Acompañando de nuevo al concejal de Promoción económica, visitamos las Bodegas Lahoz. Situadas en La Nieva, justo al lado de la Cañada Real Conquense, en la autovía de Extremadura a la Comunidad Valenciana.
El edificio de la bodega impresiona por su grandeza, su cuidado y su gusto. Sus modernas instalaciones combinan a la perfección tradición y tecnlogía, ocupando un total de 25.000 metros cuadrados
Aseguran haber dotado a la bodega de un ambiente sobrio y monacal en el que los vinos pueden nacer y reposar en el más absoluto silencio, y es cierto.
Amablemente Agustín Ferrín, el gerente, nos muestra las instalaciones. Espectaculares, contrastando la recia arquitectura de ladrillo con la modernidad de las instalaciones, los depósitos, laboratorios, tuberías, almacenes. Todo inmaculado y limpísimo.
Agustín Ferrín nos cuenta el origen de las bodegas. «Los dueños siempre han cultivado uvas, antes las llevaban a cooperativas, incluso hubo unos años que las vendían a bodegas. Aprovechando los años de expansión de la construcción —los propietarios pertenecen a una de las empresas constructoras de más solera de Tomelloso—, decidieron invertir en la bodega y elaborar su propio vino. También, defendiendo tú directamente tu vino, intentas sobrellevar los vaivenes del mercado».
Todo el vino está elaborado a partir de viñedos propios, salvo años excepcionales que han necesitado comprar alguna partida de uvas por cuestiones fundamentalmente climatológicas. Ellos controlan el proceso de arriba abajo, desde la viña hasta la copa.
Le preguntamos que si elaboran los vinos siguiendo la directrices del mercado. «Es muy difícil. Al principio intentas salir con lo que te gusta a ti, luego el mercado te va demandando otra cosa… pero se intenta buscar un punto intermedio y se van sacando marcas, según se van necesitando y según la demanda. Principalmente vinos jóvenes, que es lo que demanda el mercado, no tanto en España como fuera de ella».
Las variedades con las que elaboran son «Tempranillo, es la que mayor cantidad tenemos, también syrah, merlot y cabernet, que nunca hemos embotellado y que en el extranjero nadie nos ha pedido. Aquí en España todo el mundo te pide variedades, pero fuera los clientes te piden vino autóctono. En blanco, sauvignon blanc y airén… tenemos chardonnay y moscatel de grano menudo y tampoco las hemos embotellado nunca. Tampoco nos queremos meter en muchas más referencias de las treinta y tantas que tenemos».
Tienen una zona de habitaciones, una especie de hotel, en el que alojan a sus principales clientes cuando visitan la bodega. Ofertan visitas, guiadas y mini-cursos de catas.
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