Juntas de cofradías y hermandades de España han pedido para esta Semana Santa que cada paso sea fiel a su acento, ya sea andaluz o castellano, y prime el silencio, la solemnidad, la devoción popular y el respeto a las imágenes, ya que la procesión «no es un espectáculo». Asimismo, esperan que les acompañe el buen tiempo para poder salir a las calles.
En concreto, el Hermano mayor de las Cofradías Fusionadas de Málaga, Eduardo Rosell, pide de cara a esta Semana Santa «respeto» a las imágenes pues, tal y como explica, con ellas se hace «una catequesis» de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo.
«El silencio en las calles es complicado pues cada uno tiene sus formas de expresar sus sentimientos, el respeto supone ver la procesión con cierta devoción, no es un espectáculo, ni un carnaval ni una chirigota, ni una hoguera de San Juan, son imágenes religiosas que están en una iglesia y tienen un culto y devoción, algunas de muchos años», explica a Europa Press.
Rosell defiende la «idiosincrasia» del lugar de origen de cada cofradía, que se refleja en la forma de llevar los pasos, el trono y la forma de procesionar. En concreto, de Málaga –donde hay 41 cofradías de Pasión y 80.000 cofrades– destaca «la grandeza de los tronos, tan gigantes».
También ha indicado que en su ciudad han solicitado que se quiten los luminosos para que estas luces artificiales no roben protagonismo a los pasos y todo sea más solemne y mejore la estética. Además, destaca el «atractivo cultural» de la Semana Santa de Málaga que favorece al turismo, al transporte, al alojamiento y la hostelería.
APAGAR EL ALUMBRADO EN VALLADOLID
Por su parte, el presidente de la Junta de Cofradías de Valladolid, Felipe Esteban, ha pedido para este año solemnidad, austeridad, silencio, que cada cofradía preserve su personalidad y, sobre todo, «buen tiempo» para sacar los pasos.
En Valladolid hay un total de 20 cofradías y 12.000 cofrades que este año saldrán a las calles portando las imágenes con más solemnidad y austeridad si cabe, ya que el Ayuntamiento les ha concedido su petición de apagar el alumbrado y cubrir los semáforos de los tramos por los que pasan, cuidando que esto no suponga un problema de seguridad.
En cuanto al silencio, Esteban explica que es un rasgo «primordial» en las procesiones castellanas donde son más reacios a expresar el sentimiento en voz alta. «Lo expresamos con el silencio», asegura. Por ello, frente a la polémica generada este año acerca de algunas procesiones castellanas que habían adquirido un acento andaluz, Esteban aboga por «no perder la personalidad».
NI DEPORTIVAS NI CHICLES
En esta línea, la presidenta de la Junta de Cofradías de Toledo, Ana Pérez, ha indicado que el recogimiento y el silencio es algo ya muy conseguido en las procesiones de Toledo. Además, afirma que la gente cada vez tiene más respeto hacia los pasos y, dentro de las propias hermandades, respeto de las normas, como por ejemplo, no llevar deportivas o no ir comiendo chicle.
Al igual que el presidente de la Junta de Cofradías de Valladolid, Pérez apuesta por guardar el «carácter» y «autonomía» de cada hermandad que, en Toledo –donde salen 20 cofradías y 5.000 cofrades–, también se caracteriza sobre todo por el silencio. Además, pone de relieve el hecho de que cada vez más jóvenes se «enganchan» a las cofradías, especialmente, cuando tienen bandas de tambores.
En cuanto al apagado de la iluminación, Pérez precisa que en su caso no es tan necesario pues en las calles por las que procesionan, al ser del casco histórico, los pasos no suelen encontrarse con semáforos.
DEVOCIÓN POPULAR EN SEVILLA
Mientras, el Hermano mayor de la Hermandad del Gran Poder de Sevilla, Félix Ríos, ha pedido para este año que las cofradías sepan dar el testimonio que vienen dando desde hace siglos y que la ciudad «recuerde cuál es su legado de respeto y tradición a lo sagrado y que lo mantenga y conserve».
Según ha destacado, las cofradías sevillanas se caracterizan por mantener algo tan importante en este tiempo como es, a su juicio, el «sustrato de piedad popular» y considera que la Hermandad del Gran Poder de Sevilla es «un referente en ese mantenimiento de esa devoción popular que se transmite de manera natural de generación en generación».
También ha abogado por que cada hermandad sea «fiel a su idiosincrasia» y, en cuanto a la iluminación, considera que el Ayuntamiento ya vela año tras año por «la estética», especialmente en las procesiones nocturnas, pero cree que las cofradías también deben ser «prudentes» y «tampoco cargar a la ciudad con una excesiva petición de cosas».
