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sábado, 23 noviembre
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José Ángel López: “Tomelloso ha vivido 20 años de parálisis urbanística”

Jose Ángel López

José Ángel López Navarro es el concejal más joven de la Corporación. Nacido en 1989 es el concejal de Servicios relacionados con Urbanismo, Obras e Infraestructuras y Caminos, Medio Ambiente, Parques y Jardines, Adecuación de Espacios Urbanos y Cementerio. Unas áreas de las más visibles del Ayuntamiento y las que, sin duda, más polémica generan. Sus actuaciones son miradas con lupa por los tomelloseros porque repercuten en el día a día de los vecinos.

Charlamos con el concejal valorando su primer año al frente del urbanismo de Tomelloso. José Ángel es vehemente y minucioso en las explicaciones, desmenuza cualquier cuestión que el planteamos hasta el mínimo posible. Se ve que disfruta hablando de obras, planos, calles, aceras, rigolas, parterres, bulevares o rotondas.

José Ángel López estudió Geografía y Ordenación del Territorio en la Universidad de Castilla-La Mancha. Hizo en la Universidad de Granada el en el Máster “El análisis geográfico en la Ordenación del Territorio y Tecnologías de la Información Geográfica”. Cuando empezó a hacer su Tesis Doctoral «Inmaculada me pidió ir en las listas y le dije que contará conmigo. Yo venía de la Ejecutiva de estar trabajando con ella. Inmaculada Jiménez siempre me ha trasmitido ganas, valores y entereza y quise participar de su proyecto».  El concejal empezó en las Juventudes Socialistas con 16 años, a los 18 se afilió al PSOE y con 20 años ya estaba en la ejecutiva local del partido.

—¿Usted cree que las inquietudes políticas y sociales de los jóvenes tienen cabida en los partidos?  Resulta llamativo que a pesar de lo mal vista que está la política, en Tomelloso y en todas las formaciones, los jóvenes apuesten por el bien común.

—Es verdad que la política está generalmente mal vista, pero también es cierto que al final las administraciones tiene que funcionar y tiene que haber quien las administre. Los jóvenes, a pesar del panorama tan poco alentador, nos hemos decidió a estar ahí y a querer luchar. La gente que lleva más tiempo en política, a lo mejor, sus intereses originarios pueden haberse visto modificados y persiguen cosas un poco más abstractas que en un primer momento. Cualquier concejal joven de esta Corporación, que los hay en casi todos los grupos, tiene esa voluntad de trabajo. No tenemos aspiraciones más concretas, eso es saludable y bueno. También tenemos la esperanza de que la opinión que se tiene de la política, al ver gente joven con ganas, pueda cambiar.

—Después de un año de concejal ¿sigue siendo un ciudadano normal? Ya sabe que si hay algo que, para mal, caracteriza a los políticos es alejarse de la realidad.

—No sé quién dijo que para gobernar a la gente hay que ser gente. Al final hay que estar con los pies en la tierra. Mantengo mi vida tal y como era cuando empecé, además, tampoco tengo más aspiraciones. En mi vida diaria no ha cambiado no ha cambiado nada, de hecho, sigo vistiendo igual.  Intento ir formal a los actos y cuando tengo que ir con traje voy, pero en el día a día visto de la forma más cómoda, no puedo ir en americana ni con zapatos a ver una obra. Llevo una concejalía que está muy en la calle, todo lo que se ve repercute en las opiniones de la gente. Me gusta salir, cada vez que puedo, solo o con el encargado o el arquitecto a ver las obras. Mantengo el contacto con los trabajadores de la plantilla y me gusta que sea así.  Escuchas los comentarios de la gente, sale la vecina de enfrente porque estás haciendo una obra y te dice lo que te tenga que decir y la escuchas. Esa es la manera de estar conectado con tu sociedad.  Mis hábitos no han cambiado nada, mis aficiones siguen siendo las mismas, mi pareja y mis amigos también. A los míos les pido que sean sinceros conmigo y si hago algo mal que me lo digan.

