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viernes, 20 diciembre
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Pan para mi, que los santos no comen, por Pedro Muñoz Plaza

Tiempos modernos

Leo un articulo en un periódico digital, titulado “España es más competitiva, ¿que significa esto?”

Bogas Bus

Habla de la devaluación interna que está llevando a cabo nuestro país, que esa devaluación está haciendo mas competitivas a nuestras empresas. Dice que cuando se podía devaluar la moneda todo era menos doloroso, que ahora con el euro había que hacerla bajando los costes reales de todo lo que mueve nuestra economía; solo así podíamos volver a ser competitivos.

¿Que costes han bajado estos años para hacer a nuestras empresas tan competitivas en el exterior? ¿Los impuestos? No, me temo que no. ¿Los costes energéticos: electricidad, combustibles…? Ojalá. ¿Contribuciones sociales: seguridad social, aseguradoras…? Me temo que tampoco. ¿Los costes de financiación? Los bancos no te dan un duro, por ahí poco se ha podido avanzar, y las deudas anteriores se mantienen con tipos similares o más altos.

¿Entonces? Salarios. Salarios y mercado inmobiliario –no ha habido más remedio y mira que han intentado sujetarlo–. Si eres trabajador asalariado, o autónomo –que también están tragando lo indecible–, la carga de la devaluación, de hacer competitivo a este país cae sobre tus hombros; las medallas se las pondrán otros.
España es más competitiva, ¿que significa esto?

Pan para mi, que los santos no comen, por Pedro Muñoz Plaza

Significa que los costes de las empresas han bajado en los últimos años un buen porcentaje, teniendo margen para poder vender en mejores condiciones su producto. Esta bajada de costes, se debe principalmente a la mejoría en los costes laborales, principalmente (yo diría que exclusivamente) por la bajada de salarios de sus trabajadores. Osea, se trabajan más horas, se produce más y se cobra muchísimo menos. Esto hace competitivo al más pintao. Eso sí, en el exterior, porque el consumo interno, por estos mismos motivos, a muerto.

Como siempre en este país se va al «pan para mi, que los santos no comen» que tan buenos resultados nos ha dado siempre (a las pruebas me remito). ¿Se gana competitividad gracias al I+D+I, a la implantación de eficientes y modernos sistemas de producción, a la inversión en infraestructuras, en tecnología o modernización de instalaciones? No, se gana gracias a la ley de la jungla que se ha instalado en el mercado laboral de los últimos años. Y no hablo de reformas de leyes laborales de este o aquél gobierno, no –todo el mundo sabe que aquí las leyes se toman a chufla, nadie se cree nada y todo el mundo hace lo imposible para saltárselas–, hablo del “si quieres lo coges y si no, tengo cola en la puerta con cincuenta como tú, que pueden hacer tu trabajo en las condiciones que a mi me venga en gana”. Ese mercado laboral real que se agarrota, que se gripa cuando alguien se empeña en darle dignidad, orden y concierto, cuando alguien se empeña en cumplir la ley.

Pues nada: pan para mi, que los santos no comen; la ley de la jungla, que el pez grande se coma al chico, que el I+D son milongas, que la clase media no existe, que tres comidas diarias son un lujo, que tu yate, tu chalet y tu Mercedes son más importantes que mis zapatos. Pero… ¡que competitivos somos! ¡España la nueva Alemania!… ¿O la nueva China?

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