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viernes, 20 diciembre
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Tengo cáncer, ¿debo preocuparme por mi salud bucodental?

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Dado el aumento de los casos de cáncer y la mayor esperanza de vida, muchos de los pacientes de esta enfermedad se han convertido en enfermos crónicos más que en pacientes terminales y, cada vez más, acuden más pacientes a la consulta planteando dudas relacionadas con el tratamiento antitumoral que están siguiendo. Estos nuevos planteamientos son importantes y, tratados adecuadamente, no sólo ayudan a resolver complicaciones asociadas con la enfermedad sino también a mejorar los resultados del tratamiento quimioterápicos y radioterápicos.

La boca: una zona muy sensible

Por norma general, el tratamiento del cáncer se basa en la administración de quimioterapia, radioterapia y/o cirugía, dependiendo del tipo de tumor, su fase de crecimiento y su alcance dentro del cuerpo del paciente. Son muchos los beneficios que se derivan de estas terapias, pero también es frecuente la aparición de efectos secundarios provocados por estas agresivas terapias.

La boca es especialmente susceptible a los efectos tóxicos tanto de la quimio como de la radioterapia. Entre algunas de las consecuencias de esta sensibilidad, la aplicación de estas terapias. Entre otras consecuencias, estos tratamientos impiden que las células de la boca se renueven, provocando que la mucosa de la boca se degrade, se vuelva mucho más delgada y que esta sea mucho más vulnerable a las úlceras. Si estas complicaciones van a más,incluso puede llegar a interrumpirse el tratamiento contra el cáncer y poner en peligro la vida del paciente.

Aunque gran parte de estos efectos secundarios son inevitables, si se instauran unas buenas reglas para la higiene bucal se consiguen eliminar infecciones bucales y otra serie de factores que dañan la mucosa bucal. Esto se traduce en que hay una menor frecuencia en la aparición de estas complicaciones y cuando lo hacen, su gravedad es mucho menor.

Las complicaciones más comunes

Los trastornos bucales más comunes son cuatro:

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  1. Mucositis oral ulcerativa, que no es sino un eritema de la mucosa bucal, lengua y labios que progresa a ulceraciones cubiertas por pseudomembranas.
  2. Infecciones que van desde la alteración o pérdida del gusto hasta la sequedad bucal.
  3. Caries múltiples y periodontitis.
  4. Xerostomía, que es la sensación subjetiva de sequedad de la boca por mal funcionamiento de las glándulas salivales, que es uno de los efectos más graves a largo plazo.

¿Que se puede hacer?

Ante estos riesgos, una adecuada salud bucal antes, durante y después de la quimio/radioterapia es fundamental.

1.- Antes de la Quimioterapia/Radioterapia:

Es fundamental acudir al dentista por lo menos un mes antes del inicio del tratamiento, lo que permite minimizar la aparición de complicaciones bucales sistémicas. Junto con la realización de una historia médica minuciosa, una exploración bucal exhaustiva y detallada para tratar cualquier infección bucal presente y se aconseja la extracción de dientes con pronóstico cuestionable y también los dientes impactados, además, se recomienda eliminar prótesis removibles en mal estado y mal ajustada y brackets de ortodoncia.

De este modo, se pueden prevenir en parte, o al menos minimizar, las complicaciones orales que pueden llegar a comprometer la vida del paciente.

2.- Durante la Quimioterapia/Radioterapia:

El tratamiento dental se debe de posponer hasta el final del tratamiento oncológico.

3.- Una vez finalizado el tratamiento de Quimioterapia/Radioterapia:

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Mantener un tratamiento para conseguir recuperar la salud de dientes y encías, tratar los efectos secundarios bucales de cáncer a largo plazo y evitar el uso de prótesis completas o removibles hasta después de un año de finalizar el tratamiento oncológico y esperar dos años para colocar implantes si ha recibido radioterapia y seis meses hasta poder realizar la primera intervención odontológica agresiva.

Tratamientos que dejan la boca sin saliva y recomendaciones para recuperarla

Uno de los efectos adversos más frecuentes es la sequedad en la boca. Estos pacientes deben mantener una higiene bucodental excelente para así conseguir reducir lo máximo posible el riesgo de padecer la enfermedad periodontal (o piorrea) y caries. Para conseguirlo se recomienda:

  1. Beber entre 1 litro y 1 litro y medio de agua diarios.
  2. Cepillarse los dientes con pasta fluorada y utilizar hilo dental.
  3. Hacer fluorizaciones tópicas en la consulta del dentista.
  4. Enjuagarse con una solución de sal y bicarbonato de sodio de 4 a 6 veces al día para lubricar los tejidos bucales.
  5. Tomar sorbos de agua o uso de saliva artificial
  6. Evitar los alimentos y líquidos con alto contenido de azúcar.
  7. Las pastillas o chicles sin azúcar pueden producir cierto alivio en estas situaciones.

Como siempre, si tienes dudas, o necesitas ayuda y consejo si vas a someterte a un tratamiento contra el cáncer, te recomendamos que acudas a tu odontólogo y por supuesto, en las clínicas de Gerardo Di Paolo estaremos encantados de atenderte y guiarte ante cualquier duda que tengas.

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