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viernes, 22 noviembre
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El recital a Félix Grande, fruto de las profundas raíces que deja su obra y persona en Tomelloso

homenaje a felix grande -22

Julio, Ignacio y Manolo, tres de los hermanos de Félix Grande, rodeados de familiares y admiradores del poeta, participaron en un recital celebrado por el colegio que lleva su nombre. Más de una hora de poesía intercalada con música, flamenco, que era de lo que Félix se rodeaba. La media fanega, la peña Los de Montoya y Chacón, junto a la colaboración de poetas y actores locales, ofrecieron un recital atravesado por fragmentos de su novela La balada del abuelo Palancas.

El director del colegio, Javier Cepeda, fue quien repasó algunas partes de esta obra, una de las más importantes y mayor calidad dentro de la literatura contemporánea española. Momentos vívamente expresados desde la memoria de su infancia, de la tierra que lo vio crecer hasta su juventud, del eje familiar al que dedica su obra, su abuelo, y los momentos monumentales y eternos para nosotros como para él, cuando acompañaba a Palancas a sacar a las cabras.

Un árbol simboliza la sombra en la que se cobijaban el cabrero y su nieto, expresa su niñez, evoca el lugar donde sus apreciadas y sólidas raíces crecieron, Tomelloso. Un poema representa el alma de Félix, él era poeta, voz humilde y cercana, voz en alto y desde dentro para denunciar las injusticias, siempre junto a los humillados, a los subyugados. Estos dos elementos, árbol y poesía, formaron el portalibros con que el colegio quiso agradecer la presencia de la familia. Las grandes ausentes, su esposa, Paquita, y su única hija, Guadalupe, enviaron una emotiva carta al colegio en agradecimiento por el evento, recordaron el cariño y la ilusión con que vivió Félix su relación con el colegio que llevaba y llevará su nombre. Ambas, que tuvieron que estar justo el mismo día en la entrega de un premio póstumo para el poeta, así lo destacaron, como sus hermanos: “el colegio era muy importante para él, lo veía como el lugar idóneo donde coger la cultura desde pequeños”.

El amor, la piel, el sentimiento ronco del flamenco. La infancia, la familia, el horror del garrote vil. La vida es siempre buena, la pasión que no cabe en el pecho y saca los versos, la lucha en la vida. Así dice la obra de Félix Grande, así se recitó, se cantó profundamente por los cantaores tomelloseros, que con una seguidilla rememoraron a García Pavón, a López Torres…

“Un humilde recital, como era él”, declaró el director del centro, quien tuvo palabras también de agradecimiento para quienes ofrecieron sus instalaciones, Elder Plaza, y para todos los asistentes. Gracias también al colegio y a todos los que desde el escenario intentaron dar todo lo grande que para ellos era el poeta. Expresiones del sello que ha dejado su persona y obra entre los asistentes. Destacar que entre los poetas estaba Lourdes Picazo, alumna del centro, que recitó Cadenita de Plata, al igual que otra composición propia que en su día compartió con Félix y que éste le pidió conservar. Para Lourdes, “era una persona especial, de las que marcan una etapa importante de la vida de alguien”. Eso es todo, añadió, era especial.

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