Del 15 al 20 de julio, el Barrio del Carmen de Tomelloso ha celebrado su 80 aniversario con unas fiestas cargadas de ambiente, actividades para todas las edades y el cariño de vecinos y vecinas que cada año hacen posible esta “feria chica”, como se la conoce popularmente.
El pasado viernes, Víctor Caro recorrió el corazón del barrio con las cámaras de Tomelloso Opina para tomar el pulso a los asistentes. El resultado: testimonios llenos de recuerdos, orgullo vecinal y muchas ganas de disfrutar.
Un barrio con historia y mucha implicación
“Llevo 40 años trabajando en estas fiestas”, contaba Rosa, una de las churreras más veteranas, que sigue al frente de un negocio familiar con décadas de tradición. “Los churros después de misa son míticos. Llevamos haciéndolos más de 40 años y lo que nos queda”, añadía.
Desde el popular puesto de patatas fritas hasta los bingos nocturnos o el imprescindible pollo asado en la plaza, los clásicos no faltan. “Esto es más que una miniferia, es una feria con todas las letras”, afirmaban varios vecinos. Algunos recordaban incluso cómo eran los inicios del barrio: “Aquí había huertos, areneros… Nos dejábamos las rodillas jugando”, decía Paco, que lleva 39 años viviendo en la zona.
Una organización que no descansa
El trabajo de la Junta Directiva del barrio fue ampliamente reconocido por vecinos y visitantes. “Estamos celebrando las fiestas de este año, pero ya tenemos la cabeza en las del que viene”, explicaban Antonio, Toñi y Julián, miembros de la junta, que destacaron el esfuerzo extra por tratarse del 80 aniversario.
Actividades como concursos de pintura, talleres de reciclaje, torneos de ajedrez y juegos para niños han demostrado que el programa va mucho más allá de las atracciones. “Este año hemos superado las expectativas”, afirmaban orgullosos.
La esencia del barrio: acogida y tradición
Las fiestas del Carmen son también un punto de encuentro para toda la ciudad. “Aunque no seas del barrio, sabes que aquí siempre te acogen”, explicaban varios asistentes.
Manuel, vecino residente en Valencia, aprovechó sus vacaciones para no perderse esta cita: “Cuando vengo por estas fechas, siempre me acerco. Es la fiesta más importante después de la de agosto”.
Incluso visitantes de fuera, como Carmen, valenciana, se sumaron por primera vez: “Todo lo de Tomelloso me gusta, y esto también. Tiene mucho encanto”.
Zurra, atracciones y mucha participación
La tradicional zurra, el toro de fuego, los espectáculos de música y baile —con presencia de artistas locales—, y las atracciones como el saltamontes o la olla volvieron a ser los grandes protagonistas para el público más joven.
“Aquí vienes, te lo pasas bien y te montas en todo. Pero me gustaría que durase más días”, pedía una vecina. Otros, con humor, confesaban que lo suyo era más mirar que subirse: “Yo soy de los que se quedan abajo, que las alturas no son lo mío”.
Un barrio vivo que mira al futuro
El concejal de Festejos, Manuel Marquina, también pasó por los micrófonos de Tomelloso Opina y destacó la importancia de estas fiestas: “Es la antesala de nuestra Feria y Fiestas de Tomelloso. Este barrio siempre ha sido muy consolidado y seguimos ayudando desde el Ayuntamiento para que todo funcione”.
La devoción por la Virgen del Carmen, el ambiente familiar y el esfuerzo desinteresado de los organizadores definen unas fiestas que muchos consideran insustituibles. “Aquí no se gana nada, solo la satisfacción de ver que la gente disfruta”, afirmaban miembros de la organización.








