Ha pasado de ser el vehemente secretario general del PSOE de la provincia a un presidente de la Diputación, institucional, que gobierna para todos, pero sin abandonar su ideología. José Manuel Caballero Serrano, nacido en 1970, es un político de raza que ha sido el Diputado más joven o Secretario General de Juventudes Socialistas de España, entre otras cosas, y que subraya su municipalismo tardío. Para este Diplomado en Trabajo Social, Tomelloso es muy importante porque si le va bien a la ciudad, le va bien a toda la provincia de Ciudad Real.
Gracias a su amabilidad y al buen hacer de su gabinete, Caballero nos concede la entrevista en horas veinticuatro, que diría el clásico. Llegamos antes de la hora convenida al palacio de la Diputación, siempre sorprendente, decimonónico, recargado. En el patio hay una exposición de Ángel de Andrade, el que hizo que Antonio López Torres perdurase en la pintura. José Manuel Caballero nos conduce a su despacho, pequeño, en comparación con el inmenso palacio. Tras ofrecernos agua —la tarde primaveral la requiere—, nos muestra el salón de plenos, apabullante. Y nos ponemos a charlar.
Pregunta.- Llama la atención que en la provincia haya tantos políticos, relativamente jóvenes, con lo mal vista que está la profesión en la actualidad.
Respuesta.- Ciudad Real es una provincia en la que hay una generación que nos iniciamos, cada uno con nuestras ideas, en un partido y que en la actualidad, siguiendo el escalafón, hemos alcanzado máximas responsabilidades en el ámbito en el que nos corresponde.
Eso tiene que ver en que cuando comenzamos en política fueron años de euforia y participación: los años ochenta. Todos nos socializamos, unos con Felipe González y Bono y otros con Fraga y Aznar. Pertenecemos a una tradición de militancia en partidos que, sin duda, nos identifican a cada uno con nuestras ideas pero que nos hacen ser respetuosos con el momento y con la historia. No creo en esos políticos que piensan que porque hayan llegado ahora a la política esta es buena y antes era un desastre. Política buena y mala ha habido antes y ahora y en ese sentido por tanto, lo nuevo no tiene que ser necesariamente bueno.
P.- Y en ese sentido, ¿cómo llega usted a la política? ¿Fue una decisión meditada o lo decidió de la noche a la mañana?
R.- Mi familia viene de una tradición comprometida claramente con la izquierda. Mis abuelos lucharon en el bando republicano, un tío, hermano de mi padre, estuvo exiliado cuarenta años… Mi hermano en el año 1983 fue elegido alcalde… En mi casa siempre se ha hablado de política y ha existido un compromiso político a pesar de ser una familia muy humilde. Somos seis hermanos y yo soy el más pequeño, mis padres son pobres; muy pobres. Mi padre es jornalero y mi madre ama de casa y siempre han tenido una conciencia política muy clara. Yo con doce años era perfectamente consciente de cual era mi compromiso social y político porque lo había visto en mi familia. Había visto susurrar a mis abuelos y a mis padres de política, para que no se oyese fuera.
Con 14 años, en 1984 funde las Juventudes Socialistas de mi pueblo y he pasado por todos los escalafones, tanto de la organización juvenil como del partido.
P.- ¿En el PSOE se han cumplido sus inquietudes y anhelos políticos?
R.- Pues mire, proviniendo, como le digo, de una familia humilde, de seis hermanos, con padres analfabetos, ser el Secretario General de Juventudes Socialistas de España y el Diputado nacional más joven, sin duda que colma todas mis aspiraciones en política. Supone un orgullo enorme para mí y para mi historia familiar el que hijo de un jornalero, nieto de represaliados, llegue al Congreso de los Diputados.
Por otro lado, siempre he tenido claro que mi compromiso tenía que estar con los míos. Con la gente humilde, sencilla, con la gente de los pueblos, con quienes proceden de familias numerosas con pocas posibilidades económicas… A mí el ser socialista no me ha costado trabajo, es que no podía ser otra cosa. Pero valoro a quienes no proviniendo de mí mismo estrato social son socialistas porque tiene tanto o más valor que lo mío. Sin duda, en mi caso era un compromiso vital, bilógico, adquirido desde pequeño. Decidí estudiar Trabajo Social porque entendía que de una forma profesional, a través de una carrera universitaria, debía devolver a la sociedad lo que había recibido atendiendo a los más humildes y los más desfavorecidos y ese ha sido siempre mi compromiso.
P.- Por tanto, deduzco que usted es un acérrimo defensor de lo público.
