La fotografía no siempre exige una búsqueda activa; a veces se revela de manera espontánea, anticipada por una mirada entrenada.
Esta semana, sin buscar una imagen en concreto, mientras hacía unos recados a una hora algo intempestiva —y aún calurosa— por el centro de Tomelloso, descubrí esta simetría que me pareció digna de compartir.
La calle más transitada estaba prácticamente vacía, lo que dio lugar a una doble percepción visual que me llamó la atención. Es curioso el contraste con la mañana, y lo será aún más al caer la tarde, cuando por ambas aceras los transeúntes retoman sus menesteres, y la actividad vuelva a llenar el espacio.


