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jueves, 21 noviembre
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Pilar Serrano: “Sin el apoyo de los demás no soy nada”

Pilar Serrano: “Sin el apoyo de los demás no soy nada”

En plena ola de calor me encamino a Argamasilla de Alba. El sol, inclemente, va cambiando el color del paisaje, del verde al ocre. Los matices de esa suerte de amarillo son el color del asfixiante verano manchego. Pilar Serrano vive en la calle Rodrigo de Pacheco, nada menos, el trasunto de Alonso de Quijada o Quesada, o tal vez Quijana; “pero esto importa poco a nuestro cuento; basta que en la narración dél no se salga un punto de la verdad”. Pilar me espera en la puerta de la calle, sonriendo. Pilar tiene una sonrisa inagotable, perenne, grandiosa, realzada por unos ojos grandes, redondos, serenos y sinceros. La morada es un oasis en medio de la calima manchega; nos acoplamos en el patio. La casa está llena de objetos, de recuerdos de una vida dedicada a la cultura. Lorenzo, el eterno compañero de la entrevistada, nos acompaña, de vez en cuando nos corrige, otras veces nos ilumina.

Pilar Serrano de Menchén, según reza La web de las biografías, “es poeta, articulista, investigadora, conferenciante y animadora cultural española, nacida en Argamasilla de Alba (Ciudad Real) el 10 de abril de 1950. La extensión y profundidad de su obra literaria y periodística, acrecentada por el dinamismo que ha sabido imprimir a todas sus iniciativas para fomentar el desarrollo cultural de la comunidad castellano-manchega, ha trascendido el ámbito regional en que se mueve para convertirla en uno de los mayores exponentes de la presencia femenina en el panorama intelectual español de la segunda mitad del siglo XX”.  Dirige el Grupo Tiquitoc Teatro, creador del Quijote en la Calle, es la presidenta de “Los Académicos de la Argamasilla», y participa activamente en la Asociación de Cervantistas. En el año 2006 fue nombrada Hija Predilecta de Argamasilla de Alba

Los Académicos de la Argamasilla

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Comenzamos por el principio, los Académicos de la Argamasilla, que preside nuestra entrevistada, van a llevar a cabo en noviembre el XVI Juicio Crítico. El encausado será el actor Emilio Gutiérrez Caba «porque ha hecho bastantes cosas de Cervantes, le gusta la literatura cervantina y recientemente ha interpretado de manera fenomenal en una serie al propio Manco de Lepanto. Creemos que puede ser un perfecto Académico de Honor». En Argamasilla siempre ha habido un grupo de personas interesada en defender la tradición cervantina de la localidad, que se reúnen emulando la academia argamasillesca creada por la imaginación de Cervantes, y con cuyos sonetos y epitafios se cierra la primera parte del Quijote y que el propio Azorín que se reúne con ellos.

En los años 60 del siglo pasado un grupo de entusiastas argamasilleros, encabezados por Juan Alberto Padilla, deciden institucionalizar a Los Académicos «le presentan al Gobernador Civil de Ciudad Real la documentación necesaria para legalizar la institución. Además, se incorporó una relación de personalidades que apoyaban el proyecto, entre ellos Federico Muelas o Camilo José Cela. Pero en la lista se incluía a Gregorio Prieto, que en aquellas fechas firmó un manifiesto de apoyo a un disidente comunista que iban a fusilar. Así que el Gobernador no aprobó la creación de Los Académicos». Con la llegada de la democracia lo volvieron a intentar «pero solo nos permitieron ser una asociación cultural. Pero la idea y el trabajo que llevamos a cabo tiene más altas miras»  de tal manera que la Universidad de Castilla-La Mancha les edita los Juicios Críticos.

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El Quijote ha superado a Cervantes

Y de Los Académicos solo podemos ir a al Quijote, que es el personaje de una novela que si nos atenemos a la literalidad de la misma, ni quiera la escribió Cervantes y que en La Mancha lo hemos asumido como algo real «yo creo que el Quijote ha superado a Cervantes». Llegados a este punto hablamos de esa materialización de la novela, de sus aventuras y de sus escenarios en nuestra tierra, algo que ocurre con pocos personajes.

En cuanto a Rodrigo de Pacheco, Pilar asegura que hay varias causas que nos pueden dar a entender que es el personaje real en el que se inspiró Cervantes para crear a  Alonso Quijano. En primer lugar está la leyenda del cuadro que hay en la iglesia de Argamasilla («lo tengo aquí»), que da pie a pensar que Pacheco es El Quijote. Pilar nos lee la leyenda del cuadro de la que se deduce que «este señor estaba loco». Cuenta que hubo un alcalde en el siglo XIX, apellidado Antequera, que quiso restaurar la casa que acogía la Cueva de Medrano, y que en un libro que escribió relata que todavía quedaba el recuerdo en Argamasilla de que «este Rodrigo de Pacheco, estando malo recibió la visita de un retablo de títeres, que destruyó de manera violenta». Del mismo modo, Antequera «contaba que él mismo había visto en la casa del bachiller Sansón Carrasco un ejemplar del Quijote dedicado por el propio Cervantes a Sansón Carrasco». Lorenzo recuerda haber visto, de niño «serillas llenas de libros» porque jugaba con los chiquillos de esa casa.

