Mientras los escaparates se llenan de calabazas y disfraces de Halloween, Tomelloso mantiene viva una de sus costumbres más arraigadas por estas fechas: “ir a por el puñao”. Esta tradición local, ligada a la festividad de Todos los Santos, se celebra este año del 31 de octubre al 2 de noviembre en el Paseo de las Moreras, donde se han instalado los habituales puestos de frutos secos, golosinas, castañas asadas y churros.
El mercadillo, organizado por la Concejalía de Festejos y Participación Ciudadana, permanece abierto desde las 12 del mediodía hasta el cierre por la noche, salvo el viernes 31, que abrió sus puertas a partir de las 20:00 h. La afluencia ha sido constante, especialmente durante las tardes y las horas centrales del día, con vecinos y familias completas acercándose a disfrutar de los productos típicos de la temporada.
De abuelos a nietos: un mercadillo con sabor a infancia
Aunque ha cambiado de ubicación a lo largo de los años —desde la calle del Campo y el Mercado de Abastos, hasta la actual zona del paseo de las Moreras—, el espíritu de “El Puñao” sigue intacto. La imagen es ya un clásico: colas frente a los puestos, niños con bolsas llenas de chucherías y mayores rememorando su infancia.
“Vengo todos los años con mis nietos, como me traían a mí mis padres. No hay Santos sin el puñao”. Esa conexión entre generaciones es una de las señas de identidad de esta tradición. Los más pequeños se dejan llevar por los colores y olores, y los mayores, por la nostalgia.
Castañas al fuego, miel, nueces y sonrisas
Uno de los productos más buscados son las castañas asadas, que marcan con su aroma el ambiente del mercadillo. “¡Castañas, nueces, pistachos”, anuncian los vendedores en plena faena, mientras el humo indica que ahí se están asando castañas. A su lado, compañeros de otros puestos despachaban almendras garrapiñadas, higos secos, kikos y todo tipo de frutos tradicionales.
La churrería, otro clásico del “puñao”, también esta lista para reponer fuerzas con unos churros con chocolate o café con leche.
Una tradición que sobrevive entre nuevas modas
Aunque en los últimos años las celebraciones de Halloween han ganado terreno, el mercadillo del Puñao sigue siendo uno de los elementos culturales más valorados por los vecinos. “Halloween está bien para los niños, pero el puñao es nuestro, de aquí de siempre.
La apuesta del Ayuntamiento por mantener esta tradición en el Paseo de las Moreras parece estar funcionando. La ubicación ha sido bien recibida por el público y los comerciantes, quienes destacan la buena afluencia y el ambiente familiar.
