Incluso si se trata de superar un lunes
Hay momentos en los que la lista de cosas por hacer, cosas pendientes y cosas obligatorias se multiplica, se hace más larga que una carta de un niño de 6 años a los RRMM, no pasa nada, paro un momento, cojo un papel y un bolígrafo, y un café si hace falta, apunto por orden de prioridades y de capacidad de resolución cada una de las cosas que tengo pendientes.
Paro unos minutos.
Y vuelvo a empezar.
No hay problema, el tiempo es el mismo para todos, no es cuestión de tener más o menos, es cuestión de organizarse como dios manda. Cuando todo parecía negro aparece un claro, eso es así.