El tiempo, el meteorológico, hay que asumirlo como venga. Nunca he atendido, ni creído las predicciones del hombre del tiempo y mucho menos he dejado de hacer planes por lo que diga el Brasero o Medina de turno. Aunque el verano se resiste a abandonarnos, me fío mucho más de gestos como el de este amigo que ya ha dado por finalizada la temporada de baños. Por algo será.