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viernes, 20 diciembre
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El que todo lo ve, por María José Lara

Un Vehiculo se empotra contra la estatua del obrero en Tomelloso

 

Benavides y Malospelos son los nombres coloquiales de los dos leones situados a la izquierda y derecha de la entrada al Congreso de los Diputados. Pues bien, andaba yo leyendo, cuando me asaltó en mi apacible momento un coloquio(evidentemente, imaginario), entre estos dos leones.

Comparándolo con nuestro ámbito local, Benavides y Malospelos bien podrían asemejarse a la figura de “El Obrero”, en nuestra pequeña pero coqueta ciudad. Estos dos leones sujetan con su pata izquierda y derecha respectivamente, dos orbes, símbolo del mundo. Nuestro característico monumento, en cambio, mantiene en su mano derecha el periódico del que fue fundador. Paradójicamente el mundo y los periódicos a veces se asemejan en algo, pero solo a veces.

Como Benavides y Malospelos, “El Obrero”, que representa la figura de Don Francisco Martínez, tenía a la vista los acontecimientos más importantes de nuestro pueblo. Digo los tenía, porque el 31 de mayo de este año, tuvo un aparatoso accidente causado por un vehículo.

Hoy hemos conocido la noticia de que nuestra admirada escultura volverá en unos días al sitio que le corresponde, tras un afanado y por qué no decirlo, algo alargado proceso de restauración. “El Obrero” volverá a contemplar las situaciones más reveladoras y características que forman parte del día a día de los tomelloseros.

Bogas Bus

Pero este año se ha perdido bastantes cosas. Desde su privilegiada perspectiva no ha podido divisar el proceso(extenso también) de las obras de la calle Belén. Tampoco ha podido oír las conversaciones de los tomelloseros sobre lo orgullosos que se sienten de que el mejor pizzero del mundo sea paisano, ni las palabras de recuerdo a Jesús Úbeda o Miguel Moreno.

Dentro de unos días, “El Obrero” volverá a su sitio, el que bien le corresponde, pero no habrá nadie que le cuente todas estas noticias. Esa es la desventaja del lugar privilegiado que, con mucho cariño y respeto, le ha brindado el pueblo de Tomelloso, la soledad.

Otro año vendrá y aquí estaremos nosotros para contarlo, vosotros para comentarlo y “El Obrero” para verlo.

Feliz Año Nuevo.

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