Este fin de semana se celebran en España las festividades de Todos los Santos y de la los Fieles Difuntos, el 1 y el 2 de noviembre respectivamente. El Cementerio de Tomelloso recibió este sábado a miles de personas que acudían a visitar las tumbas de sus seres queridos. El domingo, en el Camposanto, se celebrará la Misa de Difuntos a las 11 de la mañana.
Estas fiestas de significación religiosa están rodeadas de costumbres y tradiciones que se practican desde hace siglos. Algunas son comunes a toda España y otras varían por regiones y localidades.
Visita a los Cementerios
En estas fechas es tradicional asistir a los cementerios para visitar las tumbas de los seres queridos que han fallecido. En muchos casos, incluso se acude con unos días de antelación para arreglarlas, de forma que a principios de noviembre estén en perfecto estado. Los días 1 y 2 se engalanan con flores y se reza por los que ya se han ido.
Han sido miles los tomelloseros y visitantes que han acudido en la mañana de este sábado 1 de noviembre al camposanto. La coincidencia de las festividades con el fin de semana y el magnífico tiempo atmosférico ha animado la asistencia al Camposanto.
El Día de Todos los Santos fue instaurado por la Iglesia Católica a raíz de la Gran Persecución de Diocleciano, a principios del siglo IV. Eran tantos los mártires causados por el poder romano, que la Iglesia señaló un día común para todos ellos, fueran conocidos o desconocidos.
El Tenorio
En estas fechas los escenarios españoles se llenan con los personajes de la más conocida obra del escritor vallisoletano José Zorrilla: ‘Don Juan Tenorio’ (1844). En algunos puntos de España, este drama romántico se recrea incluso en los cementerios a altas horas de la noche.
La obra, junto con ‘El burlador de Sevilla y convidado de piedra’ (1630), atribuida a Tirso de Molina y en la que se inspira la de Zorrilla, es una de las grandes plasmaciones literarias del mito español del Don Juan. Escrita en verso, el acto final transcurre precisamente en la Noche de Todos los Santos.
Dulces y frutos secos
Otra de las más inveteradas costumbres de estas fechas consiste en comer dulces. En concreto, la Fiesta de Todos los Santos ha institucionalizado sus productos típicos: los buñuelos de viento, los huesos de santo y los panellets. En nuestra ciudad existe la tradición de “el puñao”, esto es, la compra de frutos secos en los puestos del mercadillo que se ponía en la calle del Campo y la plaza del Mercado. Y, como no, las castañas asadas.