tengan elementos y lugares de referencia”. Los alumnos del curso, de hecho han podido recorrer el paisaje manchego, visitar los bombos repartidos en él e incluso dormir en ellos, en una experiencia única.
La colaboración con la Universidad no se va a quedar en este curso solamente, porque va a permitir también estudiar la Casa del Gallego. “Tomelloso es muy afortunado de contar con el conocimiento de la Universidad y tenemos que tenderle la mano para que esas colaboraciones sigan en marcha, se sigan consolidando y ampliando”, ha apuntado Jiménez. Para ello, ha recalcado, desde el Ayuntamiento, se van a seguir poniendo todos los medios a su disposición en una colaboración que queremos seguir estrechando y que consideramos indispensable para que muchos proyectos se conviertan en realidades”.
Paisaje lleno de realidad y poesía
Agradecidos se han mostrado también los directores del curso, dirigido a alumnos y profesores de escuelas de Arquitectura, Bellas Artes, Humanidades e Ingeniería, así como a profesionales “artesanos” interesados en los oficios y sistemas constructivos propios de la arquitectura tradicional. Para ellos, ha dicho Francisco Javier Bernalte, es fundamental “seguir sembrando sensibilidad sobre la mirada al paisaje del viñedo donde La Mancha es más Mancha, que es en Tomelloso”. Estos tres años de curso de verano les ha hecho descubrir, ha explicado, la degradación que está sufriendo “ese mar de viñas” y la necesidad de “cuidarlo, mimarlo y protegerlo”, porque si no, “lo vamos a perder”.
El de La Mancha, ha afirmado, es “un paisaje lleno de realidad y de poesía hecho a fuerza de tiempo y curtido a fuego lento que no podemos perder en dos días”, un “lienzo artístico”, ha añadido, que se pregunta si es compatible con la explotación intensiva del viñedo y las naves que se levantan junto a los bombos, “con la poética plástica del paisaje”.
Considera que el paisaje de La Mancha tiene además posibilidades para la puesta en marcha de proyectos arquitectónicos destinados al alojamiento hotelero de lujo con los bombos como protagonistas “y los senderos como grandes pasillos”.