Conducido por Andrés Díaz, en una lluviosa tarde-noche de este miércoles feriado, que recordaba “Una semana de lluvia” de García Pavón, se celebró la gala de entrega de los Viñadores en su 17 ocasión
Al acto asistió la directora general de Instituto de la Mujer de C-LM, María Teresa Novillo, la secretaria general de Empleo, Yolanda Ortiz, la directora general de Asuntos Europeos, María Teresa Jiménez, el alcalde y senador, Carlos Cotillas y la Corporación Municipal.
El auditorio del museo López Torres se quedó pequeño —y en esta ocasión no es una muletilla— en una noche en la que las emociones estaban a flor de piel, para honrar a los cinco galardonados, para hablar bien de ellos, que es algo “que produce alegría y vitalidad”, en palabras de Carlos Cotillas. Desde nuestra privilegiada posición pudimos ver cómo, en algunas ocasiones, las lágrimas recorrían las mejillas de aguerridos concejales, algunos curtidos en mil batallas dialécticas y políticas.
En el acto la música fue otro protagonista, no menos importante. Marieli Blanco al piano e Irene López a la flauta fueron acompañando magistralmente con piezas escogidas para cada ocasión, para cada persona, para cada viñador.
Tras el Moon river de Mancini, que nos preparó para la que se nos venía encima, se entregó el primer Viñador de la noche, a Felipe Ramírez, el de Lauticia, en el ámbito económico.
Al fondo hay sitio
Pablo Cañas, actúo como padrino de Felipe, del que dijo que es “una persona que durante toda su vida profesional se ha dedicado y se dedica a hacer cada día que la vida sea un poco mejor y más agradable para todos”. Felipe es el viñador y Lauticia la viña, que plantaron sus abuelos “y que él sigue cultivando con la misma ilusión de siempre”. Ha hecho una cronología del establecimiento, llegando a la etapa del homenajeado, los últimos treintaicinco años “en los que se han escrito las más bellas páginas de esta historia”, acabando con referencias de Lauticia en la literatura.
Felipe Ramírez, visiblemente emocionado, ha agradecido el galardón, señalando que este día es uno de los más importantes de su vida. Felipe en un discurso tierno y sentido se ha acordado de quienes le precedieron en el negocio, señalando su presencia en el acto. Ha recordado el temprano fallecimiento de su padre y como con trece años se tuvo que hacer cargo del negocio familiar, compaginando el trabajo con los estudios, “aquellos fieles clientes de mi padre, me querían y me protegían como a un hijo”. Lauticia, señala Felipe, siempre ha sido un bar pequeño, al que sus clientes lo han hecho humanamente muy grande. Para acabar, Felipe ha dado gracias a sus clientes —la constante en todo su discurso de agradecimiento—, a su equipo, destacando a su madre, el alma de Lauticia.
Felipe ha acabado con un “¡Muchas gracias! Y ya lo saben, ¡al fondo hay sitio”
Tras la cerrada ovación, las músicas han interpretado el Libiamo de la Traviata de Verdi, con vermut de Lauticia. O con vino de la Bodega San José, el Viñador en el ámbito de la agricultura, siguiente premiado en la persona de su presidente, Esteban Lomas
Medio siglo de constancia
Román Cantarero ha hecho de padrino de la S.A.T “San José”, señalando que no es difícil presentar a la entidad: es de todos conocida. Cantarero, cliente de la Sociedad homenajeada ha puesto en valor el tesón y la constancia de los agricultores, empresarios al fin y al cabo, que han aguantado los embates de estos tiempos. Que se han mantenido firmes por su apuesta en las variedades autóctonas, contra viento y marea, en contra incluso de las políticas agrarias, recogiendo ahora sus frutos.
Esteban Lomas, presidente de la S.A.T. “San José”, ha agradecido el galardón. El aspecto que más le ha enorgullecido es que ha sido concedido por el pueblo de Tomelloso, es decir “por nuestros paisanos que conocéis nuestro trabajo y lo mucho de tarea continua”. Lomas señala que el ejemplo y la memoria de los que les precedieron siguen vivos en ellos. Ha referido que la evolución de la bodega se ha producido gracias al apoyo que los socios han prestado a los distintos directivos. La realización en la última década de importantes inversiones y la adaptación de la bodega a las más modernas técnicas del sector han hecho posible la elaboración y comercialización de excelentes vinos, que compiten con grandes posibilidades en el mercado.
