La búsqueda de un lugar habitable dentro de nuestro Sistema Solar ha traído de cabeza a científicos y astrónomos desde hace decenios. Decenas de misiones han tenido como objetivo encontrar alguna evidencia que nos permita pensar en hallar un mundo que reúna los elementos necesarios para la vida.
El pasado lunes, la NASA, en una rueda de prensa que a la que acudieron muchísimos medios, informó de un hallazgo que significa un avance enorme en el descubrimiento de mundos habitables. En las observaciones realizadas por el veterano telescopio Hubble en Europa, una de las lunas de Júpiter, se han observado grandes géiseres de agua que sobresalen de la superficie del satélite, evidenciando la existencia de un océano bajo el subsuelo de Europa. Durante la entrevista los portavoces de la agencia espacial anunciaron el descubrimiento de siete de estos géiseres, denominados “plumas de agua”. Esos chorros se elevan a alturas que pueden alcanzar los doscientos kilómetros y el agua transportada vuelve a caer sobre la superficie de Europa en forma de lluvia.
La luna de Júpiter es la sexta en tamaño de todos los satélites del planeta y se cree que posee un océano gigantesco bajo su superficie. Estas creencias se ven ahora reforzadas por las observaciones del telescopio espacial Hubble. Según las estimaciones, dicho océano podría contener más agua que todos los mares y océanos de la Tierra. Sin embargo la superficie de Europa es una gruesa y durísima capa de hielo, lo que dificulta enormemente la observación del interior del satélite.
A pesar de todo, el océano subterráneo de Europa reúne las condiciones necesarias para albergar vida, al menos tal como la conocemos. Con este último descubrimiento Europa se convierte en el principal candidato a ser un mundo habitable y dentro de nuestro alcance.
El año que viene la NASA pondrá en órbita un nuevo telescopio espacial para realizar observaciones más precisas sobre esta prometedora luna de Júpiter y ya preparan el envío allí de una nave que demuestre que efectivamente Europa es habitable y para buscar trazas de una posible forma de vida.
Suene o no a ciencia ficción, Europa es una candidata excepcional a albergar vida extraterrestre. Por el momento, sólo podemos observar e imaginar.
