Se han encontrado todo tipo de restos en lo que hoy es la comarca de Tomelloso, desde el Paleolítico hasta la Edad Media. Sin embargo, no es hasta bien entrado el siglo XVI cuando empiezan a llegar los primeros tomelloseros para dar los primeros pasos de lo que hoy es el octavo núcleo urbano de Castilla-La Mancha.
Martín Sánchez y Aparicio Quiralte han sido los dos nombres más sonados acerca de la fundación del pueblo de Tomelloso hacia el año 1530. En cambio, fueron alrededor de 30 personas las que fundaron lo que hoy es el municipio tomellosero, según el estudio de Lorenzo Sánchez López, Tras los orígenes de la Mancha de Vejezate. Estos primeros pobladores provenían de Socuéllamos.
El primer bautizado de Tomelloso fue Diego Morales, en el año 1542. El primer alcalde ordinario tomellosero fue Alonso Morales, en 1578. Morales fue sucedido ese mismo año por el tomellosero Francisco Muela.

Tomelloso nace de la mano de vecinos provenientes de Socuéllamos, territorio al que perteneció durante algunas décadas posteriores a su fundación. Según el Ayuntamiento de Tomelloso, la independencia se logró en el año 1589, adquiriendo el título de villa para poder gozar así de jurisdicción civil y criminal propia.
Tres años más tarde, Tomelloso perdería su independencia tras una pugna con Socuéllamos, que apeló la independencia. No sería hasta casi el siglo XVIII, en el año 1758, cuando el pueblo tomellosero conseguiría de nuevo el título de villa. Sin embargo, según el Ayuntamiento de Tomelloso, no fue hasta 1769 cuando los alcaldes del pueblo dejaron de depender definitivamente de Socuéllamos, poniendo fin a más de 200 años de dependencia.
Del cereal a la vid

A partir del siglo XVIII, el pueblo tomellosero iba a experimentar un cambio en su principal motor económico. El campo de Tomelloso había estado vinculado desde siempre al cultivo de cereal, algo que a día de hoy sigue presente. Pero sería a mitad de este siglo cuando se empezaría a introducir la vid. El Ayuntamiento de Tomelloso afirma que, al principio, la implantación fue tímida, pero que alcanzó su apogeo a finales del siglo XIX y principios del XX, en el que se convirtió prácticamente en monocultivo.
El último aliciente que provocó la expansión de los viñedos manchegos fue la plaga de filoxera que afectó al campo francés. A diferencia del país vecino, en la Mancha se soportó bien la plaga de filoxera y tuvo que hacer frente a la demanda que seguía habiendo. Fue así como empezó una larga tradición viticultora en la región, teniendo a Tomelloso como uno de los epicentros de la producción manchega de vino.
El ayuntamiento defiende que el despegue del sector primario en la comarca de Tomelloso atrajo gran cantidad de trabajadores que llegaron al pueblo de Tomelloso, en lo que fue uno de sus mayores apogeos de población que se extendió hasta la década de los 50. Según el INE, la población empezó a aumentar drásticamente en la primera década de siglo XX, hasta llegar a su ecuador con más de 30.000 personas.
Tras sobrepasar los 20.000 habitantes en la década de 1920, el Ayuntamiento de Tomelloso realizó una petición para recibir el título de ciudad, que fue otorgado en 1927.
El Pozo Tomilloso
Aunque Tomelloso se fundó en torno al año 1530, la comarca fue antes zona de paso para pastores y ganado que bajaban desde la Cañada conquense. En la zona que posteriormente sería Tomelloso había un cruce de dos caminos importantes: por un lado, la ruta de pastoreo que bajaba desde la provincia de Cuenca hasta llegar a Alhambra, y por otro lado, el Real Camino de Carreteros, que conducía a Valencia y Murcia.
Este cruce de caminos, tan provechoso, provocó la aparición de un pozo, llamado Pozo Tomilloso. Los ganaderos lo utilizaban para dar de beber a sus animales.
Tomelloso se encontraba dentro de las primeras vías de calzadas romanas en la península, que fueron asentadas primero por los íberos prerromanos. El próspero y ventajoso cruce de caminos en la zona da indicios de habitabilidad en la comarca tomellosera antes de su fundación. Esto explica las declaraciones del labrador Pedro Alfonso de Belmonte, en 1538, en las que afirmaba parecer que el Tomilloso «había sido poblado de antiguo tiempo».
Los restos antes de la fundación de Tomelloso
Se cuenta que, antes de la fundación de Tomelloso, existían restos y cimentaciones que podían pertenecer a la época romana. Por otra parte, la Carta Arqueológica de la ciudad muestra asentamientos paleolíticos en la zona en la Edad del Bronce y la Edad del Hierro.
El origen de Tomelloso parte de unas quinterías en las que se encontraba el famoso pozo que da nombre al pueblo a día de hoy. Además, según el Periódico del Común de La Mancha, los primeros pobladores encontraron restos de cimentería y tapiales romanos cerca del pozo.
Monedas romanas en la calle Don Víctor Peñasco

Los trabajadores tomelloseros acababan de encontrar unos denarios romanos de la época de la república en torno al siglo I a. C., lo que pone en evidencia el paso de los romanos por tierras tomelloseras muchos siglos antes de su fundación.
Sin embargo, las obras no se paralizaron y no se permitió la entrada de arqueólogos profesionales al lugar de los hechos para seguir investigando, según asegura el ya extinto Periódico del Común de La Mancha.
La historia detrás de la fundación de Tomelloso por sus primeros habitantes en 1530 nos deja un legado único y diverso. La constancia de que íberos, romanos y pastores pasaron por estas tierras pone en valor la posición estratégica de Tomelloso en la comarca de La Mancha, y lo sitúa como uno de los pueblos más importantes en la actualidad. Su población, sus campos y sus empresas son el eje que hoy vertebra lo que un día empezó siendo una quintería con el Pozo Tomilloso, y que hoy se ha convertido en uno de los principales núcleos socioeconómicos de su región.