El amor no necesita subvenciones
En el ámbito social el Viñador 2013 le ha sido concedido al sacerdote Antonio López Castro, entre otras cosas, el párroco de Los Ángeles. Ramón González Martínez, su padrino, ha iniciado la presentación del homenajeado señalando que “tú padrino está de tejas arriba”. Para Antonio, Ramón González solo tiene palabras de alabanza. Bolañego, tozudo, que entró en el seminario de niño. A continuación el padrino ha hecho una semblanza de Antonio López con todo el cariño que le profesa, agradeciéndole su trabajo en nuestra ciudad en todos los ámbitos en los que se mueve el sacerdote, acabando con, “Antonio vive y hace vivir la fe; palpita y hace palpitar los corazones”, para que sintonicemos con la realidad.
El Halelujah de Leonard Cohen no hace sino aumentar la emoción por las palabras de Ramón González hacía Antonio López.
Antonio da las gracias a la ciudad de Tomelloso y se siente orgulloso de que las asociaciones agradezcan a la Iglesia su labor con los más empobrecidos y los enfermos de la ciudad, que son su tesoro, pero no su propiedad. “Simplemente soy, y quiero ser, un cura de pueblo”. Señalaba Antonio, emocionado, el reto tan difícil de reconocer en la sociedad ser amigo de Jesús. Ha dado las gracias a su familia por respetar y sufrir su vocación. Ha agradecido a sus compañeros sacerdotes, a las parroquias, especialmente a Los Ángeles, nombrando a los grupos uno por uno y a las familias. “Cuantas horas soñando desde nuestra debilidad y pecado una iglesia eterna” y que se renueve internamente. También ha dado las gracias a los voluntarios de Cáritas, a los de Manos Unidas. “Cuanta gente que confía en Dios y se entrega a los demás” y que al sacerdote le evocan la palabra “gratuidad”, sabiendo que la vida es un regalo. “Me obligáis a ser mejor cura”. También ha animado a las autoridades a luchar contra la exclusión social y la lacra del paro. Ha acabado su discurso con “¡Ánimo tomelloseros: el amor no necesita subvenciones!”.
Será que no necesitamos vivir al lado del mar para cantar bien las habaneras
En el ámbito cultural, el Viñador 2013 ha correspondido al Coro Juvenil del Conservatorio de Música, presentado por María Elisa Blanco. Marieli se ha remontado al año 1994 cuando se formó un grupo coral, germen de la Coral del Conservatorio, ha recordado el primer concierto, con Javier Benito, jovencísimo, de solista en el Stella Splendens. Ha enumerado la evolución de la coral, viajes, interpretaciones, concursos… Señala que el Coro Juvenil nace de talleres para niños de la coral en 2009 y que pronto ha madurado, explicando los logros de la agrupación hasta llegar al Primer Premio del Certamen Juvenil de Habaneras de Torrevieja. Marieli ha explicado las emociones y sentimientos de ese día. “Será que no necesitamos vivir al lado del mar para cantar bien las habaneras”.
Marieli e Irene interpretan, suponemos, “La dulce habanera”.
Javier Benito, el director del grupo, muestra su agradecimiento al Viñador, “por venir de donde viene”, del pueblo de Tomelloso. Ha dado las gracias a Marieli, señalando que siempre ha estado y está ahí. A las distintas juntas directivas de la asociación y todos los miembros del coro de adultos. Los talleres que dieron origen al coro despertaron el interés por el canto coral, pasando por la historia de la formación, reciente, pero llena de logros, anunciando la formación de un Coro Infantil. Benito señala que ciento cincuenta ciudadanos de Tomelloso viven la música coral. El Coro está aquí por el triunfo en Torrevieja, señala el director, pero no hay que olvidar el trabajo anterior, señalando que es mucho el apoyo que han recibido de Tomelloso, agradeciéndolo al Ayuntamiento. Ha tenido un especial agradecimiento a las familias, ya que sin ellas nada de esto hubiese sido posible. “Sí, yo soy el director, pero la ilusión de cada uno de los coralistas ha hecho posible este sueño”.
El coro ha interpretado magistralmente la Bohemian Raphsody de Queen, premiado con una grandísima ovación del auditorio.