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—Su urbanismo, hasta hace un año, era más teórico que práctico, ¿la realidad de la ciudad ha modulado sus propuestas y conceptos?

—Sí. Me he tenido que adaptar a la realidad. La teoría es teoría y la realidad es la realidad. Sigo con mi ímpetu y mis ganas de hacer cosas, pero es cierto que al final esas ideas, como si fuesen arcilla, se tienen que moldear y la forma que cogen es el que permite la ley, la norma y el que los técnicos le dan. Aunque la idea pueda ser política, son los técnicos son quienes la moldean, a pesar de que tú intentes que vaya por donde es tu idea o lo que hayas pactado con los ciudadanos a través del programa electoral. Una parte muy importante es la sociedad, una obra cuando empieza a ejecutarse toma mucho de la gente que vive enfrente o de quien pasa y la comenta.

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—Ya lleva usted un año al frente las concejalías, seguramente, más visibles del Ayuntamiento, ¿cómo fue su aterrizaje, qué se encontró cuando llegó a las Casas Consistoriales?

—Cuando llegamos había diferentes temas que estaban abiertos. Uno, en particular, al que no se ha sabido trasmitir a la sociedad su importancia, que es el Plan de Ordenación Municipal. Suena a abstracto y lejano, pero un POM marca el futuro de la ciudad. Ese Plan había sufrido, y no se nos había dicho, un informe severo con muchas correcciones por parte de la Junta, por lo que estaba parado. Ese melón nos lo encontramos abierto; con tiempo y paciencia, reflexionamos. El equipo de gobierno cedimos en nuestras pretensiones porque entendíamos que se han invertido más de 200.000 euros y no podíamos tirarlo completamente para atrás. Por ello aceptamos gran parte de su redacción, pero, como se está haciendo, introduciendo las modificaciones para que el modelo tenga más consistencia y sea más coherente. El POM se volverá a exponer este año al público para que se conozcan esas modificaciones, hablando antes con los Grupos Políticos. Vamos a intentar que para antes de que acabe el año puede pasar por Pleno y quede aprobado definitivamente.

También nos encontramos mucho trabajo pendiente, había unos Planes de Empleo que ya estaban previstos. Vi que esas obras iban a ser positivas y decidí que siguieran adelante pero introduciendo algunas modificaciones y, sobre todo, más ganas. El Plan de Obras también estaba pero ahí si decidimos introducir nuestras modificaciones. Respetamos la obra de calle Donantes de Sangre y en cuanto a la calle Azucena dijimos a los Grupos que se esperasen que se iba a hacer. Ciudadanos nos creyó y la espera ha merecido la pena pues se ha incorporado a la convocatoria de subvenciones. La Casa del Gallego estaba en un estado lamentable y había que intervenir en ella por lo que hubo que dejar, momentáneamente como se ha visto, de lado para salvarla.

—La rehabilitación Casa del Gallego, a pesar de las controversias surgidas, la han mantenido ustedes contra viento y marea…

—Se va a salvar lo que se pueda salvar de la casa. El otro día recapitulando nos dimos cuenta de que en Tomelloso se han hecho casas parecidas. Cuando se salvó la antigua estación y el muelle de RENFE se hizo, por parte de la corporación de Ramón González, exactamente lo mismo, se salvó lo que se pudo porque se entendía que eran edificios emblemáticos e importantes a los que se quería dar un uso en aquel momento. También se hizo lo mismo con la casa de Francisco Carretero donde solo se pudieron salvar unas cuantas habitaciones, las pinturas, la fachada y la cueva.

En la Casa del Gallego estamos haciendo algo parecido: queremos salvar las fachadas, la cubierta la hemos hecho completamente nueva. Se trata del inmueble más antiguo que queda en pie en Tomelloso, no podemos permitirnos seguir perdiendo nuestro pasado y nuestra historia. Es un proyecto amplio que, seguramente, supere esta legislatura, pero es necesario salvar un icono de Tomelloso.

