El gran importador marroquí Groupe Ebertec, de Casablanca, acude por primera vez a un evento de vino en España para lo que ha elegido FENAVIN Contact, gracias a la reputación de la que goza la Feria Nacional del Vino en el ámbito internacional, su gran visión de conjunto y la posibilidad de probar una gran variedad de vinos españoles.
En este exclusivo encuentro de negocio nacido al amparo de FENAVIN, que se celebrará los días 21 y 22 de junio en el Pabellón de Ferias y Congresos de Ciudad Real, el grupo marroquí espera enriquecer su conocimiento de los vinos españoles y hacer grandes descubrimientos.
Stephane Remacle, sumiller de Ebertec, ha subrayado que FENAVIN Contact es una buena iniciativa «algo diferente a la Feria Nacional del Vino pero donde también resultará fácil catar un amplio abanico de vinos españoles de forma aleatoria».
El Grupo Ebertec busca en FENAVIN Contact una amplia gama de vinos españoles que han separado en dos categorías: por un lado, quieren vinos con una alta distribución y consumo (que es el segmento en el que se encuentra su compañía, el consumo masivo) y, por otro lado, también vienen por vinos más elaborados y cualitativos para satisfacer a hoteles y restaurantes, en definitiva, a su clientela más exigente. Ebertec es una empresa filial de Diana Holding, compañía importante en la industria agroalimentaria de Marruecos desde hace más de 50 años y con un importante programa inversor y de diversificación de la actividad.
Escasa presencia de vinos españoles pero cada vez más apreciados
Los vinos españoles aún tienen escasa presencia en el mercado marroquí en comparación con otros países como Francia, aunque sí aprecia su amplia gama y que son de fácil consumo, con sabores y variedades en común (Garnacha, Syrah, Merlot, Cabernet-Sauvignon…) con el vino marroquí por el carácter mediterráneo de ambos.
En los últimos años, ha informado Remacle, el mercado vitivinícola de Marruecos ha evolucionado con una demanda creciente de vino y de más calidad, merced al cambio de los hábitos de consumo, «antes se consumía exclusivamente en las comidas, cenas, en bares y durante ocasiones especiales, pero ahora hay nuevas costumbres como el aperitivo o después del trabajo». Las preferencias se dirigen hacia el vino tinto, y algo más de blancos, rosados y ‘grises’ durante el verano.
Entre las dificultades del mercado marroquí, ha advertido Remacle, está la de que no se puede vender alcohol durante dos meses del año debido a la religión. Tampoco existe ningún tipo de promoción en el extranjero de los vinos marroquíes, cada vez de mayor calidad y con una producción cercana a los 400.000 hectolitros de vino anuales.
Sin embargo, cifras no oficiales indican que la actividad vitivinícola en este país africano ha generado unos ingresos fiscales en 2011 de más de 128 millones de euros, y un empleo de entre 17 y 20.000 personas. El Gobierno marroquí aumentó el impuesto de 42 a 49 euros por hectolitro, lo que parece que no tuvo impacto en el consumo en Marruecos, país de cerca de 35 millones de habitantes.