“El Balcón de La Mancha”, que así se le conoce a la localidad conquense de Mota de Cuervo, asomó al mundo una de las obras de arte que más han emocionado al mundo a lo largo de sus cuatro siglos de historia, pero con un envoltorio muy especial y particular, único, para conmemorar la ocasión. “El Quijote del Toboso” fue presentado en la tarde-noche del pasado martes 19 de julio en el Centro Cultural “La Tercia Real” de la población moteña. Algunos de sus ejemplares, junto a algunas de sus ilustraciones, podrán contemplarse en La Tercia Real hasta el próximo domingo 22 de julio.
Fue un acto “histórico” porque la edición que han realizado el editor pedroteño, José Perea y el pintor, que también es natural de la vecina localidad ciudadrealeña de Pedro Muñoz, José Manuel Exojo, en homenaje al IV Centenario de la muerte de Miguel de Cervantes y de la publicación de la más universal de las obras literarias de las letras hispánicas, es “toda una obra de arte, particular, ilustrada a mano y única”, puesto que cada uno de los 500 ejemplares de los que se compone esta edición especial de lujo, son distintos entre sí, “y personalizados”.
En el acto de presentación que forma parte de la programación de Jornadas de Historia de Mota del Cuervo, estuvieron presentes, entre otros, el concejal de Cultura y Turismo del Ayuntamiento moteño, Omar Villegas, junto al editor propietario de la Editorial Dulcinea del Toboso, José Perea, el artista plástico e ilustrador de esta particular obra, José Manuel Exojo, el maquetador y propietario de la Imprenta Cervantina, Moisés Perea, una de los encuadernadores de esta obra, Paula Cruz, y las técnicas de Turismo del municipio moteño, Mª Ángeles Cano y Mª Ángeles Olivares.
Para el concejal de Cultura y Festejos, “lo que tenemos hoy el orgullo de presentar en Mota del Cuervo no es un libro, es una joya, y me alegra poder hacerlo aquí, en este 2016, un año en el que estamos luchando porque nuestro pueblo sea villa cervantina. Estoy orgulloso por tanto, afirmó Villegas, pero además agradecido porque hayan contado con nosotros para dar a conocer esta obra de arte, esta edición, que está realizada sobre otra obra de arte, la de Cervantes. Un artista con otro artista confieren al producto algo histórico y único”.
Por su parte, la técnico de Turismo del municipio moteño, Mª Ángeles Cano, calificó esta edición especial conmemorativa como “el producto de alguien que ha inventado en su cabeza algo tan grande como esto. De un gran Quijote, soñador y valiente, que en toda su vida ha perseguido realizar un sueño así y lo ha conseguido, sólo se puede decir que es un placer conocerte y conocer el fruto de tu esfuerzo”, en alusión al editor José Perea.
De la edición, Cano aseguró que “los 500 ejemplares únicos, distintos e irrepetibles, tienen una cosa en común: Son una explosión de color, como es José Manuel Exojo, el artífice de sus ilustraciones, fiel a lo que es su estilo, y que tiene un listón tan alto que es difícil de igualar y superar”.
“Un sueño cumplido”
Mientras, el editor, José Perea, narró cómo concibió esta edición conmemorativa del IV Centenario de la publicación de la segunda parte del Quijote: “Lo primero que me planteé es que tenía que hacerse en El Toboso, aunque todos seamos de Pedro Muñoz. La idea surgió hace muchos años, indicó, y con la intención de publicarla en el 2005, pero no pudo ser.”
“Todo en esta edición es único, explicó, cada ejemplar tiene su particular encuadernación realizada artesanalmente, con ilustraciones por todo el libro hechas a mano, nada de imprenta, y con un papel de muchísima calidad, cubiertas complejas, combinando diferentes elementos como la piel de cabra o el metacrilato, y con la particularidad de que, el adquiriente de uno de estos ejemplares, tiene a su disposición espacios en blanco para, aún más, seguir personalizándola al gusto si así lo desea.”
“En ese sentido, aseguró, es una edición única e irrepetible y con el compromiso que se editan 500 ejemplares, y sólo 500, ni uno más. Una pieza de coleccionista, concluyó, cuyo valor una vez adquirida, no parará de crecer con el tiempo. Además de hacerse en El Toboso, ilustrado con pintura que se salta todas las normas hasta ahora conocidas al editar un Quijote, concluyó Perea, tiene la particularidad de haberse encuadernado en un molino manchego.”
“Pintado con el alma abierta”
El ilustrador José Manuel Exojo dijo que esta edición es “histórica, única y exclusiva, porque no hay nada en la historia de la novela de El Quijote como esto. Al pintar las ilustraciones mi inspiración era, añadió, realizar un retablo de la vida de Don Quijote de La Mancha, libre de todo marcaje y condicionante, pero con un elemento primordial que es el color, elemento fiel y real para expresar la vida del protagonista-ser humano, sus mundos, aventuras y pensamientos”.
Exojo precisó que “hay pinturas que están basadas en algunos capítulos del Quijote, pero la intención al ilustrar esta edición era crear cada pieza como única y exclusiva y llegar al Ingenioso Hidalgo a través del color, todo ello con técnica acrílica sobre papel teliano pero pintando con el alma abierta, para realizar un trabajo personalizado y único”.
“Un acercamiento a Cervantes”
El maquetador, Moisés Perea, destacó que “el principal reto y hándicap que ha supuesto maquetar esta edición ha sido el de buscar el acercamiento a Cervantes a través del equilibrio del ilustrador y los encuadernadores, Alberto Cañizares y Paula Cruz. Para mí, indicaba el propietario de la Imprenta Cervantina, ha sido toda una experiencia muy enriquecedora porque buscar el equilibro entre Exojo y Cervantes suponía insertar elementos que condujeran al lector a todos esos mundos que aquí se ensalzan, con sólo la mirada”.
Moisés Perea precisó que en esta obra se han utilizado “más de 200 capitulares, más de 300 cenefas más otras tantas marmosetes y una tipografía, la Valentina, que nace de los conceptos del París del siglo XIX cuando surgió el impresionismo, pero que a la vez contiene estilos clásicos, combinando así el estilo de ilustración de las pinturas de Exojo, con el del insigne caballero de la triste figura.”
“Y en la maquetación realizada en 4/7 con 18 puntos didot, ampliamente legible, hemos perseguido que el derroche de alma y creatividad de toda la obra también quedara reflejados en la maquetación y la mancha de texto, de tal manera que cada página es un cuadro, combinando colores según las capitulares en cada capítulo”.
“Encuadernación artesana y atrevida”
La encuadernadora y artesana moteña Paula Cruz, última en intervenir, comentó que “se han utilizado dos estilos generales de encuadernación en esta obra, una más clásica y otra más innovadora y atrevida. Todo está impreso en papel de alta calidad, cosidos a mano, y las cubiertas combinan piel de cabra con alta calidad con estilos como la holandesa con puntas, con metacrilato, placas de cerámica, porcelana, cristal, o con pastas valenciana, chagreen e incluso una encuadernación con papel de poliéster, que es prácticamente indestructible.”