—Una de las primeras ruedas de prensa de usted como concejal fue en la Hospedería del Museo del Carro para explicar la situación de esa infraestructura y señalar la intención de equipo de gobierno de poner en valor un posible recurso turístico ¿En qué estado se encuentra? ¿Se va a acabar, o seguirá durmiendo el sueño de los justos?  

—Se han valorado diferentes alternativas. La intervención en la Hospedería es costosa, realmente lo que queda, aparte de las reparaciones de los daños por vandalismo, es la equipación de la cocina, el aire acondicionado y la calefacción. Estamos estudiando una posibilidad en Contratación de que alguien explote la hospedería.

—Está a punto de acabarse el proyecto estrella de usted como concejal de Urbanismo, a la remodelación de la entrada Norte de Tomelloso. Ya sabe que ha generado y genera opiniones encontradas, para unos está muy bien y para otros es malísima. Es una actuación que tiene mucha visibilidad y la primera que deja la impronta del equipo de gobierno del PSOE en el urbanismo de la ciudad.

—En el programa electoral iba separado, llevábamos dos puntos, uno era llevar a cabo la rotonda y otro remodelar lo que llamábamos el frente sur del parque Urbano Martínez. Al final se aglutinaron y se han hecho en un único proyecto. Estamos satisfechos, se trata de la entrada principal de la ciudad, que antes daba una imagen nefasta. Ahora mismo cuando se sale de calle Socuéllamos y se llega al entorno de la estación de autobuses se ve el parque. Esa amplitud, luminosidad y sensación de apertura, que es lo que se buscaba, es lo que se ha conseguido. Cuando se abra calle socuéllamos, que es de doble sentido, se va a convertir en una vía principal, la gente pasará por ella y eso va a redundar en el parque, algo importantísimo. El Urbano Martínez estaba olvidado y marginado y se ha incorporado urbanísticamente a Tomelloso, van a pasar los coches pero también los ciclistas con el carril bici que se ha hecho. También queremos que pasen más los peatones.

Sobre las polémicas, los ciudadanos son soberanos de opinar lo que quieran. Ninguna obra se va a hacer con el acuerdo del cien por cien de la población, todos nos sentimos dueños de la vía pública.

—¿Cómo lleva el estar en el ojo del huracán mediático?   

—Lo llevo bien. Al final, como le decía, la gente tiene derecho a la crítica. A la constructiva y a la menos constructiva. De la primera se aprende.

—Volviendo a la calle Socuéllamos, usted dijo que el carril bici de esta vía iba a ser el primero de una suerte de circuito, ¿nos lo puede explicar?

—Sí, el carril nace desde el entorno que se ha reformado, atravesando el parque Urbano Martínez, llegando hasta la misma rotonda del IVICAM. La idea ahora es continuar hasta el hospital, por medio de un camino para ciclistas que estará operativo, si no pasa nada, antes de fin de año. El otro, que conectará con el que digo del IVICAM, será el de la Avenida Juan Carlos I, que nacerá en la Ciudad Deportiva. Se trata de un anillo que permitirá ir desde la Ciudad Deportiva, atravesando Juan Carlos I, por la carretera de Albacete para dirigirnos al hospital, hacía el centro o al campo. Esto sería una primera fase que, esperamos, que al final de los tres años que quedan de mandato se pueda quedar muy avanzada. Después se seguirá ampliando.

—En las calles principales, las que atraviesan la plaza ¿tienen proyectado incorporar carriles para las bicicletas?  

—En algunas ciudades, como por ejemplo Alicante, lo que se ha hecho con las calles que por su anchura no permiten tener carril bici, son las denominadas vías con preferencia ciclista. Se reduce la velocidad de los coches a 30 km/h marcando en la misma calzada la preferencia del ciclista. En los tramos más cercanos a la plaza de calle Socuéllamos no se puede incorporar un carril bici. Pero cuando la bici sea un vehículo preeminente en Tomelloso, una solución sería crear estas vías de preferencia ciclista.

