La Guardia Civil, en el marco de la operación ‘Lugacoll’, ha desarticulado un grupo criminal por estafar a 85 ancianos en varias comunidades autónomas haciéndose pasar por revisores de la luz. En concreto, la banda actuaba en nueve Comunidades Autónomas: Aragón, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Cataluña, Comunidad Valenciana, La Rioja, Madrid, Navarra y País Vasco.
Los agentes han detenido a dos hombres e investigado a otras cinco personas por decenas de delitos de estafa, más de una decena de hurtos, un robo con violencia donde golpearon a un hombre en Castellón para sustraerle 1.200 euros y otro delito de pertenencia a grupo criminal.
Las diligencias fueron entregadas en la Sección Civil y de Instrucción del Tribunal de Instancia de Picassent (Plaza n.º 1) y la autoridad judicial decretó prisión provisional para los dos detenidos. La investigación ha sido llevada a cabo por agentes del Puesto Principal de Picassent (Comunidad Valenciana).
El grupo criminal estaba formado por siete personas residentes en Valencia, todas ellas con múltiples antecedentes por hechos similares y que planeaban estas estafas por varias comunidades con las personas mayores como objetivos.
En total, la banda había logrado obtener un botín económico de más de 100.000 euros, además de joyas, teléfonos móviles y otros bienes de valor que sustraían de los domicilios de los ancianos.
LA INVESTIGACIÓN COMENZÓ EN FEBRERO
La investigación comenzó con la denuncia de dos personas mayores el pasado mes de febrero. La primera víctima explicó que dos hombres le habían abordado por la calle diciéndole que eran técnicos de una compañía eléctrica y que ya habían hablado con su hija para cambiar el contador de la luz.
Éstos acompañaron a la víctima a su casa donde le pidieron 900 euros por ese supuesto cambio de contador. Al no tener ese dinero en efectivo, le ofrecieron pagar con un datáfono que resultó ser solo un engaño para obtener el código PIN de la tarjeta que después le sustrajeron al descuido. Posteriormente, sacaron 1.200 euros en efectivo en un cajero.
El segundo denunciante se encontraba en su domicilio cuando un hombre se presentó diciendo ser técnico de la compañía de la luz. Le informaron de que al día siguiente le iban a cambiar el contador de la luz y que tenía que pagar 900 euros en ese mismo momento. Abrumado por la amenaza del corte de suministro, abonó 500 euros inmediatamente acordando pagar el resto cuando se hiciera el cambio.
Gracias a la colaboración de la empleada del hogar de uno de estos ancianos se pudo dar con la identidad de uno de los autores. A lo largo de los siguientes meses los investigadores esclarecieron el entramado criminal y su modus operandi, además de acreditar la participación en 85 delitos cometidos por toda la geografía nacional.
LOS ESTAFADORES AMENAZABAN CON CORTAR EL SUMINISTRO
El método utilizado era siempre el mismo, se acercaban en la calle o directamente se presentaban en las casas de personas mayores sin previo aviso. Los estafadores iban siempre bien vestidos y con ropa con logotipos falsos o genéricos que daban la sensación de pertenecer a una compañía eléctrica.
Una vez establecían contacto creaban una sensación de urgencia, amenazando con cortar el suministro en el acto. Además, trataban siempre de acceder a la vivienda, donde aprovechaban para cometer los hurtos de los bienes a la vista. Una vez ahí le trataban de cobrar, en efectivo o con tarjeta, pero siempre con urgencia y en el acto.
Los objetivos eran siempre personas de avanzada edad, tratando de ganarse su confianza y con el pretexto de ayudarles a resolver un problema. Incluso les hacían una pequeña investigación previa y les llamaban siempre por el nombre para dar sensación de seguridad y credibilidad con el relato.






