A las 20.00 h., como manda la tradición, los empleados municipales prendían la hoguera preparada en la plaza de la Constitución por el Ayuntamiento, seguidamente hicieron lo propio las repartidas por la localidad, iluminando durante horas las calles de Argamasilla de Alba, en la noche previa a San Antonio o Antón Abad, monje cristiano de Egipto, fundador del movimiento eremítico, y del que se dice vivió hasta los 105 años de edad.
Mientras los vecinos se acercaban a la hoguera para atenuar la fría noche, los empleados repartieron sardinas asadas y zurra entre todos los que quisieron calentarse no sólo por fuera, sino también por dentro.
La noche previa a la festividad de San Antonio, patrón de los animales, en Argamasilla de Alba y en muchas localidades de España se montan hogueras en las puertas de las casas, esquinas de las calles y plazas del pueblo donde los vecinos, amigos y familiares se reúnen en torno a las denominados Hogueras de San Antón, las cuales además de aliviar la fría noche de invierno, permite disfrutar sobre sus ascuas de alimentos altamente energéticos: chorizo, tocino o morcillas; aunque el producto más tradicional de esta noche es la sardina asada.
El asfalto que cubrió las calles de la localidad, hace años, fue reduciendo esta tradición por la problemática de prender las lumbres sobre el alquitrán, algo que ha llevado a los vecinos a agudizar su ingenio y a organizarse, si bien se han reducido el número de hogueras, las que se preparan son más grandes. Aun así, muchos vecinos sacaron las barbacoas a la calle para poder disfrutar de los tradicionales asados de esta noche, incluso varios encendieron sus hogueras sobre carretillas de obra por su facilidad para el traslado y limpieza.
