Parecía que esta semana, con la feria acabada, iba a ser tranquila. Pero nada más lejos de la realidad. Tomelloso está de moda y los tomelloseros acometen retos, demostrando la tenacidad y la solidaridad que les caracteriza. A París en 600; a Santiago en Pegaso, a participar en el cruce a nado del Estrecho y, el último del que nos hacemos eco, de Santiago de la Ribera a Santiago de Compostela en bicicleta buscando recaudar fondos para la lucha contra el cáncer.
El tomellosero Sergio Cepeda Quintanar está recorriendo más de 1.100 kilómetros por una buena causa. Una aventura que comenzó el pasado 1 de septiembre en la localidad murciana y que le llevó este jueves a Benavente en Zamora. Sergio atiende amablemente a este periódico momentos después de llegar a la ciudad castellana, nos confiesa que está cansado por el esfuerzo pero contento y satisfecho por el resultado que está consiguiendo.
Está en una sierra, nos cuenta, cerca de Benavente viendo como escalan unos amigos de la ciudad zamorana. Un proyecto que nació hace meses, ir de Santiago de la Ribera (una pedanía de San Javier donde este titán tomellosero estudia Ciencias del Deporte) a Santiago de Compostela en bicicleta. Fue su novia, enfermera de oncología, nos cuenta, quien le introdujo el matiz solidario. La idea inicial de Sergio era la de recaudar 1 euro por kilómetro recorrido, pero a falta de tres etapas lleva 1.196 euros, “el resultado me ha desbordado”.
Las donaciones las recibe a través de una página de crowfunding “que es muy fácil y la gente se anima, se puede pagar con tarjeta también”. Todo lo donado va a la Asociación Española contra el Cáncer para la investigación de esa enfermedad.
Sergio Cepeda era hasta el año pasado miembro del Atlético Tomelloso Triatlón y ahora milita en un “club de carreras por montaña allí en Murcia”. Siempre ha hecho deporte, señala, y la bicicleta le gusta mucho pero “a nivel competición nacional no”. Es la primera vez que realiza un reto como este, acometer una ruta larga por etapas y lo hace con su bici, dos alforjas, una debajo del sillín y la otra en el manillar, y las herramientas básicas. Duerme en albergues turísticos y va por carreteras nacionales. Tuvo que acometer la escalada de La Paramera entre Toledo y Ávila y todavía le queda el puerto de Piedrafita, de León a Lugo.
La segunda etapa de la ruta acabó en Tomelloso “sí o sí”, ya que el ciclista tenía que pasar por su pueblo “y me ahorro una noche de albergue. Hay que estirar el dinero lo máximo posible”. Y hoy está en Benavente “porque es de aquí un compañero de la facultad”.
A Sergio le quedan tres etapas y nos cuenta que hasta el día 12 de septiembre se van a poder hacer donaciones. Para acabar quiso agradecer a todos los que le apoyan en este reto.