Seis personas de nacionalidad kosovar han sido detenidas por la Guardia Civil como presuntas integrantes de una organización dedicada al robo con fuerza mediante el procedimiento del butrón en empresas y entidades bancarias, y cuatro españoles han sido imputados por su supuesta relación con este grupo criminal.
En el marco de la operación ‘Yulietta’, desarrollada en Madrid, Ciudad Real, Alicante, Toledo y Murcia, se ha localizado una furgoneta estacionada lejos de los domicilios de los miembros de la organización que contenía lanzas térmicas, gatos hidráulicos, inhibidores de frecuencias, transmisores, botellas de gas acetileno, guantes y pasamontañas que utilizaban en los robos, según ha informado la Benemérita este martes en un comunicado.
Las investigaciones se iniciaron el pasado mes de enero cuando la Guardia Civil tuvo conocimiento de la actividad delictiva de un grupo de personas kosovares, asentadas en Madrid, que podrían estar realizando robos con fuerza tanto en empresas como en entidades bancarias mediante el método del butrón (perforación en la pared para acceder al interior del lugar).
Los agentes descubrieron que la red utilizaba para sus desplazamientos vehículos alquilados en Murcia a nombre de una empresa española de construcción. Tras un análisis de la información recopilada, se constató que este grupo era el responsable de robos cometidos en empresas ubicadas en polígonos industriales de Móstoles, Coslada, Mejorada del Campo, Fuenlabrada y Arganda del Rey (en la provincia de Madrid), así como en la localidad de Tomelloso (Ciudad Real).
Igualmente, se averiguó que sus miembros estaban implicados en dos tentativas de robo en entidades bancarias de las localidades de Ibi (Alicante) y San Martín de Pusa (Toledo). En ambos casos, los detenidos practicaron butrones a través de edificios colindantes con las entidades bancarias, accediendo a su interior, pero no consiguieron desactivar completamente los sistemas de alarma y tuvieron que huir del lugar.
PAPEL DE LOS ESPAÑOLES
En el caso de la tentativa realizada en la entidad bancaria de Ibi, se supo que antes de intentar acceder al banco la organización contó con la colaboración de un español que alquiló una caja de seguridad en dicha sucursal.
Esta persona, con la finalidad de neutralizar los sistemas volumétricos de alarma y así facilitar el acceso de los ladrones a su interior, visitó el día anterior al intento de robo el búnker donde se hallaban las cajas de seguridad, tomando medidas de la sala para indicar el lugar idóneo para el acceso y rociando con un espray las cámaras de seguridad instaladas.
Entre los imputados en la operación figura el español que contrató la caja de seguridad, un empleado de la empresa que alquilaba los vehículos a la organización y dos administradores de una empresa constructora de Murcia a cuyo nombre se alquilaban los vehículos que utilizaba la red para sus desplazamientos.
MATERIAL PARA COMETER LOS ROBOS
El grupo desarticulado guardaba el material utilizado para la comisión de los robos en una furgoneta de alquiler que estacionaba en una calle del barrio de Villaverde (Madrid), alejada de sus domicilios y próxima a una zona recreativa con gran afluencia de personas.
En la furgoneta, los agentes encontraron gran cantidad de útiles empleados en los asaltos (lanza térmica, radiales, inhibidores de frecuencia, transmisores, guantes, linternas, etc.). Además, hallaron siete botellas de gas acetileno, que habría supuesto un grave peligro para la integridad de las personas en caso de que se hubiera producido alguna explosión fortuita del gas.
Se realizaron varios registros domiciliarios donde se localizó una biblia de gran valor con tapas en oro y plata, que fue sustraída durante un robo cometido en un taller de orfebrería de Mejorada del Campo (Madrid).
La operación, dirigida por el Juzgado de Instrucción número dos de Torrevieja (Alicante), ha sido llevada a cabo por el Equipo Contra el Crimen Organizado (ECO) de la Guardia Civil de Alicante.