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El poeta Félix Grande ya reposa en el cementerio de Tomelloso, junto a sus antepasados, en la tierra que supo de su juventud. Antes, en el Salón de Plenos del Ayuntamiento ha tenido lugar una emotiva ceremonia de despedida.
Se han contado por miles los tomelloseros que han querido dedicar su último adiós a uno de los grandes de las letras de este País. El salón de Plenos ha acogido la capilla ardiente con los restos de Félix Grande que ha estado arropado en todo momento por su familia, sus amigos y toda la Corporación municipal. Han acudido a darle el último adiós poetas y escritores, gentes del flamenco y destacados políticos.
El Salón de Plenos ha acogido una sencilla y sentida ceremonia de despedida a Félix Grande. Su hija Lupe y su mujer Paca, con emoción contenida, entereza y esa humilde dignidad de las grandes personas han agradecido a los familiares y amigos, al Ayuntamiento y al pueblo de Tomelloso, las muestras de apoyo recibidas durante toda la jornada.
Guadalupe Grande ha empezado diciendo que su padre tuvo la fortuna de ser un hombre atravesado por la poesía y atravesar la poesía con su lenguaje. Tuvo la grandiosa fortuna de creer en la cosas justas y tuvo la posibilidad, la tenacidad y el deseo de poner su vida al servicio de esas cosas justas que son las que nos sostienen, nos hacen humanos y nos hacen personas dignas de vivir y resistir la vida, refería Lupe.
“El círculo se cierra regresando al mito. Mi padre vuelve a su tierra. A su tierra real y a su tierra mítica”.
Ha agradecido la compañía inmensa de estos días y la compañía inmensa de toda la vida, es toda la vida compartida. Ha agradecido, también, al pueblo de Tomelloso y a todos los antepasados el viaje que ahora inicia.
Francisca Aguirre ha dicho “No necesito explicarles a ustedes lo que fue Félix Grande”, hijo de esta tierra “y le debe a esta tierra muchas cosas que ha puesto de manifiesto a través de sus libros”. “El que quiera saber por qué Félix era como era, que lea sus libros”.
Ha referido como se conocieron, en la tertulia de Pepe Hierro, una relación amorosa y un matrimonio que dieron como resultado una hija. Sesenta años de convivencia, cincuenta casados, en los que han compartidas muchas cosas. Momentos azorados, tristes, alegres, de descubrimientos…
“Ahora hay que dar el adiós a una persona que no nos va a abandonar”. Es muy difícil que nos abandone “quedan sus obras, sus gestos, su defensa, su conducta, su enamoramiento con la libertad, con la justicia. Su enamoramiento con los que siempre tienen muy poco, a veces, nada”. A través de sus libros, a través de sus actos, continúa Paca, nos ha dejado la herencia de esa moral que va más allá de ideologías y prejuicios, que a lo único que aspira es a reivindicar la decencia, la justicia y a defender la equiparación de todos los hijos del planeta. El derecho a la paz, al trabajo y en definitiva, a la libertad, señala. Para acabar, Paca Aguirre recita su soneto, “No me atrevo a morirme por si es cierto”.
El acto ha acabado con la lectura por parte del poeta Juan Carlos Mestre de uno de los últimos poemas de Félix Grande, “El desterrado del Espasa”
Después, el féretro con los restos de Félix Grande ha sido portado al coche fúnebre. Cientos de personas esperaban a las puertas del Ayuntamiento, despidiendo al poeta con un aplauso.