R.- Claramente. Los seis hermanos hemos estudiado gracias a tener becas, de otra forma, dado que mi padre era el único que trabajaba, no habíamos podido obtener carrera como todos tenemos. Por tanto, defiendo lo público. Pertenezco a la generación de Felipe González, de los que pudimos estudiar gracias a las becas y que progresamos y mejoramos la historia de nuestros antepasados, sencillamente porque el Estado y el modelo de estado de bienestar nos ayudó.
P.- Aunque suene a un lugar común, ¿desde la política se puede cambiar el mundo?
R.- Sin duda alguna, la política es transformadora. Mire mi ejemplo, una familia humilde, de seis hermanos que estudiamos y tuvimos carrera. Hemos tenido mejor vida que nuestros padres e infinitamente mejor que la de nuestros abuelos. Eso ha sido gracias a la política, no a que nosotros fuésemos más listos. Sin duda, nos hemos esforzado, pero hubo condiciones políticas para que transformásemos nuestra realidad, nuestra situación y no estuviéramos condenados a ser jornaleros como habían sido nuestros padres.
Por supuesto que confió en la política como trasformadora. Y ahora que estoy en la Diputación mucho más que cuando me dedicaba a la vida parlamentaria. En el parlamento se está más en el debate, en las ideas, en la refriega, en las propuestas… Las leyes son más lentas en su aplicación y en su resultado, mientras que en la gestión directa se toma una decisión que afecta al presupuesto y repercute directamente en la gente.
P.- Entonces, ¿es más importante la política municipal?
R.- Es muy directa. Tiene un alcance limitado porque los presupuestos son limitados, pero tú tomas aquí una decisión y no digo que le cambies completamente la vida a una persona, pero sin duda se la mejoras. Si aprobamos, por ejemplo, un Plan de Empleo, a una familia que está desempleada le permites que pueda tener un contrato, que mejore la autoestima y que puedan tener unos ingresos, trasformando ligeramente su vida. Eso se ve en el día a día con las decisiones que se toman. Por tanto, la política municipal es la más eficaz a corto plazo.
P.- Y para usted que ha pasado por todo en política, ¿qué supone ser presidente de la Diputación de Ciudad Real?
R.- Estoy contentísimo, me siento muy feliz y agradecido, a los ciudadanos que nos votaron y al PSOE que me propuso ser el presidente. He descubierto una vocación tardía que es la de la gestión municipal. A pesar de haber sido Diputado, Secretario General de Juventudes Socialistas de España y de haber viajado por todo el mundo, ahora esta etapa me está gustando muchísimo. El trabajo con los alcaldes, el ver las transformaciones que vamos haciendo en los pueblos, poco a poco, en momentos de dificultad. Creo, modestamente, que no se reconoce lo suficiente aquellos que trabajan en la política municipal. No a los presidentes de Diputación, sino a los alcaldes, alcaldesas y concejales.
P.- ¿Qué les diría a los que abogan por la eliminación de las Diputaciones?
R.- Probablemente no conocen de lo que están hablando, ni saben para lo que sirven las Diputaciones. Tenemos un presupuesto limitado, en el caso de la de Ciudad Real 106 millones de euros para 2017. Eso no es nada si lo comparas con los siete mil y pico millones que tiene la Junta de Castilla-La Mancha. Pero es un presupuesto tan dirigido a actuar directamente, a ser eficiente, que, sin duda, se multiplica por varias cifras. Tiene un resultado y una repercusión en los ciudadanos muy importante, muy significativo. Si el presupuesto de la Diputación se incluyera, por su desaparición, en el de la Junta, ¿quién garantizaría la recogida de la basura de los pequeños núcleos urbanos? ¿Quién garantizaría las actuaciones musicales, culturales o deportivas? ¿Quién destinaria los recursos necesarios para hacer planes de obras, cambios sustanciales en calles, plazas o fuentes? Se echaría de menos, ese presupuesto entraría en otro más amplio con un montón de necesidades, muy importantes, pero lo pequeño se dejaría de hacer.
P.- En una provincia inmensa como es la nuestra…
R.- Ciudad Real es la tercera provincia de España y aunque tengamos poblaciones grandes, somos de las que menor densidad de población tenemos. Son 19.800 kilómetros cuadrados de territorio, hay más de 200 kilómetros entre un extremo y otro. Tenemos que garantizar los servicios y ofrecerlos con la misma calidad en zonas urbanas y en poblaciones muy pequeñas. La Diputación presta un servicio de mucho interés y mucha eficacia y, además, lo hacemos sin deuda. No le debemos nada a nadie, ni a los proveedores, ni a los bancos.
