El colectivo feminista Las Terreras, con presencia en Tomelloso y Argamasilla de Alba, ha emitido un comunicado en el que denuncia la mínima presencia de mujeres en los escenarios durante la Feria de Tomelloso 2025, una situación que consideran sintomática de una exclusión estructural en el ámbito cultural local.
“En pleno 2025 resulta chocante que no se haya reparado en un hecho evidente: en el cartel artístico falta la mitad de la población”, afirman. Tras analizar el programa festivo, desde el colectivo concluyen que la programación musical ha estado dominada por artistas masculinos, con una presencia femenina prácticamente testimonial, incluso en los espacios de mayor visibilidad.
Según detallan, en el Escenario Paco Gálvez, considerado el plato fuerte de la feria y donde se concentran las actuaciones principales y en su mayoría contratadas, no se ha contado con ninguna artista femenina como cabeza de cartel. La única excepción es la actuación infantil de Juan D y Beatriz, en la que Beatriz aparece como co-protagonista, lo que representa un 12,5 % del total de actuaciones en ese escenario. En otros espacios de ocio, como los escenarios de los Mojitos y de los Chiringuitos, la presencia femenina ha sido directamente inexistente, con 18 y 14 sesiones de DJ exclusivamente masculinas, respectivamente.
La desigualdad también se ha notado en el Escenario del Vermouth, donde de 24 actuaciones programadas, solo dos estaban encabezadas por mujeres. Aunque el porcentaje podría aumentar ligeramente si se tiene en cuenta la posible participación femenina en las charangas, el resultado sigue dejando a las mujeres en una clara minoría. Por su parte, en la Plaza de España se celebraron cinco espectáculos, de los cuales uno fue exclusivamente masculino y los otros cuatro contaron con formaciones mixtas.
“Los números hablan solos: en los grandes espacios de la feria la ausencia de mujeres es casi total”, critican desde el colectivo, que lamenta que esta situación se repita año tras año sin que desde las instituciones locales se adopten medidas para corregirla. “Esto no es un fenómeno nuevo: ocurre en festivales, salas de conciertos y espacios artísticos de todo tipo”, recuerdan, al tiempo que insisten en que el problema es especialmente grave cuando se trata de un evento público y local que, en su opinión, debería reflejar la pluralidad de la ciudadanía.
Anticipándose a posibles reacciones, Las Terreras rechazan frontalmente los argumentos que recurren al debate sobre cuotas o a la supuesta falta de artistas femeninas con nivel suficiente. “Para nosotras esto se parece más a una exclusión estructural y casi forzada. Cuesta creer que sea imposible encontrar alguna artista como cabeza de cartel, o algún grupo femenino —incluso mixto— para los tributos, por no hablar de la ausencia total de DJs mujeres. La escena musical está llena de mujeres con trayectoria y calidad suficiente, también en nuestra tierra”, subrayan.
Desde el colectivo también alertan del impacto simbólico que esta falta de representación tiene sobre niñas y jóvenes, que acuden a la feria sin apenas encontrar referentes femeninos sobre los escenarios. “Y eso no es un detalle menor: significa crecer con la idea de que el protagonismo artístico pertenece a los hombres, mientras ellas quedan relegadas a espectadoras”, denuncian.
Las críticas de Las Terreras no se dirigen solo al equipo de gobierno, al que acusan de diseñar una programación sin perspectiva de género, sino también a la oposición, que “ha criticado precios y calidad de las actuaciones, pero no ha dicho una palabra sobre la cuestión de género”. Además, recuerdan que el panorama del año pasado fue prácticamente idéntico, lo que confirma, a su juicio, que se trata de un problema estructural que también se reproduce en ferias y fiestas de pueblos vecinos.
El comunicado concluye con un llamamiento a los responsables de la organización de futuras ediciones para que adopten una visión más inclusiva. “Ojalá este análisis anime a los futuros organizadores a mantener una mirada más consciente y abierta. No hablamos de calidad, ni de cantidad, ni de precio: hablamos de perspectiva de género. Porque unas fiestas grandes, locales y públicas deberían ser de todas las personas y para todas las personas”.






