jueves, 4 diciembre, 2025

María, reto superado: 12 horas corriendo para no dejar a nadie atrás

Una jornada histórica en Tomelloso en la que María Parra completó 91 km rodeada de su pueblo, corriendo por la memoria y por los que ya no pueden

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A las ocho de la mañana en punto, cuando aún no había salido el sol del todo sobre la pista de atletismo de la Ciudad Deportiva, María Parra Mora comenzaba a dar sus primeras vueltas. Doce horas más tarde, tras recorrer 91 kilómetros, cruzaba la última vuelta con la misma sonrisa con la que empezó, rodeada por sus padres, sus amigos y decenas de personas que la acompañaron durante toda la jornada. El reto estaba cumplido.

El objetivo no era solo deportivo. Esta prueba solidaria, celebrada justo en vísperas del Día Mundial del Alzheimer, tenía un propósito claro: dar visibilidad a esta enfermedad y recaudar fondos para el Centro de Día San Rafael, que cumple este año dos décadas de atención a personas afectadas por el Alzheimer en Tomelloso.

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Una carrera de fondo… en todos los sentidos

María, reto superado: 12 horas corriendo para no dejar a nadie atrás

María recorrió un total de 91 kilómetros en 12 horas. Aunque en algunos tramos caminó, especialmente durante las horas más duras del mediodía, la mayoría del reto lo completó corriendo a buen ritmo. No alcanzó los 100 kilómetros, pero sí superó con creces su objetivo personal, adaptándose en todo momento a las señales de su cuerpo. En los momentos más complicados, sobre todo entre las dos y las cinco de la tarde, decidió caminar para evitar una posible lesión en la rodilla, y tras ese tramo, retomó la carrera sin problemas.

A lo largo del día, se la vio fuerte mentalmente, muy conectada con el reto y con la gente que la acompañaba. Recordó a los que ya no están, a su familia, y a todos los que luchan contra esta enfermedad en silencio. La última vuelta, acompañada de sus padres, fue uno de los momentos más emocionantes. En particular, su madre, aún convaleciente tras una operación, no dudó en sumarse para apoyarla y cerrar juntas una jornada que ha sido mucho más que una carrera.

Una ciudad volcada desde la primera vuelta

Desde el primer momento, María ha estado acompañada. A las ocho de la mañana ya había gente esperándola en la pista. Durante todo el día, clubes deportivos como Manchathon, Los Pieles Run, JM Serna Seguros se turnaron para que María nunca estuviera sola. Fran Fernández, presidente del club Manchathon y uno de los que más tiempo compartió con ella durante la jornada, explicó que el ritmo se había mantenido estable en torno a los 8 km/h, con una estrategia de carrera muy bien planificada y entrenada. María había realizado maratones cada mes desde febrero y entrenamientos semanales de hasta 200 kilómetros, todo orientado a resistir las doce horas de esfuerzo.

La alimentación y la hidratación también estaban medidas al milímetro. Durante la carrera, fue combinando geles de absorción rápida con frutas naturales como melón, sandía o plátano, imprescindibles para reponer glucosa, potasio y magnesio. Incluso se tuvo en cuenta el sentido de la carrera, alternándolo cada cierto tiempo para evitar sobrecargas musculares en las caderas por las curvas de la pista.

Todos empujando en cada zancada

La presidenta de AFAL Tomelloso, Inés Losa, reconocía al final del día que lo más emocionante había sido ver cómo María había estado arropada en todo momento, desde las primeras luces del día hasta el anochecer. Pese al intenso calor de las horas centrales, la atleta no dejó de correr y siempre tuvo a alguien a su lado. Para la presidenta de AFAL, este reto ha sido una de las mejores maneras de visibilizar la enfermedad, precisamente porque ha unido a generaciones, a clubes, a voluntarios y a vecinos en torno a un mismo objetivo: que el Alzheimer no quede en el olvido.

QUIXOTEUS

Losa también subrayó que este año el lema elegido por la Confederación Española de Alzheimer es “Igualando derechos”, reclamando diagnósticos precoces, derechos reales para los cuidadores y el reconocimiento de una realidad que no solo golpea al enfermo, sino a todo su entorno. Según explicó, cuanto antes se diagnostica, más se puede trabajar por mantener la calidad de vida de la persona afectada. Además, un diagnóstico temprano permite a esa persona decidir sobre su propia vida, en lugar de que otros lo hagan por ella cuando ya es demasiado tarde.

Orgullo compartido

El alcalde de Tomelloso, Javier Navarro, también quiso acompañar a María en los últimos tramos de su reto. Consideró que este gesto era motivo más que suficiente para que Tomelloso se sintiera profundamente orgulloso de ella, pero también del pueblo entero, por volcarse con esta iniciativa. Recordó que Tomelloso es una ciudad donde la implicación social acompaña a cada iniciativa deportiva, cultural o empresarial, y puso como ejemplo este reto, que ha servido para visibilizar una enfermedad dura y silenciosa, y para apoyar a una entidad como el Centro San Rafael, que lleva dos décadas haciendo una labor ejemplar.

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Navarro destacó también el valor del ejemplo de María, afirmando que su gesto no va a pasar desapercibido, y que será una referencia para futuras acciones solidarias en la ciudad.

El esfuerzo que lo ha hecho posible

La madre de María, Mari Carmen, vivió la jornada con la mezcla de orgullo, emoción y nervios que solo puede sentir una madre. Recordó que en un principio María quería correr 24 horas, y que ella fue quien le sugirió reducirlo a 12, convencida de que, con su experiencia en pruebas como los 101 kilómetros de Ronda, podría lograrlo sin problemas. Aseguró que había sido un día de sentimientos a flor de piel, de alegría, sufrimiento y sobre todo, de agradecimiento por el apoyo recibido. Para ella, ver a su hija feliz, motivada y rodeada de tanta gente, ha sido una de las mayores recompensas.

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Una jornada para no olvidar

El evento incluyó además actividades paralelas como la venta de camisetas solidarias —más de 300 vendidas—, la paella benéfica organizada por el bar de la Ciudad Deportiva y un ambiente festivo y familiar en la pista. Desde los más pequeños hasta mayores, muchas personas se sumaron a caminar junto a María en sus últimos tramos, demostrando que, en Tomelloso, la solidaridad también se entrena.

La voz de María: «Estoy muy feliz, aún no me lo creo»

Nada más terminar, María compartía sus sensaciones con una mezcla de emoción y humildad. Aseguró que lo más importante para ella era no sentirse sola, y eso lo había conseguido con creces. Confesó que hubo momentos duros, especialmente durante el tramo entre las dos y las cinco de la tarde, cuando las altas temperaturas y un dolor en la rodilla le obligaron a caminar durante unas dos horas y media. Aun así, se sintió fuerte mentalmente durante toda la jornada.

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A lo largo de las 12 horas se acordó mucho de su familia y de quienes ya no están, y aseguró estar muy feliz por haber logrado lo que se propuso: reunir a mucha gente, que el pueblo se volcara y dar visibilidad al Alzheimer. “El día ha sido maravilloso”, dijo, con una sonrisa que no disimulaba el cansancio, pero sí el orgullo.

Aunque no alcanzó los 100 kilómetros, María explicó que priorizó evitar una lesión y se mostró muy satisfecha con haber completado 91. De cara al futuro, no tiene un nuevo reto cerrado, pero sí una idea clara: le gustaría volver a la 101 de Ronda en 2026, una prueba que ya completó en el pasado y que guarda un lugar especial en su memoria.

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