El secretario general del PSOE de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha señalado hoy que “estamos empezando un camino en el que debemos conseguir que los ciudadanos sean conscientes de que la única alternativa a Cospedal, la única alternativa para que haya un cambio en Castilla-La Mancha es el PSOE”.
García-Page se pronunciaba de esta manera esta mañana, en Cuenca en una comparecencia ante los medios de comunicación minutos antes de que comenzara la reunión de un Comité Provincial extraordinario del PSOE de esa provincia.
A juicio de García-Page, “más allá de lo que la gente ha votado en las pasadas elecciones europeas, más allá de lo que se dice en las tertulias o más allá de lo que está pasando en la política nacional, en Castilla-La Mancha se percibe una enorme pulsión de cambio, se siente que la gente no quiere a Cospedal, que ya ha tomado esa decisión aunque ahora no se esté manifestando en las calle. La gente está harta de mentiras, de ver cómo ha subido el paro o se han desmantelado la Sanidad, la Educación o los servicios sociales”.
Es por eso, seguía Page, “por lo que Cospedal está intentando aprobar el pucherazo electoral” con el que va a reformar la Ley Electoral regional por segunda vez en dos años desde que es Presidenta.
Una reforma de la Ley, como la reforma del Estatuto de Autonomía aprobado en las Cortes generales solo con os votos del PP, que los socialistas de Castilla-La Mancha van a llevar al Tribunal Constitucional.
Preguntado el líder de los socialistas de Castilla-La Mancha sobre si a esos recursos podrían sumarse otras formaciones políticas, como IU, ha señalado que “está dispuesto a ello, a hablar y a llegar acuerdos con quien haga falta”. Eso sí, “casando y haciendo coincidir los argumentos, porque nosotros tenemos muy claros cuáles son los argumentos jurídicos y políticos contra las dos reformas, la del Estatuto y la de la Ley Electoral”.
En clave provincial, García-Page aseguraba que si hay una provincia castigada por la gestión de Cospedal, esa es Cuenca. En este sentido, Page sostenía que “ha parado las obras del Hospital nuevo, ha dado el visto bueno a un plan de Cuenca del Tajo que vende los intereses del río también en la provincia de Cuenca y solo ha sido capaz de traer lo que nadie quería en ningún sitio, y lo que desde luego no queríamos en Cuenca, que es el cementerio nuclear”.