¡Qué fina es la línea entre el éxito y el fracaso! ¡Qué curioso es ver el vaso medio o medio vacío cuando la realidad es la misma! Pero al fin y al cabo, qué complejo es el fútbol para hacerlo tan grande, tan bonito. Y es que en la tarde de ayer, el fútbol volvió a ser caprichoso con el Atlético Tomelloso y con su particular destino. Y volvió a demostrar que en esto del balompié dos más dos no son cuatro. También volvió a demostrar que la justicia no existe en este deporte y que el tópico de “al final, cada uno queda donde se merece” es algo muy bonito de cara a la galería, pero que no consuela a un equipo que se va jodido después de coleccionar una veintena de ocasiones.
¿Mereció ganar el Atlético Tomelloso? Sí ¿Mereció el empate el Almansa? Pues también. Pero es más, estimado respetable, es que pudo perder el equipo de Darío si Buyo no le para las intenciones a un tal Miguel Ángel que se ha convertido en la sensación de este inicio de curso.
Tirando de reproches, poco hay que reprochar a un equipo que juega, que construye, que genera y que vuelve a generar. Y poco hay que reprochar a un equipo que si de algo puede presumir es de trabajo y compromiso. Llamémoslo suerte, falta de pegada, poca calidad o la maldición de un tuerto que ha mirado a este equipo, pero cuando la pelota dice no es que no.
Dominio absoluto
Dominó de cabo a rabo, de principio a fin, del minuto 1 al 90 el Atlético Tomelloso. Salió enchufado el equipo de Darío después de lamerse las heridas del partido gris de Quintanar del Rey. Ureña estuvo soberbio todo el partido y las tuvo de todos los colores, pero la puntería volvió a fallarle. A los siete minutos, el de Bolaños se plantó solo ante el portero y dudó entre tirar o pasársela a Santi Cabeza. Al final, ni una cosa ni otra. Ocasión perdida. Era la primera. Y clara.
Tocado de su rodilla, se erigió Vampi como el mejor del partido al ser un todoterreno por la banda derecho. Subió y bajó como quiso, hizo paredes con todo el que se ofrecía y se atrevió a pegarle a puerta cuando el guión lo requería, pero el palo, en dos ocasiones y un mal pase en boca de gol, le privaron de un mejor premio. Aun así, el pobre se marchó lesionado de su rodilla derecha entre los aplausos de la grada.
Abrió pronto la lata el conjunto auriverde y la abrió tirando de pizarra. Era el minuto 11 cuando Juanfri botó un córner al primer palo. Allí aparecía Manu Monteguado que la peinó al segundo palo para inaugurar el marcador. Pudo, un minuto antes, Santi Cabeza haber abierto el marcador, pero Marcos, el mejor del Almansa, mandó el balón a córner.
Tras las ocasiones de Ureña, Vampi y Santi Cabeza, le tocó el turno a Javi Fernández que dibujó el balcón del área con el balón pegado al pie y mandó un zapatazo por encima del larguero. Y tanto perdonó el Atlético Tomelloso que en el único acercamiento del Almansa llegaría el empate. Manu Monteagudo caía con un adversario dentro del área y el árbitro pitaba penalti para protesta del jugador y de la grada. Parra no fallaba desde los once metros y hacía el empate.
Se lesionó Juanfri, el mejor en este inicio de curso, y dejó a su equipo mermado. Gallegosaltaba al campo y tuvo la primera y más clara para haber marcador el segundo tanto, pero después de plantarse solo ante el portero, mandó el balón a la cepa del poste. Ya en la recta final, Ureña se sacó una gran volea que se fue lamiendo el larguero y Santi Cabeza botó una falta que obligó a estirarse al portero para mandar el balón a córner.
Partido roto
En el segundo tiempo, la lesión de Vampi marcó partido ya que Manu Monteagudo pasó al lateral por exigencias del guión. Salió Del Barco en busca de profundidad y de pegada, pero el madrileño también se topó con el tuerto que había mirado a sus compañeros. Avisaba el delantero con un gran disparo lejano que se fue lamiendo el larguero y más tarde falló la ocasión más clara al rematar con el exterior en el segundo palo.
Probó suerte Ureña con una falta fuerte y ajustada, pero de nuevo Marcos sacó una mano providencial para salvar a su equipo. Y tanto estaba volcado al ataque el Atlético Tomelloso y tanto empezó a tirar de corazón, en lugar de cabeza, que el Almansa dio algún susto en las contras. Como en la primera que tuvo Miguel Ángel y salvó Juanpe o en dos que tuvo de nuevo el delantero almanseño y que paró Buyo para salvar a su equipo de la derrota.
Jugó con diez el Almansa los últimos diez minutos y se dejó el alma el equipo de Jovi. Javi Heranz también la tuvo, al igual que Gallego y Del Barco, pero ninguno fue capaz de mover el empate a uno en el marcador. Al final, reparto de puntos que sabe a impotencia en el Atlético Tomelloso y empate con sabor a gloria de un Almansa que hizo un tremendo esfuerzo físico para llevarse un punto