P.- ¿Ha descubierto muchas cosas en estos dos años de la provincia de Ciudad Real?
R.- He conocido a personas y colectivos con los que antes no tenía contacto. He descubierto la importancia de sectores como el agroalimentario en nuestra provincia y el dinamismo que genera el mundo del vino y esa economía productiva que es para nosotros nuestro buque insignia y tenemos que cuidar. He visto, también, las potencialidades que para el turismo tiene la provincia, si vinculamos el Quijote con la naturaleza. Estoy teniendo un baño de nuevos conocimientos y nuevas realidades, que me vienen muy bien porque estoy abierto a aprender, a escuchar y a atender a todo el mundo superando lo que a veces es la política de trincheras. El estar en la Diputación y contender con alcaldes del PSOE, del PP, de IU o independientes te hace comprender que la vida política es algo más que una trinchera.
P.- Todo el mundo esperábamos encontrarnos al vehemente Josele Caballero al frente de la Diputación y nos ha sorprendido un presidente institucional y con capacidad de gestión.
R.- Soy muy consciente de que en el momento en que me convierto en el presidente de la Diputación dejo de ser un dirigente solo del PSOE para convertirme en el presidente de la Diputación de todos los ciudadrealeños, piensen como piensen. También en el presidente de todos los alcaldes y alcaldesas de la provincia, sean del color que sean. Pero yo no abandono, ni mucho menos, mi ideología, ni reniego de ella, al contrario, cada día me siento más orgulloso. Gobierno de acuerdo con mi ideología, pero gobierno para todos. Eso lo tuve claro desde el primer día y me quise demostrar a mí mismo y a la sociedad que yo era capaz de gobernar sin sectarismo y sin trinchera. Y, le digo, honestamente lo intento todos los días, atendiendo a todo el mundo, sabiendo que, al final, a mí y a mi partido, nos van a reconocer por como yo sea capaz de gobernar para todos.
P.- Estando cercano el ecuador de su mandato, ¿Qué destacaría de estos casi dos años?
R.- Hemos mantenido todo lo que se venía haciendo bien antes, que eran muchas cosas. Seguimos abundando en el apoyo al sector agroalimentario, por supuesto, FENAVIN es un instrumento de primer orden para la promoción del vino. Hemos mejorado, en la medida de lo posible, las políticas que ya se hacían bien antes. Luego, hemos abierto nuevas políticas, vinculadas fundamentalmente al turismo. El turismo está siendo actualmente la principal herramienta vinculada al desarrollo de España. Quiero aprovechar, ya que se trata de un recurso económico de primer orden para otras comunidades y territorios, que lo sea también para Ciudad Real, teniendo en cuenta que aquí no tenemos playa.
Estamos propiciando un modelo de turismo de interior, vinculado a las letras, a la cultura, a la obra universal de Cervantes que es el Quijote y a la naturaleza. No hay ninguna provincia en España que tenga el potencial natural de Ciudad Real. Por tanto, tenemos que aprovechar ese potencial en beneficio de la promoción económica y lo que supone el turismo para la generación de empleo y riqueza en estos momentos. Y ha dado resultado, hemos aumentado las pernoctaciones en el pasado año, pero hay que mantener los pies en la tierra. No somos Benidorm, ni Marbella, pero tampoco somos Madrid ni Barcelona, somos una provincia de interior con un gran patrimonio histórico, natural y cultural que hay que ordenar bien para que empiece a ser rentable.
P.- Comprenderá que le tengo que preguntar por el PSOE…
R.- Bueno, pues el PSOE tiene una situación compleja, complicada, lo hemos pasado muy mal en estos meses de atrás. Los que queremos al PSOE hubiéramos hecho todo lo posible para evitar el trauma que hemos vivido en este tiempo, dejándonos una parte muy importante de nuestra historia y el querer de muchos ciudadanos. Tenemos que recuperar esto. Me duele cada vez que veo a socialistas enfrentándose a socialistas porque no es nuestro modelo ni nuestro estilo. El nuestro es el de la fraternidad entre compañeros y hoy no se practica lo suficiente. Desde luego, tenemos que pensar como podemos superar esta etapa de crisis y enfrentar el futuro en mejores condiciones. Sinceramente, yo lo que le pido a los militantes es que piensen a lo hora de votar al candidato que eligen como le va a ir mejor al PSOE en su pueblo. También hay que pensar que el líder debe llevar el proyecto político hacia la victoria política frente al PP, no hacia la revancha. Tengo claro que abordaremos un proyecto de futuro porque para obtener resultados distintos hay que hacer cosas distintas.
