El Hospital General de Tomelloso (Ciudad Real), centro dependiente del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha ha celebrado, con éxito de participación, las IV Jornadas de Neuropediatría con el objetivo de evaluar las necesidades de los niños con Trastornos por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH).
Una cita organizada por cuarto año consecutivo por la Unidad de Neuropediatría del Hospital de Tomelloso que se ha consolidado como un referente tanto para especialistas del ámbito médico, como para docentes y especialistas de Atención Temprana.
En este sentido, el gerente del Área Integrada de Tomelloso, Miguel Ángel Baratas, ha destacado la importancia de realizar un “abordaje coordinado y multidisciplinar, en el que la familia debe ocupar un papel integrador en el desarrollo paulatino de las habilidades de sus hijos”.
Actualmente, los TDAH “afectan a un 12 por cierto de los niños, con mayor incidencia entre varones”, según ha explicado la doctora Raquel Almendral, neuropediatra del hospital de Tomelloso y coordinadora de las jornadas.
Sin una buena intervención, “un 60% de los menores con TDAH sigue presentando síntomas como impulsividad o dificultad para concentrarse en tareas cotidianas una vez que alcanzan la edad adulta”.
En el tratamiento de estos pacientes es determinante realizar un diagnóstico precoz e iniciar un tratamiento combinado con fármacos y estimulación temprana, donde la labor de los profesionales, tanto en ámbito sanitario como docente, unido al apoyo de los padres, es fundamental para el niño, ha explicado la doctora Almendral.
Intervención psicoterapéutica
Según ha afirmado durante su ponencia el Dr. Luis Beato, jefe del Servicio de Psiquiatría del Hospital General Universitario de Ciudad Real, “una buena intervención psicoterapéutica provoca cambios neurofisiológicos en estos niños, cuyo proceso debe ir unido al apoyo familiar en su entorno doméstico”.
El tratamiento farmacológico “es la primera línea de intervención, ya que el 80% de los casos responde a una medicación pautada” que les permite mejorar síntomas como la impulsividad, pero éstos fármacos no inciden de forma directa en los hábitos del menor con TDAH, destaca Beato.
Para ello, es necesario incorporar estilos de relación orientados a corregir sus síntomas y adquirir de forma paulatina habilidades, por lo que el papel rehabilitador de la familia es determinante.