Partido de la 9ª jornada que se disputó el pasado sábado en Quintanar del Rey. El partido comenzó con casi 30 minutos de retraso. Muy buena entrada en el pabellón. El público dedicó aplausos a ambos conjuntos al finalizar el encuentro.
Salieron ambos conjuntos con una férrea defensa y hasta el minuto 3 no se movió el marcador. Fue en el minuto 5 cuando los locales se sacudieron los nervios y empezaron a anotar de tres en tres, como si los hubieran estando reservando para la visita del líder. Cinco triples anotaron en este primer cuarto más otros cuatro en el segundo. Además con muy buenos porcentajes. Los nuestros deambulaban noqueados por la pista, sin bajar los brazos, pero sin acertar a desarrollar buenos ataques y sin conseguir amainar el vendaval ofensivo de los locales. Ni los cambios de defensa, ni los tiempos muertos, ni los ajustes ofensivos. Todo era en vano. Los auriverdes estaban siendo arrollados por una maquinaria perfecta de jugar baloncesto. Entre la algarabía local se llega al descanso con un 41 a 17 que explicaba lo que había sido la primera parte del encuentro.
En el vestuario incredulidad, cabezas bajas, caras tristes, pero por encima de todo, un sentimiento: “Nosotros no nos rendimos”. El objetivo que se fijan nuestros chicos es ganar el tercer cuarto. A la salida de vestuarios los atléticos endurecen su defensa y elevan el nivel hasta ponerse a la altura de la dureza local. Ya no hay canastas fáciles en el aro tomellosero. Los porcentajes en el tiro disminuyen dramáticamente y los auriverdes, a pico y pala, comienzan a anotar. En los primeros 5 minutos del cuarto consiguen un parcial de 1 a 10 que fija el 42 a 27 en el electrónico. Con esa diferencia se llega al último cuarto.
Se abre el último acto con un buen parcial de 5 a 16, esta vez con 5 triples de los nuestros (4 de Rafa Román y otro de Adolfo). La igualdad ya es casi absoluta. 50 a 46. A los nuestros, en la pista y en el banco, se les veía lo que Cliford Luyk denominó, “la mirada del tigre”. El equipo local miraba con desesperación el electrónico. Los cambios defensivos se sucedían sin que acertaran a parar la marea auriverde. Era un partido nuevo. En estos minutos, los locales, pese a su juventud, demostraron más tablas y pusieron sobre la pista todo lo que hizo falta para ganar, protegidos bajo el manto de una cierta permisividad arbitral. Los nuestros aguantaron golpes y desaires sin descomponer la figura, luchando hasta el final. Curiosamente los dos únicos descalificados fueron Jaime Yáñez y Adolfo Román, lo que condujo a la victoria local final por un ajustado 58 a 51.
En definitiva, gran partido, jugado con muchísima intensidad por ambos equipos que dejó buen sabor de boca a la entendida parroquia local quien al finalizar el encuentro ovacionó a unos y a otros. Con esta derrota los nuestros se quedan fuera de la copa, sin duda, una decepción después de ocupar el liderato durante muchas jornadas. Sin embargo, no conviene olvidar que en el camino también se encuentra satisfacción. Y el camino que recorrieron nuestros jugadores el sábado fue el que conduce al éxito, aunque en esta ocasión no se lograse la victoria.
Nueva derrota del junior
El domingo por la mañana visitaba el pabellón san José el segundo clasificado, Baloncesto Criptana. El conjunto criptanense demostró el por qué de su buena marcha esta temporada. Intensidad defensiva al límite, rápidas transiciones y agilidad en los pases. Enfrente, los chicos de Úbeda trataban de capeaban el temporal tratando de no perder la estela visitante. Precisamente en el último cuarto fue cuando mejor jugaron los nuestros dejando canastas de bella factura que hicieron que la jornada se cerrara con buen sabor de boca. Sin duda, el junior criptanense es el equipo que mejor baloncesto ha desplegado en el polideportivo tomellosero.