Pilar explica que la imagen que aparece en el cuadro exvoto de Rodrigo de Pacheco es la Patrona de Illescas, la Virgen de la Caridad, «Illescas está a pocos kilómetros de Esquivias, patria de la mujer de Cervantes».  Entonces, esos Pachecos, los de Argamasilla, son la misma familia que los de Illescas. «Yo lo que creo es que esta señora que hay aquí en el cuadro —me la señala— que pasa más desapercibida puesto que el importante es el caballero Rodrigo de Pacheco, es su hermana». Y me cuenta varias cosas interesantes de esta señora «el cuadro lo encargan en Toledo. La pintura parece de un discípulo del Greco. Allí, en  Toledo, tenían una casa, en la plaza de Valdecaleros. ¿Tú crees que un hombre tan ambicioso como era Cervantes no podría enamorarse de esta mujer?». Relata que esta mujer cambio su testamento para hacer «una capellanía con la que se enseñase gramática a los vecinos de Argamasilla». Pilar asegura que hay muchas coincidencias y está casi segura que el piropo del Manco de Lepanto fue a la dama Pacheco «y dijeron, a este le damos un susto. Y lo meten en la casa esa. ¿Por qué en una cueva? Porque Argamasilla entonces no tenía cárcel pública». La entrevistada, con vehemencia y genio asegura «que son tantas cosas que a Argamasilla no nos pueden obviar».

Nos metemos a dilucidar la antigüedad de Tomelloso y el actual núcleo de Argamasilla de Alba, coetáneos y sin embargo los tomelloseros consideramos que no tenemos historia con respecto a nuestros vecinos del sur. Tal vez sea, explica la Hija Ilustre de Argamasilla de Alba porque «el Lugar Nuevo corresponde a terrenos del siglo XIII, heredero de varias jurisdicciones». En ese sentido nos cuenta que está estudiando los moriscos que vinieron aquí, ya que según Hervás «hubo 500 familias de moriscos en Argamasilla y no encuentro nada en las Relaciones de Felipe II, pero he encontrado datos de la época de su expulsión y no son tantos».

Lo que no cabe duda para un lego como este entrevistador el amor de Pilar a Argamasilla de Alba y La Mancha. «Mantengo el concepto que me trasmitió una profesora de mi infancia: “lo vuestro lo tenéis que defender vosotros”».  Aquella idea le hizo ver a Pilar, con el tiempo «que era necesario que nos implicáramos mucho, por encima de carros y carretas». Cuando Juan Alfonso Padilla «nos avisó a Lorenzo y a mí, que ya estábamos casados, para que participásemos del proyecto de Los Académicos, yo era una cría, con mis aficiones literarias, pero una cría».

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Y abundado en el carácter caótico de entrevistador y entrevistada, damos otro salto y Pilar relata que vino de Madrid a trabajar a Argamasilla, a la Comunidad de Regantes de secretaria del Jurado de Riegos, algo muy serio nacido a imitación del Tribunal de las Aguas de Valencia «allí aprendí muchísimo». En aquella época, Pilar «tomé conciencia, aún más, de la importancia de lo que teníamos. Por entonces empecé a estudiar la historia de Argamasilla». Siempre ha intentado hacer ver a la gente «que tenemos un patrimonio que hay que defender. No solo un patrimonio, una idiosincrasia peculiar por estar donde estamos. Y Argamasilla, además, tiene además una tradición literaria que ya quisieran muchos que los nombraran en El Quijote. Es que Argamasilla está en El Quijote».  Y Lorenzo Menchén nos recuerda que Cervantes tiene un poema titulado “Del burlador, académico argamasillesco, a Sancho Panza” y que «los de Argamasilla de Calatrava son rabaneros».

Pilar Serrano: “Sin el apoyo de los demás no soy nada”

Hay que reconocer que se está bien en el patio y Pilar, amable anfitriona, nos ofrece un refrigerio y, claro, nos dejamos llevar del ambiente de tranquilidad e intentamos desvelar la identidad de Avellaneda, no sabemos si son galgos o Lopes. Además, Pilar en cuanto ve un hueco cambia el tercio, me da un capotazo (en el mejor sentido de la palabra) y deja de hablar de ella, de tal forma que llegamos hasta Argel, nada menos. Y concluimos —concluye Pilar— que Cervantes era un jugador,  un hombre de capa y espada, muy dolido de su patria y de su rey. «Hay un dato importante que te voy a dar, Cervantes estuvo preso en Argel con Antonio de Toledo, el que hace la capitulaciones de Argamasilla».

Hago otro intento para hablar de ella, su amor por su pueblo le ha hecho y le hace estar en todas las iniciativas que fomenten Argamasilla de Alba, hace pocas semanas tuvo lugar El Quijote en la calle. «Fíjate, por hacer todo esto he abandonado mi vocación que es escribir poesía. La escritura, en este caso la poesía es algo necesario para mí. Empecé a componer de adolescente poemas de amor y fue Vicente Cano el que me aconsejó que no dejase de escribir. Porque yo he tenido una vida difícil en lo personal y Vicente se preocupó de que escribiese». En ese sentido «Lorenzo me ha apoyado mucho. Cuantas veces digo que no y es él el que me anima».

