Contraviniendo la creencia popular, los obreros del Ayuntamiento en un alarde de eficiencia y rapidez, devuelven a Don Francisco a su peana. De donde nunca debió salir.
Con gran aparato de grúas y personal, una brigada de operarios consistoriales ha extraído la estatua de El Obrero del pilón de la fuente. Una vez seco, repeinado, con la ropa colocada y el tabloide repuesto en su mano —obviamente el número 500 del Periódico del Común de la Mancha—, el insigne Don Francisco Martínez vuelve a descansar en su peana de la glorieta de San Francisco.
Fuentes a las que ha tenido acceso enTomelloso.com, desmienten que haya sido alguna gamberrada, más al contrario, aseguran que el espíritu indómito de El Obrero, encaramado desde 1978, ha querido estirar las piernas y refrescarse un poco.
Parafraseando a Anthony Blake: «Todo ha sido producto de su imaginación… no le den más vueltas» 😉
Muchas gracias a todos.