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lunes, 25 noviembre
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La Guardia Civil desarticula un grupo criminal especializado en el robo de aceite de oliva

La Guardia Civil desarticula un grupo criminal especializado en el robo de aceite de oliva

La Guardia Civil de Ciudad Real ha detenido a ocho personas, y ha investigado a otras dos, todas ellas integrantes de un grupo criminal,  por sendos robos de aceite cometidos en una cooperativa de la localidad ciudadrealeña de Villamanrique y en otra de la localidad portuguesa de Monte do Trigo, en las que sustrajeron un total de 310.000 litros de aceite de oliva.

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Las investigaciones se iniciaron el pasado mes de julio por el Equipo de Policía Judicial de la Guardia Civil de Valdepeñas, cuya primera actuación fue dirigida a investigar el robo de aceite que se había producido en una cooperativa de la localidad ciudadrealeña de Villamanrique, donde sus autores sustrajeron 150.000 litros de este producto, cuyo valor ascendía a 450.000 euros.

Los investigadores realizaron una minuciosa inspección ocular de un hecho  que causó una gran alarma social y un enorme perjuicio económico a numerosos vecinos de la población.

Como fruto de las investigaciones, la Guardia Civil averiguó que el robo se había cometido durante varios días consecutivos y aprovechando que la localidad se encontraba en fiestas durante esas fechas. También averiguó que para cometer el hecho habían sido utilizados varios camiones-cisterna.

Los agentes también tuvieron conocimiento de que un hecho similar se había cometido en mayo de este año en la localidad portuguesa de Monte do Trigo, donde fueron sustraídos 160.000 litros de aceite con el mismo modus operandi que el utilizado en la localidad ciudadrealeña de Villamanrique.

Este modus operandi, coincidente en ambos hechos, hizo que los investigadores sospecharan que en los dos había intervenido un mismo grupo criminal y dio pie al desarrollo de una línea de investigación conjunta entre el Equipo de Policía Judicial de la Guardia Civil de Valdepeñas y el Equipo de Investigación Criminal del Destacamento de la Guardia Nacional Republicana de Portugal en Évora.

La puesta en común de los datos adquiridos en ambas investigaciones permitió localizar en la localidad jiennense de Martos a un camionero que, con su camión,   había sido detectado en las zonas  y en fechas coincidentes con los dos robos.

Esta persona ya tenía antecedentes por hechos similares y su actividad se desarrollaba en el sector aceitero, en el que mantenía relación comercial con algunos empresarios que también habían sido detenidos por su participación en hechos similares, en los que habían intervenido como autores  o como receptadores de aceite robado.

Los investigadores de la Guardia Civil establecieron discretos dispositivos policiales en torno a estas personas, que se desplazaban por varias comunidades autónomas de la geografía española y de cuya actividad se concluyó que todos ellos formaban parte de un grupo criminal jerarquizado y especializado en el robo de aceite de oliva, actividad de la que  obtenían pingües beneficios económicos.

La cooperación internacional entre la Guardia Civil española y la Guardia Nacional Republicana portuguesa permitió la identificación y localización de todos los integrantes del grupo criminal investigado en las localidades cordobesas de Lucena y Priego de Córdoba.

Una vez identificados y localizados los autores de los robos, la Guardia Civil estableció un amplio dispositivo policial en el que llevó a cabo  cinco registros, tres de ellos en domicilios particulares y otros dos en naves industriales de ambas localidades, donde fueron incautados efectos relacionados con los hechos y abundante documentación, así como dos armas cortas modificadas para hacer fuego y gran cantidad de munición. También fueron intervenidos dos camiones que habían sido utilizados para sustraer el aceite.

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Durante el registro se tuvo conocimiento de que varios trabajadores de estas empresas no tenían contrato de trabajo ni habían sido dados de alta en el correspondiente régimen de la Seguridad Social, por lo que la Guardia Civil también puso estos hechos  en conocimiento de la Inspección de Trabajo de Córdoba.

Simultáneamente con estas actuaciones, efectivos del Servicio de Protección de la Naturaleza (SEPRONA) de La Guardia Civil realizaron una inspección en ambas empresas, en las que observaron distintas infracciones relacionadas con la producción y eliminación de residuos y fabricación de biodiesel y con la procedencia y eliminación de envases utilizados para contener aceite. También fueron detectadas varias infracciones relacionadas con materia tributaria. 

DETENIDOS:

M.C.S., de 49 años de edad, J.A.A., de 59 años de edad, J.P.P.R., de 38 años de edad, A.F.D.R., de 26 años de edad y S.P.R., de 28 años de edad, todos ellos vecinos de Lucena.

J.P.J., de 61 años de edad y L.A.P., de 42 años de edad, ambos vecinos de Priego de  Córdoba.

J.M.C., de 54 años de edad y vecino de Martos.

Todos ellos son de nacionalidad española.

INVESTIGADOS: 

C.M.B.Z., 55 años de edad,  vecino de Martos, de nacionalidad española y M.C., de 36 años de edad y de nacionalidad rumana.

Estas detenciones e investigaciones fueron realizadas por los delitos de pertenencia a grupo criminal, robo con fuerza en las cosas, receptación, tenencia ilícita de armas y contra los derechos de los trabajadores, según la participación de cada uno de los autores en los hechos esclarecidos, comprobándose que los detenidos sustrajeron 310.000 litros de aceite entre los dos robos, cuyo valor, incluido el de los daños ocasionados, asciende a una cantidad próxima a  un millón de euros.

El modus operandi empleado por los empresarios era contratar a camioneros en difícil situación económica para cometer los robos. Posteriormente, los camioneros  se desplazaban hasta los lugares en los que se almacenaba el aceite y aprovechando una relación comercial  real, estudiaban las medidas de seguridad con las que contaba la almazara o la cooperativa y su situación geográfica, eligiendo las más vulnerables.

Una vez recabada la información necesaria,  cometieron los robos en días no laborables, asegurándose así de que no hubiera ninguna persona en las empresas. 

Para transportar el aceite robado utilizaron varios camiones, alguna de cuyas cisternas había sido ocultada con cajas frigoríficas como medida de seguridad para dificultar una actuación policial que descubriera su contenido. Después llevaban el aceite hasta almacenes o almazaras donde lo almacenaban hasta su venta.

La modificación sustancial de las características de algunos de estos vehículos fue denunciada por la Guardia Civil ante las autoridades competentes.

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