El Quijote en la calle

“El Quijote en la calle” nace de una idea que ya existía «hay fotografías de que se llevaba a cabo en 1905 y lo hacían más difícil que nosotros lo hacemos. Lo representaban por las esquinas y se llamaba “Estampas del Quijote”, cada barrio montaba una representación y en cada esquina montaban una aventura. En 1905 vinieron unos periodistas y por eso tenemos imágenes». Fue en el año 2000 preparando el IV Centenario «nosotros que éramos un grupo de teatro aficionado, muy numeroso, Tiquitoc Teatro y llevamos ya 18 convocatorias».

Pilar, cuenta que empezó con la idea de seguir un orden, pero «queremos que la gente se sienta alegra viendo El Quijote y los niños lo entiendan. No quiero corregir la novela, voy cogiendo frases muy cortas poniéndolas en bocas de los personajes. Hubo que desechar aquella idea del orden porque hay aventuras que son muy representables y otras no». Y en ese sentido, Pilar nos cuenta suceso digno de la novela «como tengo una vena creativa de estas locas» pensó en hacer la aventura de los leones. Buscó leones amaestrados y encontró unas empresas de animales para el cine «pero cobraban 7.000 euros y hubo que abandonar la idea», eso y el miedo de la compañía, decía entre carcajadas. Para Pilar es un trabajo ímprobo que empieza en noviembre con la realización del guion. «Quiero que el pueblo de Argamasilla de Alba participe, voy por la calle y voy haciendo el casting. En general se sienten muy contentos de participar». Empieza en noviembre, como nos dice, y acaba en junio y el grupo ha dejado de montar otras obras.

Pilar Serrano: “Sin el apoyo de los demás no soy nada”

Profeta en su tierra

Le pregunto, a la Hija Adoptiva de Argamasilla de Alba, que si se siente profeta en su tierra «si es que uno no es ninguno, sin el apoyo de los demás tú no eres nada». Y se vuelve a salir por la tangente, le insisto preguntándole por lo que sintió cuando recibió el nombramiento «¡me quedé planchada!». Pilar, aunque ella no lo diga, es una mujer que no escatima esfuerzos por su pueblo y La Mancha en general, que pasea por la calle con una sonrisa seráfica y a quien todo el mundo saluda y de quien se habla bien, algo que uno cree la debe de hacer muy feliz «lo que pasa es que la gente me ve como ellos y cuando hay que hacer algo piensan en Pilar Serrano. Por cierto que lo que me llamó mucho la atención fue que me nombraran pregonera del carnaval». Y eso nos da pie a darle un repaso al carnaval, al de entonces, el que verdaderamente era transgresor, colegimos los tres.  

Una difícil situación familiar

Pilar Serrano de Menchén tiene una parte muy humana, que no muestra «eso yo no lo quiero tocar, que lo paso muy mal». Ha sido capaz de conjugar una imparable actividad cultural con una difícil situación familiar «yo pienso que casi más era la gente que me rodeaba y me hacía seguir. Ana Moyano me dijo una vez en un momento complicado—nosotros hemos vivido siempre al límite— “Pilar a ti Dios te ha concedido el don de poder escribir para que saques la cabeza fuera del agua. Una enfermera en una situación crítica de mi hijo me dijo “¿Qué hubiese hecho tú si no hubieras tenido este problema?».  Sus dos hijos nacieron con el Síndrome de Arpot, con 21 años y durante toda su vida «ha sido eso. Me ha marcado mucho porque he visto mucho, ¡mucho!». En Madrid, los médicos le dijeron que sus hijos padecían una enfermedad hereditaria «me dijeron que no podría tener más hijos pues nacería con la enfermedad y  que cuando los chicos tuvieran 14 o 15 años iban a morir. Eso lo hemos vivido con la angustia de que íbamos al médico sin solución».

Y Pilar me sigue contando, con su sonrisa inmarcesible y su dulce voz que «Loren ha tenido más dificultades porque en los hombres se desarrolla más la enfermedad. Pilar es la primera mujer que padece el Síndrome de Arpot que ha terminado una carrera. Admiro muchísimo a mis hijos porque han superado cosas terribles». Cuando empezaron no había diálisis en toda la provincia por lo que tenían de desplazarse a Madrid día sí y día no. «Para que mis hijos pudieran instalar tuve instalada en casa una pequeña clínica donde les hacía yo misma la diálisis». Tuvieron que construir una habitación sanitaria, para ello tiraron toda la planta baja con las instalaciones de la luz y el agua nueva «y ya nos trajeron la máquina». Para Pilar el mayor problema eran las agujas «mayores que las de ganchillo», pero aprendió «y lo pasé más mal…». Y así, «hemos ido viendo la vida, capeando el temporal y haciendo actividades».

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