—Otra de las realidades con las que se ha encontrado ha sido con el vandalismo

—Es un desastre que se tengan que tengan que gastar 180.000 euros en reparar bancos, farolas o columpios porque hay gente que se divierte destrozándolos. Esos 18.000 euros podían ser bancos nuevos o farolas en sitios donde no hay de los primeros o hay que cambiar las segundas. Es doloroso gastar dinero de esta forma porque, al final, el dinero de la administración es de todos.

—¿Qué van a hacer con el Mercado Municipal? Era un recurso en el que incidían mucho cuando el PSOE estaba en la oposición.

—Uno de los proyectos más ambiciosos que llevamos en el EIDUS fue el Mercado de Abastos. Se valoró la propuesta de reactivarlo tal y como venía en el programa electoral. Una especie de mercado local, mercado gourmet, añadiéndole el ocio y la restauración. También llevaba un proyecto de fomento del comercio de Tomelloso que se pondría en marcha allí. Lógicamente también se contempla la rehabilitación urbana del entorno y la del edificio. Ese proyecto se envió como uno de los más importantes a la propuesta de Fondos FEDER. Tenían que haber resulto ahora, pero como el gobierno está en funciones se ha pedido una prorroga hasta septiembre. Si recibimos la subvención, o parte de ella, el Mercado de Abastos podría ser una realidad en Tomelloso.

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—Siguiendo con su departamento, ¿tiene en proyecto alguna actuación llamativa?

—Una de las mayores obras que vamos a empezar es la Avenida Juan Carlos I. Los parterres generan una serie de molestias y los vecinos tenían quejas. No es una zona muy atractiva, cuando se hizo era una avenida periférica, pero con el avance urbano se ha asimilado como una avenida más, es la prolongación de Antonio Huertas. Vamos a demoler la acera actual y aprovechar su anchura y la de los parterres, que suman 6 metros, para hacer un bulevar peatonal con los árboles alineados, farolas y bancos. Dándole el aspecto de Antonio Huertas pero sin cometer el error de dejar la acera anterior y hacer el bulevar.

Es un proyecto de muchísima envergadura, vamos a empezar en el cruce de Antonio Huertas, Doña Crisanta y Juan Carlos I y vamos a llegar hasta la carretera de Albacete. Año tras año vamos a ir haciendo fases y renovando los acerados y las infraestructuras que van debajo.

—Dada la minoría absoluta del equipo de gobierno cada proyecto lo deben consensuar con el resto de los grupos, ¿lleva bien ese ejercicio de diálogo?

—Los vecinos tiene que saber que el urbanismo que se hace ahora en Tomelloso está muy consensuado y se aceptan propuestas y trabajos que el resto de grupos nos comentan en las comisiones. En la medida de lo posible siempre se intenta hablar, no es igual de fácil con todos.

—¿Con qué se queda de estos meses de gobierno?

—Con las ganas. Cuando hablo con el departamento lo que reconocen es la cercanía, un trato amable y, sobre todo, que antes no había proactividad política en ningún departamento del Ayuntamiento. Además, esas ganas las mantengo, es lo que hace que esto funcione y que se puedan seguir haciendo cosas. Al final a nosotros nos votaron para que hubiera cambio, no para estar escondidos y con miedo sino para lo contrario. Muchas críticas vienen porque se han vivido veinte años de mucha parálisis en urbanismo. Nosotros preferimos arriesgarnos en hacer cosas, no buscando cambiar por cambiar, sino porque sabemos que  con el tiempo se verá que son positivas. Esas son las ganas que te empujan, pero, sobre todo, el no tener miedo porque cuando tienes claro que esto no es tu profesión te puedes arriesgar. Cuando dices que dentro de tres años me tienen que votar porque no tengo oficio ni beneficio, tienes que ser muy conservador en tus actuaciones.

En cuanto a una obra o proyecto, por encima de otros más grandes o más pequeños,  me quedo con el Parque del Barrio San Antonio, por la revitalización, como un espacio de vida y convivencia y la vuelta de tuerca que le va a suponer al Barrio para ponerlo en el mapa.

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