La humildad de los grandes hombres
El alcalde de la ciudad, Carlos Cotillas, ha ejercido de padrino del Viñador de Honor 2013, Pedro Martínez Jiménez. El alcalde ha calificado el acto de “noche mágica”, sintiéndose orgulloso de haber conocido al homenajeado. Ha precisado que además de moverse como pez en el agua en los ámbitos en los que se mueve —los parqués, las pantallas, la economía y los datos siempre cambiantes—, también se movía con esa ilusión y sueños cuando jugaba en las calles de barrio de San Antonio. El homenajeado viene con frecuencia a Tomelloso, pero sin dar mucho ruido, ya que ha nacido aquí y se siente de aquí. Cotillas explica el periplo profesional del homenajeado, señalando que los sueños y la ilusión no han acabado. Trabajando por hacer más fácil y feliz la existencia de quienes le rodean, tanto en el aspecto profesional como el familiar. “En la escalera del éxito ha recorrido todos los peldaños”, hasta llegar a Geoban, entidad de la que es consejero delegado. Cotillas ha referido también sus logros académicos, el homenajeado tiene dos carreras y es Master MBA, entre otras cosas. Todo ello haciendo gala de una gran humildad. Una cualidad que adorna a los grandes hombres, añadimos nosotros. Para acabar, el alcalde de la ciudad ha leído un poema que dedicado a Pedro ha escrito su madre. La noche, como decimos, ha estado cargada de emociones.
Las intérpretes, siguiendo con sus atinadas interpretaciones, bien colocadas y sobre todo, bien traídas y mejor interpretadas, han tocado el Nessun dorma de Turandot ¡Qué nadie duerma!, Cualquiera lo hace con esta emocionante velada.
Pedro Martínez, sonriente y conmovido, da las gracias por el galardón. Lo primero que a Pedro se le vino a la mente cuando recibió la llamada que le anunciaba el título, fue cuando hace cuarenta años, una vendimia de madrugada, camino del jaraíz, su padre le comunicó que habían decidido apuntarlo a la academia de don Luis Ortiz para prepararse para oposiciones a banca. Ese momento supuso el punto de inflexión de su vida. Con quince años dejaba la niñez y se iba a Madrid a trabajar a un banco. Quedaban atrás profesores, don Casildo, don Jesús Bernardino “profesores que te enseñaban a amar aprender”. Y los juegos en las eras. Fue muy duro empezar de niño una vida profesional en un mundo tan competitivo como el de la banca. Pero no te puedes amoldar a ser un simple oficinista, “hay que tener ilusión” y ahora entiende “esa ilusión que mi padre ha tenido siempre pos sus viñas”. Se ha movido por una serie de principios que aprendió en Tomelloso, la perseverancia, la pasión por la excelencia, la proximidad, la voluntad y también, la paciencia. Señala el homenajeado que siempre ha tenido presente a Tomelloso, incluso su mujer, a pesar de no haber nacido en nuestra ciudad, se siente una tomellosera más. Con la madurez, explica, cambian las prioridades, pero para Pedro Martínez, Tomelloso sigue siendo el referente y esta distinción para él es, “un grandísimo orgullo”. Acaba con una cita de Peter Drucker, “la mejor forma de predecir el futuro es inventarlo”.
El alcalde ha clausurado el acto señalando que hablar bien de las personas que lo hacen bien es un ejercicio que debería practicarse a menudo porque, ha dicho, “reconforta, da vitalidad y energía”. Ante un auditorio lleno hasta la bandera, el primer edil cree que “es una suerte que cada vez sean más los tomelloseros que van descubriendo lo bonito de este acto entendiendo su mensaje que no es otro que vivir la fiesta y aprovecharla para reconocer que Tomelloso tiene vecinos de los que nos gusta aprender de lo que hacen, conocerlos mejor y ser capaces día a día de estar a su altura”.
Fuera llovía a cántaros, pero en el Auditorio del Museo López Torres, los asistentes al acto tuvimos la suerte de pasar más de dos horas de emociones y reconocimientos merecidos a grandes personas.
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Buenos días tomelloseros, y que alegría me produce, ya en mi avanzada edad, ver desde Madrid (donde resido, desde hace 68 años) a mi pueblo natal, cómo prospera en el ámbito social y cultural.
¡Enhorabuena paisanos!