P.- Y llegamos a Tomelloso, ¿qué representa la ciudad para la Diputación y para su presidente?
R.- Tomelloso está bien representado en la Diputación, con dos diputados en ambas bancadas, algo que no ha tenido nunca, creo. Pero, además, yo tengo una magnífica colaboración y coordinación con la alcaldesa, por ello, soy muy consciente de lo que preocupa, de lo que interesa y de lo que necesita Tomelloso. Prácticamente cada dos días hablo con Inmaculada Jiménez, que me cuenta las necesidades y las demandas de la ciudad y, en todo lo posible, intento ayudar y colaborar.
Tomelloso es muy importante para la provincia de Ciudad Real porque es la tercera ciudad en número de habitantes y es, sin duda, un importante polo de desarrollo económico. Sé que para que le vaya bien al conjunto de la provincia le tiene que ir bien a Tomelloso y de ahí que la localidad es una de mis prioridades como presidente de la Diputación.
P.- ¿Y cómo se nota que Tomelloso sea una de sus prioridades? ¿Cómo se sustancia ese compromiso?
R.- Se nota en que el año pasado invertimos 1,5 millones de euros, prácticamente. Sin duda una cifra importante, una cantidad histórica que además va destinada a muy diversos objetivos. Fundamentalmente a planes de empleo, también a planes de obras y, también con ayudas de emergencia. Es muy destacada la cantidad que destinamos a familias que lo están pasando mal y la forma de llegar a ellos es a través de las ayudas para la adquisición de alimentos y productos de primera necesidad. Y luego hay un potente sector asociativo, que en estos momentos en Tomelloso supone una cifra de ayudas de 60.000 euros. Es una de las localidades más beneficiadas de las iniciativas de la Diputación y lo hacemos por justicia. Tomelloso es una población importante que genera mucho retorno económico de lo que recibe, con mucho dinamismo, con gente muy implicada y muy emprendedora y, por tanto, nos interesa mucho.
P.- A pesar de ello, los tomelloseros tendemos a pensar que caminamos solos, sin ayudas de nadie.
R.- Eso es una tradición de Tomelloso que no se corresponde con la realidad, lo digo sinceramente. Desde luego, en este momento no, y en los anteriores creo que tampoco. Como le decía, soy muy consciente de lo que interesa, lo que preocupa y lo que debemos hacer en Tomelloso. Y la alcaldesa lo sabe y, además, lo utiliza. En todos los proyectos importantes para Tomelloso, desde los pequeños a los grandes, ahí va a estar la Diputación sin ahorrarnos ni un céntimo, ni de esfuerzos ni de euros. Estamos en un apoyo institucional, político y económico.
P.- Y dado que visita Tomelloso con frecuencia, ¿cómo ve la ciudad?
R.- Tomelloso está cambiando. Creo honestamente que la alcaldesa y el equipo de gobierno lo están haciendo bien. No hay mayorías absolutas y se venía de una larga tradición en ese sentido. Le ha sentado bien a Tomelloso que no haya mayoría, así se sacan los presupuestos con acuerdos con otros grupos, las decisiones están consensuadas, en general, con la mayoría de la Corporación desde distintas tendencias políticas. Noto que a Tomelloso le está yendo bien, en un momento complejo y de dificultad. Hemos conseguido reducir la tasa de desempleo, aumentar la natalidad empresarial, se están haciendo acciones concretas que no son obras megalómanas pero que están vinculadas a necesidades concretas. Sinceramente creo que Inmaculada Jiménez se ha consolidado bien en Tomelloso y tiene las raíces clavadas en la tierra.
P.- ¿Y en cuanto a las reivindicaciones históricas de la ciudad, como el tren?
R.- Últimamente hemos visto como el ministerio de Fomento nos daba un mazazo con el tema del tren. Ahí había que intentar que los dirigentes del PP, sus senadores y diputados, mantuvieran una actitud crítica y reivindicativa con el Gobierno. Se ha desechado demasiado pronto la incorporación de Tomelloso y Argamasilla a la red ferroviaria y esto puede dar lugar, todavía, a un debate, al estudio y a buscar las opciones. Pero tampoco quiero que se convierta en un asunto de discusión con el PP y el Gobierno de España. No renuncian los dos alcaldes al tren, pero sin despistarnos de eso, que es muy importante, no podemos olvidarnos de otras cosas como los planes de empleo o que crezca y se consolide el tejido industrial de las pymes de Tomelloso. Y esto es muy importante, tanto o más como el hecho de tener tren.